La persecución religiosa sufrida desde 1931 a 1939 aniquiló cientos de imágenes de María Santísima
El martirio de la Virgen María en 1936. La Virgen de los Milagros de la Rábida
El 14 de junio de 1993 fue coronada por el Papa Juan Pablo II, quien la nombró “Madre de España y América”. La imagen es patrona del monasterio y de Palos de la Frontera. Las fiestas en su honor tienen lugar en el mes de agosto y finalizan con una romería. El monasterio de La Rábida es donde se encuentra la imagen.
CORONACIÓN DE LA IMAGEN DE NUESTRA SEÑORA DE LOS MILAGROS
ORACIÓN DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II
Monasterio de la Rábida, Huelva
14 de junio de 1993
1. Dios te salve, Madre y Señora Nuestra de los Milagros,
Santa María de la Rábida.
Peregrino por tierras andaluzas,
donde se siente por doquier tu presencia y se oye tu nombre,
he venido a los Lugares Colombinos, que, de modo privilegiado,
evocan los recuerdos, siempre vivos,
del V Centenario de la Evangelización de América.
Ante tu imagen oró Cristóbal Colón
y de ti recibió fortaleza y amparo para su intrépido proyecto,
que la reina Isabel la Católica puso al servicio de la fe.
2. Estrella de los mares y Madre de los marineros.
Tus hijos palermos llevaban impresa en sus ojos y en su corazón
tu imagen de bondad y dulzura cuando, aquel 3 de agosto de 1492,
guiados por el Almirante y por los hermanos Pinzón,
sostenidos por el cariño y la oración de sus esposas e hijos,
zarparon del puerto de Palos hacia la singular aventura
del encuentro de dos mundos,
que abrió nuevos caminos al Evangelio.
Tu nombre, “ Santa María ”, era el de la nao capitana.
Y con ese nombre en sus labios y en sus corazones,
una pléyade de misioneros llevaron la Buena Nueva de salvación
a los nuevos pueblos de América.
3. Tu imagen, Virgen María,
ha hecho presente, a través de los siglos, tu amor maternal
para todos los hijos de esta tierra,
en sus faenas de mar y en sus labores agrícolas,
en los momentos de angustia, y en los gozos y alegrías.
Por eso, por voluntad de mi predecesor Pablo VI,
fuiste declarada celestial Patrona de la ciudad de Palos,
y eres aclamada como Reina por estos hijos tuyos,
que sienten en sus vidas tu amorosa intercesión.
A ti, humilde Madre del Señor,
la Trinidad gloriosa te coronó en el cielo.
Y hoy, como signo de filial devoción,
colocamos en tu imagen y en la de tu Hijo Jesús
la corona de amor y de fe de este pueblo que te venera.
4. Santa María, Estrella de la Evangelización,
Madre de España y de América.
Ante ti se renueva la memoria, cinco veces centenaria,
del anuncio de Cristo a los pueblos del Nuevo Mundo.
Rodean a tu imagen los emblemas de tantas Naciones
hermanadas por la misma fe católica y la misma lengua hispana.
Tras peregrinar por las queridas tierras de América,
y haber visto por doquier tu presencia maternal,
vengo ahora a darte gracias, Virgen Santísima,
por los cinco siglos de acción evangelizadora en el Nuevo Mundo.
Te encomiendo a todas las Naciones hermanas de América,
para que se abran más y más a la Buena Nueva que libera y salva.
5. Madre de Dios y Madre nuestra,
bendice a la comunidad de franciscanos, que te venera.
Protege a las familias, a los niños y jóvenes, a los ancianos,
a los pobres y enfermos, y a cuantos se acogen a tu protección.
Guíalos en el camino de la vida para que encuentren al Señor.
Dales luz y fuerza para que sigan sus huellas.
Sé para todos tus hijos de Palos
la Estrella que los conduzca a Jesús, Luz del mundo.
Abre su corazón a la solidaridad con los más necesitados.
Renueva en la Iglesia onubense y en toda España
la conciencia misionera, que llevó a una pléyade de sus hijos
a compartir la fe de sus mayores con los hermanos de ultramar.
6. Reina y Señora de los Milagros,
desde este histórico lugar de La Rábida,
cuna del Descubrimiento y Evangelización de América,
muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre,
y ruega siempre por nosotros para que seamos dignos de alcanzar
y gozar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Bajo estas líneas, la imagen policromada y sin el ropaje externo. Antes de la Guerra Civil.
Durante los sucesos de la persecución religiosa, el 21 de julio de 1936 la parroquia de San Jorge [al final del artículo] de Palos de la Frontera (Huelva) sufrió la ira de los milicianos, y, entre los muchos destrozos que padeció el templo, especialmente destacable fue el de la patrona, -que se encontraba en esos momentos en un camarín de la parroquia-, quedando rota en cinco pedazos.
El 22 de julio de 1936 se convirtió en una fecha clave para la supervivencia de esta talla, ya que por fortuna para la imagen un religioso franciscano, el P. Jenaro de Jesús Prieto y Leiva, en medio del peligro de dichos sucesos, recogió los trozos de la talla que pudo en esos momentos, y más tarde, calmada la situación, regresó a por algunos trozos que faltaban. El padre fray Jenaro de Jesús resultó clave para la devolución de la efigie a su santuario de La Rábida.
Sería el imaginero José Rivera García quien realizara la restauración completa de la imagen, que concluyó en noviembre de 1936. En esta ocasión, se esculpió el brazo derecho del pequeño Jesús, se sustituyó la antigua azucena de la Virgen por una granada, y se eliminó la policromía que bastardeaba el modelado.
Mientras la talla era restaurada en Sevilla, fray Jenaro de Jesús hizo los trámites necesarios para que la Virgen fuese devuelta a su legítimo santuario, iniciando un expediente de solicitud de traslado definitivo de la imagen al monasterio que se dirigió al Papa Pío XI, con la recomendación del Cardenal Arzobispo de Sevilla, Eustaquio Ilundain y Esteban y el visto bueno del párroco de Palos, Cristóbal Escribano Oliva. La Sagrada Congregación del Concilio finalmente decidió en favor del monasterio y, el 26 de febrero de 1937, dictaminó que la imagen fuese devuelta a su lugar en el convento de la Rábida. La Santa Sede encargó al Arzobispo de Sevilla que llevara a cabo el citado dictamen.