In memoriam del Emmo. y Rvdmo. Francisco Cardenal Álvarez Martínez
El Cardenal de los Mártires
Va con la persona, pero muchas veces da como pudor hablar de uno mismo. Pero, por qué no hacerlo cuando uno debe agradecer lo que ha sido y, en mi caso, la manera de ejercer el ministerio sacerdotal, si tu Obispo te condicionó de por vida, a Dios gracias.
Nuestra promoción fue la última que ordenó el Cardenal González Martín, nuestro querido Don Marcelo. Lo hizo como administrador apostólico. De hecho, dos días antes de nuestra ordenación Don Francisco Álvarez Martínez, que en paz descanse, había sido designado para ocupar la sede primada de Toledo el 23 de junio de 1995. Tomó posesión de la Archidiócesis el 24 de septiembre del mismo año.
[Toledo 24.09.1995.- El obispo de la Diócesis de Orihuela-Alicante, Francisco Álvarez Martínez (i) recibe el báculo como nuevo arzobispo de Toledo de manos de su antecesor el cardenal Marcelo González Martín. EFE/Jesús Carvajal]
San Juan Pablo II aceptó su renuncia por edad el 24 de octubre de 2002.
Aunque mis primeros nombramientos estaban firmados por Don Marcelo, al año siguiente fui nombrado por Don Francisco capellán de la Orden de Hijas de María Nuestra Señora y del colegio "Compañía de María". El pasado 11 de septiembre se cumplieron 25 años de aquel nombramiento que aún ejerzo. De Don Francisco recibí el permiso para la aventura "mediática" de celebrar cinco años la Santa Misa dominical (de 1998 a 2003) por COPE, cuando no había redes sociales y algún EGM daba una audiencia de 418.000 oyentes. De él también recibí los permisos "misioneros para ir a Albania".
En fin, desde su pontificado -por lo menos, para mí- hasta hoy. Aunque luego vinieron el cardenal Cañizares, Don Braulio y ahora, Don Francisco Cerro.
Cuando estaba a punto (de hecho faltaban 50 días) de marcharme a las misiones -con nombramiento que conservo, una vez más, firmado por Don Francisco- me hizo llegar por medio de su Obispo auxiliar, monseñor Juan José Asenjo, que me pedía que me esperase para completar la información para hacer la primera causa que como Provincia Eclesiástica se iba a presentar en Roma con 940 mártires de la persecución religiosa... A los días, él mismo, con esa sencillez pero a la vez contundencia que tenía, al encontrarnos providencialmente me aseveró diciendo: -Ya le has dicho que sí a Don Juan José...
El cardenal Álvarez Martínez entendió con precisión lo solicitado por san Juan Pablo II en la Tertio Millennio Adveniente sobre que era preciso que las Iglesias locales hicieran todo lo posible por no perder el recuerdo de quienes han sufrido el martirio, recogiendo para ello la documentación necesaria. Junto al Obispo auxiliar (que no olvidemos era Secretario de la Conferencia Episcopal) y al habla con los obispos de Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Sigüenza-Guadalajara (después se unirían la diócesis de Ávila y las diferentes familias religiosas) decidieron comenzar un proceso de canonización que determinase quiénes y cuántos eran los que podían formar parte de esta Causa y reconocer que ciertamente habían muerto por odio a la fe.
Antes de dejar la Archidiócesis recibí su nombramiento como Postulador para las causas de los mártires de la Provincia Eclesiástica de Toledo (que coincide con las cinco provincias de la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha) y la diócesis de Ávila. Eso, 940 mártires...
El camino ha sido muy largo. Roma dictó que eran muchos y la Causa la forman 464 mártires. Dentro de un mes se clausura la fase diocesana de la diócesis de Cuenca. La mitad del trabajo habrá llegado a su conclusión. Levantar este edificio ha sido muy costoso. Pero NUESTROS MÁRTIRES lo merecían. Y Don Francisco lo sabía y se empeñó en ello. Dar el primer paso fue preciso. Que desde el Cielo no olvide esta que también fue su causa.
DESCANSE EN PAZ y que los Mártires de la provincia eclesiástica que él presidió hayan salido a recibirle. Mándenos su bendición.