Kaballah, ¿una Nueva Era en el judaísmo?
Aunque no propiamente podemos llamar Nueva era a este movimiento religioso judío, si encontramos elementos por los cuales es muy bien acogido entre la lista de "religiones" porque contiene elementos demasiado atractivos para su manipulación
por Mayra Novelo
¿Qué es? Cábala es la interpretación mística de la escritura practicada en algunos círculos judíos y cristianos de la edad media. Incluye prácticas de astrología y hechicería fundadas en la interpretación. Su libro clásico es Zohar. La palabra cábala (Kabaláh en hebreo)significa transmisión y tradición. Pero para los llamados cabalistas es el conocimiento de los secretos del universo, una ciencia que se transmite de maestro a discípulo Se podría decir que la cábala es el conjunto de comentarios místicos y esotéricos judíos de la bíblica y de la tradición oral sobre Dios y la creación. Historia El Talmud es la exégesis y los comentarios de los textos jurídicos nacidos de las interpretaciones que los rabinos daban a la Torah y consignados por escrito en la Mishna. El Tamud fue la norma jurídica vinculante para las comunidades judías. Junto a la vida religiosa orientada al cumplimiento de la ley y según la interpretación jurídica oficial, fluyó otra corriente de espiritualidad, de perfil místico, en la que, con el correr del tiempo, han ido desembocando otras muchas creencias muy heterogéneas. Esta corriente mejor conocida como la Cábala, parte de la idea básica de que, más allá de su texto literal, la Torah, encierra otro sentido esotérico, oculto, que es preciso indagar. Este movimiento tuvo importantes manifestaciones escritas en Alemania y Provenza, donde a las enseñanzas genuinamente judías se añadieron numerosos elementos gnósticos y neoplatónicos y, sobre todo es en España donde alcanza su forma definitiva en el Sefer Azora (el libro del esplendor) “descubierto” por Moisés bar Sem Tob, muerte en el 1305. Creencias Admiten el principio de la trascendencia y la inmanencia de Dios, pero no creen que él sea el creador inmediato del universo ya que según la Cábala, lo ha creado por la intervención de 10 emanaciones escalonadas, dotadas de poderes que ejercen una influencia benéfica en la creación. Fomenta una religiosidad que persigue liberarse de las cadenas de este mundo mediante la ascética y la mística. Recurren a técnicas interpretativas esotéricas tales como la sustitución de las letras de un texto por su correspondiente valor numérico o a la transformación de las letras de una palabra en siglas de otras palabras para formar un texto completo, llegando así a una especie de magia de las letras. La teoría de los cuatro mundos: Según la cábala, el universo emana del infinito en virtud a través de los cuatro pilares espirituales y físicos que forman los cuatro mundos. Estos son, la emanación, la creación, la formación y la acción. Cuanto más se desciende en la escala de estos mundos más se aleja uno de lo espiritual y de lo puro y se acerca a lo material e impuro. El mundo sufre degradaciones que dan lugar al pensamiento, después al lenguaje y por último a la materia. El tetragrama YHVH es el fundamento de toda la existencia y cada uno de los cuatro mundos corresponde a una de estas letras. De aquí la importancia del número 4 para los cabalistas: cuatro exilios, cuatro elementos fundamentales, cuatro puntos cardinales... En conclusión sus teorías no aportan ninguna doctrina nueva. ¿Una Nueva era en el Judaísmo? Aunque no propiamente podemos llamar Nueva era a este movimiento religioso judío, si encontramos elementos por los cuales es muy bien acogido entre la lista de “religiones” porque contiene elementos demasiado atractivos para su manipulación: el místico, teosófico(trata de desvelar los misterios de la vida oculta de Dios y la relación existente entre Dios, Creación y ser humano) y esotérico (Magia, alquimia, Astrología, cosmología). En la actualidad abundan las páginas en internet que destilan información al respecto e invitan a formar parte de los grupos cabalistas. Algunos de los temas que podemos encontrar en estos sitios son: la Sanación espiritual, la meditación, el desarrollo de la Intuición y la Profecía, el Más Allá, el Mesías y la Redención, los Ciclos Cósmicos, la Divina Providencia, la ética y la vida en comunidad y demás temas relacionados con la vida de cada día como la Sexualidad, la Alimentación y la Purificación. Las grandes enseñanzas se basan en los 4 Mundos (Olamot) o dimensiones de la realidad y de la percepción, el Árbol de la Vida o las 10 Sefirot y las 22 letras del alfabeto hebreo Cabalista. El cristianismo ¿Qué podemos pensar los cristianos de este movimiento? ¿Es compatible con nuestras creencias y prácticas cristianas? ¿Es totalmente opuesto a las mismas? Para el Cristianismo, el Judaísmo, el Islam y la mayoría de las religiones del mundo, Dios es un ser personal, infinitamente sabio, amoroso y justo, que desea tener una relación personal con cada uno de nosotros. Dios es también el Trascendente aunque también el Inmanente Creador de todo lo que existe; el que sostiene todas las cosas con su palabra poderosa (Heb 1,3). Para el cristianismo la salvación consiste en una comunión amorosa con Dios, hecha posible mediante el perdón del pecado, que es una barrera para esa unión. Por la muerte de Jesús en la cruz, Dios nos da el perdón completo de los pecados, cuando se lo pedimos arrepentidos. Además nos llena del espíritu de Jesús por el cual llegamos a conocer a Dios como nuestro propio Padre. Cuando Dios creó el mundo, lo encontró “muy bueno” (Gén 1,31). Todo el mundo y cada parte de el mismo es “bueno”, reflejo de la Providencia Divina que lo sostiene y gobierna. Cuando Dios nos dio el dominio sobre el mundo (Gén 1,28) no nos dio permiso de echarlo a perder, sino que nos encargó cultivarlo y cuidarlo (Gén 2,15). Dios creó el mundo muy bueno, lo cual incluye sobre todo la bondad, la armonía, la salud y la perfección de los seres humanos. Este sigue siendo el Plan de Dios para nosotros, como lo reconoce San Pablo: “Que Él, el Dios de la paz, os santifique plenamente y que todo vuestro ser, el espíritu, el alma y el cuerpo, se conserven sin mancha hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo” (1 Tes 5,23). El cristianismo ha sido pues destinado por Dios no solamente para alcanzar la santidad, sino también para procurar la salud del cuerpo, de la mente y del espíritu. Catholic.net
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