¿Qué dice la Biblia sobre la Cuaresma?
Estamos pasando un período de fechas litúrgicas muy importantes que preceden la Semana Santa.
Por ello, es necesario saber fundamentar también estas fiestas frente a aquellos que nos cuestionan el por qué celebramos ciertos días, por qué ayunamos, por qué nos abstenemos de comer carne, por qué ciertos colores, etc. He aquí un articulo donde intentaré explicar todo esto:
1.-¿QUE ES LA CUARESMA?
La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua. Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo.
La Cuaresma dura 40 días; comienza el Miércoles de Ceniza y termina antes de la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo. A lo largo de este tiempo, sobre todo en la liturgia del domingo, hacemos un esfuerzo por recuperar el ritmo y estilo de verdaderos creyentes que debemos vivir como hijos de Dios.
El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa luto y penitencia. Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al misterio pascual.
En la Cuaresma, Cristo nos invita a cambiar de vida. La Iglesia nos invita a vivir la Cuaresma como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas. Nos invita a vivir una serie de actitudes cristianas que nos ayudan a parecernos más a Jesucristo, ya que por acción de nuestro pecado, nos alejamos más de Dios.
Por ello, la Cuaresma es el tiempo del perdón y de la reconciliación fraterna. Cada día, durante toda la vida, hemos de arrojar de nuestros corazones el odio, el rencor, la envidia, los celos que se oponen a nuestro amor a Dios y a los hermanos. En Cuaresma, aprendemos a conocer y apreciar la Cruz de Jesús. Con esto aprendemos también a tomar nuestra cruz con alegría para alcanzar la gloria de la resurrección.
2.-¿PORQUE SON 40 DÍAS?
Es algo habitual el que algunos grupos religiosos cuestionen el por qué guardamos 40 días durante la Cuaresma y en este periodo ayunamos y nos abstenemos de comer carne. Quizás muchos católicos no se lo han preguntado, o nunca se hayan parado a pensarlo , pero el hecho de ser 40 días esta basado en las propias Escrituras. En ellas el número 40 tiene un significado especial, podemos observar fácilmente como 40 días hubo de diluvio, los cuarenta años de la marcha del pueblo judío por el desierto, de los cuarenta días de Moisés y de Elías en la montaña, de los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto antes de comenzar su vida pública, de los 400 años que duró la estancia de los judíos en Egipto.
En la Biblia, el número cuatro simboliza el universo material, seguido de ceros significa el tiempo de nuestra vida en la tierra, seguido de pruebas y dificultades.
El número 40 tiene también valor simbólico. Representa el "cambio", de un período a otro, los años de una generación. Por eso el diluvio dura 40 días y 40 noches (pues es el cambio hacia una nueva humanidad). Los israelitas están 40 años en el desierto (hasta que cambia la generación infiel por otra nueva). Moisés permanece 40 días en el monte Sinaí, y Elías peregrina otros 40 días hasta allí (a partir de lo cual sus vidas cambiarán). Jesús ayunará 40 días (porque es el cambio de su vida privada a su vida pública). Por eso es que dura 40 días porque a partir de ese tiempo nuestra vida tiene que cambiar, es decir tenemos estar preparados para recibir al Señor tras los 40 días.
Los siguientes períodos de cuarenta días, se pueden enumerar:
Ayuno de Moisés en el monte: 28 Moisés estuvo allí con Yahveh cuarenta días y cuarenta noches, sin comer pan ni beber agua. Y escribió en las tablas las palabras de la alianza, las diez palabras. Éxodo 34:28
Viaje de Elías a Horeb: 8 Se levantó, comió y bebió, y con la fuerza de aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta el monte de Dios, el Horeb. 1Reyes 19:8
Estancia de Cristo en el desierto antes de su la tentación :2 Y después de hacer un ayuno de cuarenta días y cuarenta noches, al fin sintió hambre. Mateo 4:2
La práctica de la Cuaresma data desde el siglo IV, cuando se da la tendencia a constituirla en tiempo de penitencia y de renovación para toda la Iglesia, con la práctica del ayuno y de la abstinencia. Conservada con bastante vigor, al menos en un principio, en las iglesias de oriente, la práctica penitencial de la Cuaresma ha sido cada vez más aligerada en occidente, pero debe observarse un espíritu penitencial y de conversión. Ya desde el siglo V algunos Padres apoyaban la tesis de que este ayuno de cuarenta días era una institución apostólica. Por ejemplo, San León (+ 461) exhorta a sus oyentes a abstenerse para que "puedan cumplir con su ayuno la institución apostólica de los cuarenta días"- (P.L., LIV, 633).
3.-AYUNO:
Es la práctica de limitar el consumo de comida y bebida para imitar los sufrimientos de Cristo durante su pasión y a través de toda su vida terrena. El ayuno nos recuerda que la conversión afecta y debe afectar todas las áreas de nuestra vida. La Iglesia por su parte ha especificado ciertas formas de penitencia, para asegurarse de que los Católicos hagan algo, como lo requiere la ley divina, y a la vez hacerle más fácil al Católico cumplir la obligación. El Código de Derecho Canónico de 1983 específica las obligaciones de los Católicos de Rito Latino ( Los Católicos de Rito Oriental tienen sus propias prácticas penitenciales como se especifica en el Código Canónico de las Iglesias Orientales ).
La ley de ayuno requiere que el Católico desde los 18 hasta los 59 años reduzca la cantidad de comida usual. La Iglesia define esto como una comida más dos comidas pequeñas que sumadas no sobrepasen la comida principal en cantidad. Este ayuno es obligatorio el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo.
Pasamos ahora a citar los argumentos bíblicos en los cuales nos basamos para practicar el Ayuno:
El ejemplo principal es el de Jesucristo, quién preparó su ministerio público retirándose al desierto para orar y ayunar por cuarenta días (Lucas 4 y Mateo 4). Basado en Su ejemplo podemos entender que Su crítica al ayuno de los fariseos se fundamenta en la falta de sinceridad con que la hacían y no en el ayuno en si mismo. El ayuno auténtico debe siempre estar unido a la conversión, la sinceridad y la conducta moral.
«Mas ahora todavía - oráculo de Yahvé - volved a mí de todo corazón, con ayuno, con llantos, con lamentos.» Desgarrad vuestro corazón y no vuestros vestidos, volved a Yahvé vuestro Dios, porque El es clemente y compasivo, tardo a la cólera, rico en amor, y se ablanda ante la desgracia. - Joel 2,12-13
Hechos 14,23 --"designaron presbíteros en cada iglesia y después de hacer oración con ayunos, los encomendaron al Señor"
Tenemos constancia de los ayunos desde la primera generación cristiana. Allá por el año 60 d.C el documento patrístico llamado DIDAJE establece: Vuestros ayunos, sin embargo, no sean con los hipócritas: los que ayunan el segundo y el quinto día después del sábado. Vosotros, en cambio, ayunad el cuarto día y el viernes. ( Didajé VIII). Siglos más tarde será San Pedro Crisólogo quien recalque la importancia que tiene el ayuno en la fe: Tres cosas hay, hermanos, por las que se mantiene la fe, se conserva firme la devoción, persevera la virtud. Estas tres cosas son la oración, el ayuno y la misericordia. Lo que pide la oración, lo alcanza el ayuno y lo recibe la misericordia. Oración, misericordia y ayuno: tres cosas que son una sola, que se vivifican una a otra (SAN PEDRO CRISÓLOGO, Sermón 43).
4.-ABSTINENCIA:
La ley de abstinencia exige a un Católico de 14 años de edad y hasta su muerte, a abstenerse de comer carne los Viernes en honor a la Pasión de Jesús el Viernes Santo. La carne es considerada carne y órganos de mamíferos y aves de corral. También se encuentran prohibidas las sopas y cremas de ellos. Peces de mar y de agua dulce, anfibios, reptiles y mariscos son permitidos, así como productos derivados de animales como margarina y gelatina sin sabor a carne.
Podemos observar como en la Biblia se dan casos de abstenerse de comer ciertos alimentos, lo cual es un argumento muy sólido para defender la abstinencia de comer carne los Viernes.
Dios prescribe la abstinencia de ciertos manjares.
Y Dios impuso al hombre este mandamiento: «De cualquier árbol del jardín puedes comer, mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que comieres de él, morirás sin remedio» (Gn. 2, 16-17).
Pero Jesús les dijo: ¿no habéis leído lo que hizo David cuando sintió hambre él y los que le acompañaban, cómo entró en la casa de Dios y comieron los panes de la proposición, que no les era lícito comer a él a él ni a sus compañeros, sino sólo a los sacerdotes? (Mt. 12, 4).
Podemos citar a San Agustín como uno de los padres que nos enseña la abstinencia de ciertos alimentos ya era muy conocida en el cristianismo primitivo: En estos días, nuestras oraciones han de ser más fervorosas; y para que sean auxiliadas con los apoyos pertinentes, demos también limosnas con mayor fervor. Añádase a lo que ya dábamos lo que ahorramos con el ayuno y la abstinencia de los alimentos habituales. Si alguien, por alguna necesidad corporal o régimen alimenticio, no pudiese abstenerse de nada, ni, por tanto, a pesar de que sus limosnas debían ser más generosas, añadir a lo que suele dar a los pobres lo que se quita a sí mismo, por el hecho de que él de nada se priva, muestre su piedad dando al pobre; si no puede ayudar a sus oraciones con la mortificación corporal, introduzca en el corazón del pobre una limosna más generosa que pueda rogar por él. En las sagradas Escrituras se encuentra este excelente consejo, digno de ser seguido: Introduce -dice- en el corazón del pobre la limosna, y ésta orará por ti. ( San Agustín Sermón 209).
Jesús Urones-Apologista Católico