Demonios ocultos

24 febrero 2010 00:00

Según recogen varios informes de distintos organismos de la O.N.U y la U.E, España es, en términos absolutos, el mayor consumidor de cocaína del mundo, superando en una décima porcentual a los EE.UU, tambien estamos a la cabeza en consumo de cannabis y, en términos relativos, ocupamos los primeros puestos en cuanto a divorcios y abortos. Tambien es alarmante la cifra de suicidios entre los más jóvenes, siendo esta la segunda causa de muerte entre jóvenes de 15 a 24 años, solo por detrás de los accidentes. En un curso para profesores, al cual asistí el pasado mes de junio, una psicólogo infantil nos aseguró que en cierto rango de edades, entre menores de edad, constituía la primera causa, pero que no se daba publicidad al hecho por el efecto llamada que el suicidio tiene entre jóvenes y adolescentes.

A pesar de la opinión generalizada de muchos, que ven nuestra sociedad como “la sociedad del bienestar”, de la libertad, cultura, la ciencia y la luz, la realidad es que vivimos en una sociedad triste, oscura, sin pulso ni ilusión… y mucho menos esperanza. Cada cual aspira, como mucho, a llegar al fin de semana para poder tomar una cervecita con los amigos con la confianza de que le dejen “seguir vivo” el instante siguiente. Relativismo, individualismo y hedonismo son los ingredientes con los que hemos formado la sociedad más triste de la historia de la humanidad. Paradójicamente, ahora que tenemos cada vez más y la vida es más cómoda, nuestra alma está aplastada contra la saciedad, aburrida, que nos produce todo.

Ante este panorama los cristianos estamos llamados a ser Luz del mundo y Sal de la tierra.

Muchos de los problemas, o mejor de los síntomas, antes citados tienen una raíz, y una parte de solución, política y cultural, pero esta no es la principal causa, ni solución, aunque muchas veces nos centremos, exclusivamente, en ello. La verdad es que se trata de un reto, un trabajo, una batalla principalmente espiritual: Primero respecto a nosotros mismos para que, luchando contra la concupiscencia, hagamos disminuir al hombre viejo y seamos, cada vez más, hombres nuevos que, a imagen de Cristo, sean fermento del Reino de los Cielos y Segundo, aliados con María, luchemos contra las asechanzas de los demonios.

Como nos recuerda San Pablo: "Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este mundo, contra huestes espirituales de maldad en los lugares celestiales" (Efesios 6:12).

El P Fortea relata en un libro, que recoge sus experiencias como exorcista, que en cierto caso de posesión (*), tuvieron una serie de revelaciones que señalaban la actuación diabólica, unida, claro está a nuestro pecado y olvido de Dios, como principal causa del estado en que se encuentra nuestra nación. Hoy más que nunca necesitamos orar, hacer penitencia y amar, “rasgando los corazones y no las vestiduras” en este combate espiritual que como Iglesia militante que peregrina en España, debemos dar contra los espíritus del mal.

Termino permitiéndome una pequeña licencia litúrgica, que comparto con todos los lectores por si quieren unirse conmigo en oración, parafraseando una oración conclusiva de Completas:

"Visita Señor esta nación,

aleja de ella las insidias del enemigo.

Que tus santos ángeles habiten en ella

y nos guarden en paz.

Y que tu bendición permanezca siempre

sobre nosotros.

Amén"

Santiago patrón de las Españas, discípulo y apóstol del Señor, ruega por nosotros.

San Fernando, ruega por nosotros.

San Isidoro, San Fulgencio y Santa Florentina, rogad por nosotros.

Santa Teresa de Jesús, ruega por nosotros.

San Juan de la Cruz, ruega por nosotros.

San Francisco Javier, ruega por nosotros.

San Ignacio de Loyola, ruega por nosotros.

…

Santos Mártires Españoles del S.XX, rogad por nosotros.

San Jorge, ruega por nosotros.

Santo Ángel Custodio de España, ruega por nosotros.

San Miguel Arcángel, ruega por nosotros.

Santa María, virgen Inmaculada, patrona de España, ruega por nosotros.

Germán Menéndez

(*) Me refiero al caso de “la posesión de Marta” que tuvo mucha repercusión en prensa y televisión, fue publicado por el diario “el Mundo” en su edición en papel. Y explicaba el P Fortea que Dios, nuestro Señor, permitía este caso, prolongado por varios años, para que, en España, nos convenciéramos de la realidad del demonio, de su actuación y de cómo muchos demonios ocultos trabajaban por la destrucción de España empeñados en que abandonemos al Señor. En varias de esas sesiones tuvieron mensajes de San Miguel que les alertaba sobre estos asuntos y de la necesidad de la Oración, especialmente de la juventud española.

Estos testimonios están recogidos en la obra “Summa demoniaca” del P Fortea