Un obispo de Benín establece el uso obligatorio en su diócesis de la sotana y el hábito religioso
Un decreto de fecha 9 de mayo del obispo de Porto Novo (Benin) establece la sotana como forma de vestir habitual de los sacerdotes de la diócesis (y el hábito para los religiosos) y estipula los actos y circunstancias en los que es obligatoria. Todo ello, para que "el uso de la sotana ponga de manifiesto en el seno de la comunidad cristiana el testimonio público que todo sacerdote debe dar de su propia identidad y de su pertenencia especial a Dios".
El documento firmado por monseñor Aristide Gonsallo está, afirma, "en conformidad con las disposiciones de los cánones 284 y 669 del vigente Código de Derecho Canónico", que establecen que "los clérigos han de vestir un traje eclesiástico digno" (284) y que "los religiosos deben llevar el hábito de su instituto... como signo de su consagración y testimonio de pobreza" (669).
En virtud de todo ello, monseñor Gonsallo establece que "el hábito eclesiástico normal de todo clérigo (diocesano, religioso o miembro de una sociedad de vida apostólica clerical) en la diócesis de Porto-Novo es únicamente la sotana". Y que su uso "es obligatorio" en "para la celebración o administración de todos los sacramentos, y sobre todo el de la Eucaristía", para otro tipo de celebraciones, en las misas concelebradas, en reuniones sacerdotales "y en toda asamblea con participación de clérigos", al acudir al obispado "sea cual sea el momento o el motivo", y tanto "en los lugares donde los fieles llamen al sacerdote para el ejercicio del ministerio sacerdotal" como "en todo lugar donde pueda cuestionarse la identidad del sacerdote".
Monseñor Gonsallo es un joven obispo de 50 años nombrado en diciembre de 2015 y ordenado sacerdote en 1992 en la diócesis de Parakou, cuyo obispo, Pascal N'Koue, dispuso en julio pasado que se siguiesen las indicaciones del cardenal Robert Sarah para celebrar partes de la misa "cara al Señor".
Benin, país visitado por San Juan Pablo II en 1982 y por Benedicto XVI en 2011, vive un gran florecimiento católico. Monseñor Gonsallo ordenó en diciembre 10 sacerdotes, y había hecho lo mismo con 7 el año anterior. En julio inauguró una capilla para la Adoración Perpetua y ha multiplicado las iniciativas para la evangelización de los niños, futuro de esta pujante Iglesia centroafricana.
El documento firmado por monseñor Aristide Gonsallo está, afirma, "en conformidad con las disposiciones de los cánones 284 y 669 del vigente Código de Derecho Canónico", que establecen que "los clérigos han de vestir un traje eclesiástico digno" (284) y que "los religiosos deben llevar el hábito de su instituto... como signo de su consagración y testimonio de pobreza" (669).
En virtud de todo ello, monseñor Gonsallo establece que "el hábito eclesiástico normal de todo clérigo (diocesano, religioso o miembro de una sociedad de vida apostólica clerical) en la diócesis de Porto-Novo es únicamente la sotana". Y que su uso "es obligatorio" en "para la celebración o administración de todos los sacramentos, y sobre todo el de la Eucaristía", para otro tipo de celebraciones, en las misas concelebradas, en reuniones sacerdotales "y en toda asamblea con participación de clérigos", al acudir al obispado "sea cual sea el momento o el motivo", y tanto "en los lugares donde los fieles llamen al sacerdote para el ejercicio del ministerio sacerdotal" como "en todo lugar donde pueda cuestionarse la identidad del sacerdote".
Monseñor Gonsallo es un joven obispo de 50 años nombrado en diciembre de 2015 y ordenado sacerdote en 1992 en la diócesis de Parakou, cuyo obispo, Pascal N'Koue, dispuso en julio pasado que se siguiesen las indicaciones del cardenal Robert Sarah para celebrar partes de la misa "cara al Señor".
Benin, país visitado por San Juan Pablo II en 1982 y por Benedicto XVI en 2011, vive un gran florecimiento católico. Monseñor Gonsallo ordenó en diciembre 10 sacerdotes, y había hecho lo mismo con 7 el año anterior. En julio inauguró una capilla para la Adoración Perpetua y ha multiplicado las iniciativas para la evangelización de los niños, futuro de esta pujante Iglesia centroafricana.
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