Dos carreras: la de El Corte Inglés y la de un minúsculo pueblo mexicano

Javier Belsa se levantó temprano, despertó a su hija, Blanca, y ambos se dirigieron hacia la Plaza Cataluña. En el coche le embargaba una emoción especial, pues hacía más de una década que no participaba en una carrera de El Corte Inglés que se había hecho ya una tradición en Barcelona, celebrándose en los últimos 31 años. Rudy Vera, el entusiasta profesor de educación física, tuvo una capacidad de convocatoria impresionante y Javier, Blanca y más de 50 personas provenientes del colegio Santa Isabel –incluida toda mi familia- nos hacíamos la foto de grupo delante del FNAC, veinte minutos antes de comenzar la carrera.

A más de 9.500 kilómetros de distancia, en el pequeño pueblo mexicano, Amexhe, situado entre Querétaro y Celaya, Pepín Casanueva esperaba a que llegara Raúl, su yerno, con las últimas bicicletas para los premios de los ganadores. Era la vuelta de la carrera de Amexhe. La Gripe A interrumpió una tradición que llevaba organizando Pepín ya 17 años seguidos. Por supuesto había nervios, pues eran pocos para coordinar muchas cosas.

Javier tomó la salida de la carrera de El Corte Inglés junto a más de 58.000 participantes. Subieron por Paseo de Gracia y llegaron hasta la calle Aragón, cerrada como todas las demás por la Guardia Urbana, a petición del monstruo de los grandes almacenes. En Amexhe, más de 200 niños –entre ellos dos nietos de Pepín: María y Álvaro,- se dirigieron al campo de fútbol, donde se realiza la carrera infantil. El campo se pudo utilizar gracias a que Concha, mujer del pueblo y madre de Manuel Hiraldo, (corredor juvenil que representa a su estado y que surgió gracias a la carrera de Amexhe), había conseguido un permiso para que se suspendiera el partido de fútbol de ese día.

Cuando Javier alcanzó la cima de Montjuic y se paró en el primer avituallamiento, el ganador de la carrera cruzaba la meta, delante de El Corte Inglés, terminando los casi 11 kilómetros en 33.04, a una media de 3:02 por kilómetro. Pepín vio con orgullo como el ganador de la prueba adulta de Amexhe paraba el crono en 37 minutos, realizando un gran promedio, 3:05 por kilómetro, en los 12 que tiene la carrera. El nivel, sin lugar a dudas, había subido enormemente en esta competición ya reconocida en el estado de Querétaro.

En el avituallamiento había agua para dar de beber a una manada de elefantes. La organización de El Corte Inglés era perfecta y cada participante podía hacer cola al final de la carrera para recibir hasta una coca-cola. En Amexhe, Mari Nieves, la mujer de Pepín, había preparado con cariño las bolsas de regalo con las que se obsequiaba a cada participante: con su camiseta, unas patatas y un zumo. La ilusión en la cara de los niños al recibir su zumo era indescriptible.

Javier enfilaba ya la bajada hacia Plaza Cataluña, cuando una niña federada cruzaba la meta proclamándose vencedora en su categoría. Llevaba unas bambas Asics nuevas, impecables. En Amexhe, otra niña de su edad, que Manuel comenzará a entrenar porque apunta buenas maneras, cruzaba la meta del campo de fútbol a la vez, ganando también su categoría a pesar de correr con unos zapatitos de calle medio rotos, los únicos zapatos que tenía.

Javier dio gracias al conseguir bajar de la hora y media. Catorce minutos antes había llegado María, mi hija, a quien se le da muy bien la carrera de fondo, pues posee dos características fundamentales en una corredora, perseverancia y espíritu de sacrificio, registró un tiempo muy bueno de 1 hora y 16 minutos. La llegada a la meta de la carrera del Corte Inglés era masiva. Tenías que esperar hasta dos minutos sólo para cruzar la línea, bajo los chillidos del speaker, el periodista de TV3, Xavier Bonastre. En Amexhe, era el propio Pepín quien hacía de speaker para entregar los premios. Otro de sus yernos, Quico, le ayudaba como juez de meta y su entrañable amigo, Jaime Cervera, que no podía faltar a una cita como ésta, coordinaba la entrega de los trofeos donados por El Gume.

Si lo pides, El Corte Inglés te envía tu diploma a casa. En la carrera de Amexhe, las cosas no son sofisticadas y los premios son más prácticos. A muchos se les dan mantas para mitigar el efecto de tener que dormir sobre el suelo. Al recibir la bicicleta y los 50 Euros que lo acreditaban como campeón, el ganador enterneció a todos con su frase: “Vine en camión (autobús) y me volverá a mi pueblo en bici”.

El presupuesto de la carrera de El Corte Inglés está dentro de toda una partida de publicidad que no duda en contratar a actrices como Meg Ryan para anunciar una campaña de primavera o verano. El modesto presupuesto de Amexhe, 3.000 Euros más los premios y regalos, sale de los bolsillos de Raúl, Jaime, Pepín y otro de sus grandes amigos, Pablo Marquina.

¿Y con cuál de las dos carreras me quedó? Pues, con las dos, empezando por el mero hecho de tener la oportunidad de practicar un deporte tan noble como correr, en el que compites contra ti mismo, aprendiendo muchas cosas sobre tus límites y sobre quién eres.

El Corte Inglés tiene sus objetivos, está claro, organizar la carrera popular más grande de Europa y hacer marca, y los consigue de forma muy loable: promoviendo el correr en grupo y en familia. La carrera de Amexhe también tiene el suyo: ayudar a todo un pueblo a salir adelante. Y lo está consiguiendo, pues en 18 años se ha mitigado bastante la pobreza del lugar.

Todos, como Javier, tendríamos que practicar un deporte en familia, pero sin olvidarnos que tenemos una responsabilidad con los desfavorecidos y por ello también deberíamos, en familia, organizar o apoyar iniciativas de caridad relacionadas con el deporte, como lo ha hecho Pepín.