¿Por qué se aborta? y III
por Cuestión de vida
Vamos con la tercera y última parte, aunque no agote el tema, porque la naturaleza humana es a la vez tan simple y tan compleja y el drama del aborto tan extendido en toda la sociedad, en todos los niveles sociales y culturales que sería interminable.
- La maternidad ha dejado de ser un bien: En todas las culturas y civilizaciones tener descendencia ha sido siempre un bien absoluto. Los hijos siempre habían sido una bendición y la mujer que no podía tenerlos lo vivía como una maldición y un drama. La Sagrada Escritura está llena de estas referencias. Pero ahora no lo es, cuando una mujer comunica que está embarazada no recibe la enhorabuena directamente, sino que se espera a saber si es o no deseado, se le pregunta que va a hacer y a veces sí es, no es, “planificado” la comunicación no verbal que recibe la madre es como si la hubiera sucedido una desgracia terrible. No nos damos cuenta de la importancia de estos detalles, porque ladecisión de abortar no es una decisión racional, sino visceraly ese lenguaje no verbal o verbal de reproche hace mucho daño.
- Relaciones líquidas:Una mujer embarazada quiere estabilidad y quiere seguridad, está en nuestra naturaleza, lo necesita para afrontar el embarazo y el cuidado de los hijos, pero frecuentemente no tiene ninguna de estas cosas que antiguamente le ofrecía el marido. Hoy en día la mayoría de los hijos y de los abortos son fuera del matrimonio, las nuevas relaciones sin compromiso no le ofrecen esa seguridad y estabilidad, y eso da causa una tremenda ansiedad y miedo al futuro. Si a esa inestabilidad de las relaciones le sumamos la inestabilidad laboral cada vez más frecuente, no solo en jóvenes, pero especialmente en ellos, ya tenemos la tormenta perfecta.
- Expulsión del varón: Se ha llegado al consenso generalizado de que el embarazo es una cuestión de mujeres y el aborto es cuestión de mujeres y los varones no tienen voz ni voto, esto tiene terribles consecuencias. Los niños nacen físicamente de la madre, pero tienen padre, sin varón no hay embarazo, eso parece evidente (aunque ya la evidencia se niega constantemente) y no solo padre, sino que los niños nacen en el seno de una familia, también tienen abuelos, tíos, hermanos, primos… Cuando se dice que el seguir o no adelante con un embarazo es decisión de la mujer, y muchos varones bien intencionados han tragado con esto, lo que estamos haciendo es dejarla sola, estamos diciendo que es su problema y que ella afrontará las consecuencias de tenerlo o de no tenerlo, lo cual ningunea absolutamente el padre y deja a la madre aislada y vulnerable, situación perfecta para ofrecerleun aborto como solución a sus problemas.
- Patologización del embarazo: La cultura de la muerte nos ha convencido de que el embarazo es como una enfermedad, por eso se habla de salud reproductiva cuando se refieren al aborto, como si el embarazo fuera el mal y el aborto la cura. El embarazo es algo natural, que puede malograrse o complicarse como cualquier otro proceso natural y que requiere sus revisiones y atención, pero el sistema sanitario a día de hoy más que cuidar de las embarazadas lo que hace es aterrorizarlas con posibles complicaciones, enfermedades, riesgos… magnificados hasta la náusea, para ofrecer a cada prueba la posibilidad de abortar a la madre, y todo por su bien y su salud por supuesto ¿o no? Terminan convirtiendo la época más bonita de la vida en la que una nueva vida crece y se va manifestando dentro de ti, ese momento en que una se siente “habitada”, en una pesadilla hipocondriaca.
La cultura de la muerte ha calado en nuestra sociedad en su conjunto, no solo en nuestras leyes, sino en la sanidad, en las relaciones humanas, en nuestras ideas y actitudes, en nuestras pseudo moral colectiva, ha calado hasta lo más profundo en todos los estratos. Por eso no podemos revertirlo solo dando ayudas a mamás embarazadas, que está muy bien y que es necesario y que bienvenido sea por supuesto, pero hay un trabajo mayor que hacer, evangelizar de nuevo esta sociedad paganizada, apóstata, como los primeros cristianos hicieron, eso sí, dieron testimonio con el martirio y cada vez estoy más convencida de que a nosotros también nos toca hacerlo.