Tajamar y lo que enseña a los colegios católicos
Tajamar y lo que enseña a los colegios católicos
por Duc in altum!
El colegio Tajamar, como se lee en su sitio web, “nació en 1958 en el barrio de Vallecas, secundando así un deseo expreso de San Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei. En los años 50 este barrio madrileño estaba marginado de los planes de educación y no existía ningún centro educativo de enseñanza media. Había más de 12.800 niños sin escolarizar, según datos oficiales. Los alrededores eran descampados, escombreras y chabolas”. Actualmente, “busca formar a sus alumnos en el sentido de responsabilidad en su trabajo profesional y en una visión cristiana de la vida”. Y ha conseguido fama mundial debido a su coro que, sobre todo, en el tiempo de Navidad, retoma el valor musical de los villancicos.
¿Qué enseña, por lo tanto, Tajamar al resto de los colegios católicos? A recuperar la creatividad y el hecho de fomentar los talentos. Las instituciones educativas de la Iglesia; sobre todo, en aquellos países en los que existen muchas ofertas de colegios laicos, tienen que redescubrir su originalidad. ¿Qué hace que una escuela sea católica? Sin duda, los valores de la antropología cristiana y el nivel académico, pero si el ideario no se asimila a través de proyectos en los que los estudiantes sean protagonistas, se vuelve letra muerta y eso termina por bajar la matrícula. El coro de Tajamar reúne los tres elementos: fe, calidad y talento de los estudiantes. Hay que apostarle al arte y al deporte como dos vías para expresar la educación de inspiración cristiana que no tiene que ser anticuada, sino de vanguardia, ¡de avanzada! (en el buen sentido).
Para que un colegio católico sea innovador y aprenda de Tajamar, tiene que ser muy claro con sus colaboradores: Si quieres trabajar aquí, debes tener profesionalismo, actitud y vocación. Hay que evitar que las instituciones de la Iglesia caigan en el “siempre se ha hecho así”. El Papa Francisco lo ha pedido desde los primeros días de su pontificado. Innovar, implica dinero, es verdad, pero es preferible invertir a dejar que una obra con futuro se termine, no por voluntad de Dios, sino por falta de interés en pro de la educación.
Tajamar comparte su misión con los alumnos. Dejemos, con la debida asesoría, que los estudiantes sean protagonistas. En esto se encuentra gran parte del factor diferencial de la educación católica.