Terremoto en Chile y ayuda argentina: la Hispanoamérica profunda
por Marcelo González
Huelga decir que Chile ha quedado, en especial en la zona sur, virtualmente destruído por los sucesivos movimientos sísmicos que han tenido lugar desde el 27 de febrero pasado. Resulta también ocioso recordar a los lectores lo que significan para la población no solo las desgracias personales (no tan numerosas si las proporcionamos con la magnitud del terremoto y sus remezones, más los maremotos que aniquilaron las zonas costeras) sino también la destrucción material y la carestía.
En medio de tantas desgracias hemos sabido que un buen amigo, no solo buscó sino además encontró entre personas con capacidad para disponer de medios, una ayuda vital para aliviar estos pesares.
Pero más allá de gestionarlo, nuestro amigo acompañó personalmente la caravana de ayuda, con la sola escolta de una joven hija suya, cruzó la cordillera y emprendió un viaje peligroso por el estado de los caminos, por los temblores recurrentes y aún por la propia seguridad comprometida por actos de saqueo que lamentablemente son usuales después de estas situaciones y especialmente atractivos para una caravana de provisiones.
Gabriel Cigna, nuestro amigo, obtuvo de la buena disposición del intendente municipal (o alcalde) de la jurisdicción de Malvinas Argentinas, ciudad del oeste del Gran Buenos Aires, Jesús Cariglino, el préstamo de dos camiones que llevaron 15.000 kilos de alimentos y productos de primera necesidad a las poblaciones centenarias de Pencahue y Curepto, al sur de Chile, en la jurisdicción de la 7ª Región.
Y como Gabriel, o Gary para los amigos, nunca hace ruido, pero tampoco se queda quieto cuando alguien necesita, buscó y obtuvo el apoyo del embajador de la República de Eslovenia en la Argentina, Avgustin Vivod, del Consul general de Chile y de muchos amigos más, que destrabaron los trámites y abrieron paso allí donde los obstáculos burocráticos se interpusieron ante las necesidades.
De los innumerables testimonios fotográficos de este viaje aventura de nuestro amigo cuyo gesto de caridad cristiana debe valorarse en su verdadera dimensión, por lo silencioso y por lo arriesgado, destaco estas fotografías, que hablan ellas mismas con gran elocuencia.
Centenarios adobes cedieron a la fuerza del terremoto
Calle central del pueblo
Daños en la iglesia
El Cristo, con su exvotos al pie, destrozado por la caída
Nuestra Señora del Carmen, Patrona de Chile, intacta
Ruina en Pencahue...
La ayuda del Municipio de Malvinas Argentinas
Alcaldía
Quisiera dejar testimonio de este gesto “privado”, aunque se sumaron a él meritoriamente personalidades públicas y lo hicieron posible. Porque es la Argentina profunda que socorre al Chile profundo, un signo de lo que va quedando de la Hispanoamérica. Tal vez tan en ruinas como después de un terremoto bicentenario ya que dimos en llamar independencia, pero aún viva y capaz de resurgir, como pedía el poeta nicaragüense Rubén Darío, en los hijos de América, en los nietos de España, que aún rezan a Jesucristo y que aún hablan el español...