1 muerto y 29 heridos en el ataque
El papa copto pide a los cristianos mantener la calma tras el asalto de una turba a la catedral
El asalto sufrido el domingo 7 de abril por la tarde en la catedral copta ortodoxa de San Marcos en Abassyia, El Cairo, Egipto, donde se estaba celebrando el funeral de cuatro cristianos coptos, asesinados dos días antes en Al-Khosous, representa un episodio grave y sin precedentes, ante el cual hay que “mantener la calma, también para preservar la seguridad del país y la unidad nacional”, dijo el patriarca de la Iglesia copta ortodoxa, Teodoro II.
El patriarca expresó su desaprobación ante los enfrentamientos del domingo por la tarde en los alrededores de la catedral copta durante más de cuatro horas.
Teodoro II anunció que está en contacto permanente con los funcionarios del Ministerio del Interior para promover una rápida salida de la fase crítica.
El domingo 7 de abril, por la tarde, mientras que en la catedral de El Cairo tenía lugar el funeral de los cuatro cristianos coptos asesinados dos días antes con armas automáticas en los enfrentamientos interconfesionales producidos en la ciudad de Al-Khosous, durante la liturgia, de entre la multitud de los fieles, comenzaron a oírse frases contra el presidente Morsi y el gobierno monopolizado por los Hermanos Musulmanes.
Al final de la misa, grupos de asaltantes -muchos de ellos apostados en los tejados de los edificios de los alrededores- atacaron a los fieles coptos que salían de la iglesia con piedras y cócteles molotov, provocando un muerto y 29 heridos.
Los enfrentamientos duraron hasta altas horas de la noche, en medio de la pasividad inicial de las fuerzas de seguridad.
Según fuentes egipcias, en la tarde del domingo, el presidente Morsi aseguró por teléfono al patriarca Teodoro II su compromiso de detener la escalada de los conflictos interreligiosos, insistiendo en que tiene en cuenta “todos los ataques contra iglesias como un ataque personal” en su contra.
El Consejo de Iglesias de Egipto también condenó enérgicamente el asalto a la catedral de San Marcos, señalando que el ataque contra los lugares de culto supone superar un umbral inviolable, y requiere “una acción inmediata por parte de los órganos del Estado”.
El patriarca expresó su desaprobación ante los enfrentamientos del domingo por la tarde en los alrededores de la catedral copta durante más de cuatro horas.
Teodoro II anunció que está en contacto permanente con los funcionarios del Ministerio del Interior para promover una rápida salida de la fase crítica.
El domingo 7 de abril, por la tarde, mientras que en la catedral de El Cairo tenía lugar el funeral de los cuatro cristianos coptos asesinados dos días antes con armas automáticas en los enfrentamientos interconfesionales producidos en la ciudad de Al-Khosous, durante la liturgia, de entre la multitud de los fieles, comenzaron a oírse frases contra el presidente Morsi y el gobierno monopolizado por los Hermanos Musulmanes.
Al final de la misa, grupos de asaltantes -muchos de ellos apostados en los tejados de los edificios de los alrededores- atacaron a los fieles coptos que salían de la iglesia con piedras y cócteles molotov, provocando un muerto y 29 heridos.
Los enfrentamientos duraron hasta altas horas de la noche, en medio de la pasividad inicial de las fuerzas de seguridad.
Según fuentes egipcias, en la tarde del domingo, el presidente Morsi aseguró por teléfono al patriarca Teodoro II su compromiso de detener la escalada de los conflictos interreligiosos, insistiendo en que tiene en cuenta “todos los ataques contra iglesias como un ataque personal” en su contra.
El Consejo de Iglesias de Egipto también condenó enérgicamente el asalto a la catedral de San Marcos, señalando que el ataque contra los lugares de culto supone superar un umbral inviolable, y requiere “una acción inmediata por parte de los órganos del Estado”.
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