San Pedro abre las puertas a Gaudí
El Vaticano acoge una exposición sobre la Sagrada Familia y la espiritualidad del arquitecto catalán.
Benedicto XVI se conmovió al abrir las puertas de la Sagrada Familia de Barcelona el 7 de noviembre de 2010 y descubrir la majestuosidad que le esperaba dentro del templo ideado por Antonio Gaudí. Este sentimiento, compartido por los cerca de tres millones y medio de personas que visitan cada año la basílica (consagrada aquel día por el Papa en una solemne misa de dedicación), puede ser experimentado desde ayer en Roma gracias a la exposición “Gaudí: la Sagrada Familia de Barcelona. Arte, ciencia y espiritualidad”. Ubicada en el Brazo de Carlo Magno, en el nacimiento de la columnata de Bernini que abraza a la Plaza de San Pedro, la muestra, cuya entrada es gratuita, permanecerá abierta hasta el próximo 15 de enero.
A través de fotografías, maquetas, obras originales del arquitecto catalán y un vídeo que recuerda los mejores momentos de la visita de Benedicto XVI, se pretende que el visitante se empape de la esencia de Gaudí y de su obra maestra, la Sagrada Familia. Para ello la exposición gira en torno a los tres pilares que configuran la idiosincrasia “gaudiana”: la creación, la técnica y la trascendencia cristiana. Daniel Giralt-Miracle, comisario de la muestra, manifestó que la conjunción de estos tres elementos hacían de la Sagrada Familia la “síntesis arquitectónica del mensaje cristiano”. Es por ello que llevar a Gaudí al Vaticano, “donde se encuentra el ADN del catolicismo”, era para él “un milagro”.
“Lo que intentamos explicar es que dentro de las piedras de la basílica hay espíritu. En su conjunto el edificio es un auto sacramental”, afirmó Giralt-Miracle durante la presentación de la exposición. En el acto participaron los cardenales Lluis Martínez Sistach, arzobispo de Barcelona, y Gianfranco Ravasi, presidente del Pontificio Consejo para la Cultura. A la inauguración oficial de la muestra asistió el presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, acompañado de su esposa, Helena Rakosnik.
El cardenal Sistach recordó el momento de la consagración de la Sagrada Familia por parte de Benedicto XVI, que calificó de “histórico”, y contó que desde entonces han aumentado un 40% las visitas turísticas al templo. “Esta exposición quiere dar las gracias al Papa por su visita y al mismo tiempo llevar la basílica y Gaudí a Roma”. También se atrevió a dar una fecha posible para la conclusión de las obras: 2026. “Desearía que todo termine para el año del centenario de la muerte de Gaudí”, apuntó. Calificó el cardenal arzobispo de Barcelona al arquitecto de “cristiano ejemplar” y “catalán universal”. Estos elementos está presentes en la exposición que, en su opinión, permite admirar los frutos de la contribución entre la fe cristiana y la cultura, el arte y la belleza, que la Iglesia lleva realizando desde hace siglos.
El cardenal Ravasi, que estará el próximo mes de mayo en Barcelona para celebrar una sesión del Atrio de los Gentiles, su interesante iniciativa de diálogo con los no creyentes, recordó la sensación que le produjo su primera visita a la Sagrada Familia: vértigo. “Es algo que parece desafiar las leyes de la naturaleza. Todo el conjunto es monumental. En cada esquina se experimenta una emoción diferente”. El cardenal Ravasi, uno de los hombres más brillantes y eruditos de la Curia romana, subrayó que las catedrales son “criaturas vivas” y “expresiones de un pueblo”, por lo que la basílica de la Sagrada Familia representaba a Cataluña, una tierra orgullosa de “su cultura, su lengua y su espiritualidad”. También destacó el “ministro” vaticano de cultura el gran interés por la técnica del arquitecto catalán.
Roma se vuelca con el arquitecto
La celebración del arte, técnica y espiritualidad de Antoni Gaudí en Roma va más allá de la exposición del Brazo de Carlo Magno. El 12 de diciembre se celebrará en el auditorio del Museo de las Artes del Siglo XXI (MAXXI) una conferencia con el título “Arquitectura: símbolo y sacro. Un siglo después de Gaudí”, en la que participarán el cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Pontificio Consejo para la Cultura, y el arquitecto suizo Mario Botta. Dos días después, la embajada de España ante la Santa Sede albergará una charla entre Giovanni Maria Vian, director de “L´Osservatore Romano”, y Ricard Torrents, ex rector de la Universidad de Vic, sobre la situación de Italia y Cataluña durante la época de Gaudí. Los actos en honor del arquitecto catalán se cerrarán el 13 de enero con un concierto del coro de voces blancas del Monasterio de Montserrat en la basílica romana de Santa María en Trastevere.
Camino a los altares
Antoni Gaudí ya es siervo de Dios y, si se cumplen los deseos del cardenal Lluis Martínez Sistach, arzobispo de Barcelona, será pronto beato. La causa de beatificación se encuentra en el dicasterio vaticano encargado de estos temas, la Congregación para las Causas de los Santos, donde la elaboración de la “positio”, el texto en que se recopila toda la información sobre el proceso, está a punto de concluir. “Están terminándola ya, al igual que una gran biografía de Gaudí”, explica Sistach. Falta todavía un requisito imprescindible, el milagro, que el cardenal espera “cuanto antes”. “Era un cristiano de palabra y de hechos, un arquitecto de Dios al que la construcción de la Sagrada Familia ayudó siempre en su conversión personal”.
A través de fotografías, maquetas, obras originales del arquitecto catalán y un vídeo que recuerda los mejores momentos de la visita de Benedicto XVI, se pretende que el visitante se empape de la esencia de Gaudí y de su obra maestra, la Sagrada Familia. Para ello la exposición gira en torno a los tres pilares que configuran la idiosincrasia “gaudiana”: la creación, la técnica y la trascendencia cristiana. Daniel Giralt-Miracle, comisario de la muestra, manifestó que la conjunción de estos tres elementos hacían de la Sagrada Familia la “síntesis arquitectónica del mensaje cristiano”. Es por ello que llevar a Gaudí al Vaticano, “donde se encuentra el ADN del catolicismo”, era para él “un milagro”.
“Lo que intentamos explicar es que dentro de las piedras de la basílica hay espíritu. En su conjunto el edificio es un auto sacramental”, afirmó Giralt-Miracle durante la presentación de la exposición. En el acto participaron los cardenales Lluis Martínez Sistach, arzobispo de Barcelona, y Gianfranco Ravasi, presidente del Pontificio Consejo para la Cultura. A la inauguración oficial de la muestra asistió el presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, acompañado de su esposa, Helena Rakosnik.
El cardenal Sistach recordó el momento de la consagración de la Sagrada Familia por parte de Benedicto XVI, que calificó de “histórico”, y contó que desde entonces han aumentado un 40% las visitas turísticas al templo. “Esta exposición quiere dar las gracias al Papa por su visita y al mismo tiempo llevar la basílica y Gaudí a Roma”. También se atrevió a dar una fecha posible para la conclusión de las obras: 2026. “Desearía que todo termine para el año del centenario de la muerte de Gaudí”, apuntó. Calificó el cardenal arzobispo de Barcelona al arquitecto de “cristiano ejemplar” y “catalán universal”. Estos elementos está presentes en la exposición que, en su opinión, permite admirar los frutos de la contribución entre la fe cristiana y la cultura, el arte y la belleza, que la Iglesia lleva realizando desde hace siglos.
El cardenal Ravasi, que estará el próximo mes de mayo en Barcelona para celebrar una sesión del Atrio de los Gentiles, su interesante iniciativa de diálogo con los no creyentes, recordó la sensación que le produjo su primera visita a la Sagrada Familia: vértigo. “Es algo que parece desafiar las leyes de la naturaleza. Todo el conjunto es monumental. En cada esquina se experimenta una emoción diferente”. El cardenal Ravasi, uno de los hombres más brillantes y eruditos de la Curia romana, subrayó que las catedrales son “criaturas vivas” y “expresiones de un pueblo”, por lo que la basílica de la Sagrada Familia representaba a Cataluña, una tierra orgullosa de “su cultura, su lengua y su espiritualidad”. También destacó el “ministro” vaticano de cultura el gran interés por la técnica del arquitecto catalán.
Roma se vuelca con el arquitecto
La celebración del arte, técnica y espiritualidad de Antoni Gaudí en Roma va más allá de la exposición del Brazo de Carlo Magno. El 12 de diciembre se celebrará en el auditorio del Museo de las Artes del Siglo XXI (MAXXI) una conferencia con el título “Arquitectura: símbolo y sacro. Un siglo después de Gaudí”, en la que participarán el cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Pontificio Consejo para la Cultura, y el arquitecto suizo Mario Botta. Dos días después, la embajada de España ante la Santa Sede albergará una charla entre Giovanni Maria Vian, director de “L´Osservatore Romano”, y Ricard Torrents, ex rector de la Universidad de Vic, sobre la situación de Italia y Cataluña durante la época de Gaudí. Los actos en honor del arquitecto catalán se cerrarán el 13 de enero con un concierto del coro de voces blancas del Monasterio de Montserrat en la basílica romana de Santa María en Trastevere.
Camino a los altares
Antoni Gaudí ya es siervo de Dios y, si se cumplen los deseos del cardenal Lluis Martínez Sistach, arzobispo de Barcelona, será pronto beato. La causa de beatificación se encuentra en el dicasterio vaticano encargado de estos temas, la Congregación para las Causas de los Santos, donde la elaboración de la “positio”, el texto en que se recopila toda la información sobre el proceso, está a punto de concluir. “Están terminándola ya, al igual que una gran biografía de Gaudí”, explica Sistach. Falta todavía un requisito imprescindible, el milagro, que el cardenal espera “cuanto antes”. “Era un cristiano de palabra y de hechos, un arquitecto de Dios al que la construcción de la Sagrada Familia ayudó siempre en su conversión personal”.
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