En 2007 nos acompañó a la basílica de San Pancracio para dar gracias por los Mártires
P. Gonzalo Raymundo, Heraldo del Evangelio, descansa en paz
Nuestro querido padre Gonzalo Raymundo, Heraldo del Evangelio, ha fallecido víctima de una enfermedad terminal, en la ciudad brasileña de Sao Paulo este lunes 12 de abril. El P. Raymundo durante sus años de apostolado en la archidiócesis de Toledo, colaboró en diversas actividades organizadas por distintas parroquias, destacando, sobre todo, en las misiones marianas organizadas por muchas parroquias.
Cuando tuvo lugar la peregrinación que la Postulación organizó a la Ciudad Eterna para las beatificaciones de 498 mártires de la persecución religiosa, a la que conseguimos llevar 800 peregrinos, enseguida Gonzalo -todavía no era sacerdote- nos dio su sí para encargarse de los cantos de la celebración de Acción de Gracias que tuvo lugar en la basílica de San Pancracio. Siempre que oigo el Himno Pontificio, recuerdo su voz cantándolo:
Oh, Roma eterna, de mártires y santos,
Oh, Roma eterna, acoge nuestro canto.
Gloria en lo alto, a Dios en majestad,
Paz en la tierra, justicia y caridad.
A ti corremos, angélico Pastor,
en ti vemos al Dulce Redentor.
La voz de Pedro en la tuya el mundo escucha,
Fuerza y escudo de quien combate y lucha.
No vencerán las fuerzas del Infierno,
Mas la verdad y el dulce amor fraterno.
Salve, salve Roma, es eterna tu historia,
Cántanos tu gloria monumentos y altares.
Roma de apóstoles, madre y maestra de verdad,
Roma, toda Cristiandad, el mundo esperan en ti.
Salve, salve Roma, tu sol no tiene poniente,
Vence refulgente todo error y todo mal.
Salve Santo Padre, vivas tanto más que Pedro,
caiga cual miel de las rocas la bendición papal.
28 de octubre de 2007
Por aquel entonces, el cardenal Antonio Cañizares era el Arzobispo Primado de Toledo y cardenal con el título de esa basílica romana. No dudamos en organizar una vigilia junto con la diócesis de Albacete para dar gracias por los trece clérigos de Toledo que habían sido beatificados junto a los dominicos de Ocaña , los carmelitas de Toledo, los hermanos de La Salle de Consuegra y algún religioso más nacido en la Archidiócesis que también subieron a los altares en esa jornada única.
La foto que conservo, sobre estas líneas, es del relicario de los mártires de Toledo delante del altar que conserva los restos de San Pancracio.
Las demás son de la Misa de Acción de Gracias por la beatificación del beato Saturnino Ortega Montealegre, arcipreste de Talavera de la Reina. Con los restos del mártir procesionamos por las calles de la ciudad de la cerámica, desde el Carmelo (bajo estas líneas, la primera foto, los Heraldos cargan con la urna-relicario del Beato) al templo de San Francisco, donde fue la Eucaristía. El padre Gonzalo dirigió los cantos.
Breve semblanza
El P. Gonzalo nacía en la ciudad de San Sebastián en 1971; posteriormente cursó sus estudios en Zaragoza, São Paulo y en Roma; siendo ordenado diácono por el Cardenal Arzobispo de São Paulo, D. Odilo Pedro Scherer y sacerdote el 30 de septiembre de 2010.
D. Gonzalo residió durante muchos años en Camarenilla y allí además de dirigir el coro y la banda de música de los Heraldos del Evangelio, fue superior de la Casa. Organizó diversas Misiones Marianas en parroquias de la Archidiócesis, así como conciertos catequéticos en varios pueblos. También, como sacerdote, fue invitado a presidir la Eucaristía en fiestas patronales de algunas parroquias. “Era muy conocido y querido en nuestra archidiócesis de Toledo” subraya José Alberto Rugeles, Heraldo del Evangelio residente en Camarenilla.
Extraordinariamente dotado para la música, hizo de ella una herramienta de evangelización. En Roma prestó sus servicios en la Casa de Procura y los últimos años ha trabajado en Centroamérica como misionero en varios países. Allí, su fallecimiento ha producido una gran consternación.
“Enfrentó la enfermedad con resignación y gallardía, dando a quienes le cuidaron en sus últimos meses, ejemplo de fe, de entereza y de preocupación mayor por quienes le atendían que por sí mismo. Ofreció su vida por las necesidades de la Santa Iglesia, y en las manos maternales de María Santísima, a quien había consagrado su vida y su sacerdocio”. Así explica Rugeles los momentos de su enfermedad.
En la misa ofrecida por el alma del padre Gonzalo, desde El Salvador, podemos escuchar la homilía del padre Gioia en el minuto 24:10. Luego en el minuto 44:25 la Comunión Espiritual recitada por el padre Raymundo.
Tras la entrada del blog me han escrito un par de amigos:
- Jorge, buenos días. Te agradezco me hayas comunicado está triste noticia, así como el artículo que escribes. Conocí al padre Gonzalo cuando estaba en..., donde les invite en alguna ocasión. Era realmente bueno. Durante el confinamiento más estricto encontré por casualidad, con verdadera satisfacción, las retransmisiones que hacían desde la capilla donde estaba ahora destinado, y escuché sus homilías y recé los rosarios con ellos. Le encomendaré mucho. Gracias.
- El P. Gonzalo Raymundo fue mi compañero de clase en Zaragoza y me llevó a la fe... Era impresionante la gravedad y a la vez sencillez de su predicación, fruto de su vida. Descanse en paz...Recemos por él.
- El P. Gonzalo Raymundo fue mi compañero de clase. Una vida muy edificante y santa. Pidamos por su alma (infocatolica.com)