Venerable María Antonia de Jesús: madre de familia y carmelita descalza
por Sólo Dios basta
La santidad es una llamada universal para todos, nos los recuerda el Papa Francisco en su exhortación apostólica Gaudete et exsultate. Se puede ser santo desde la vida religiosa o matrimonial y en algunas ocasiones muy especiales en ambos casos a la vez. Uno de ellos es María Antonia Pereira y Andrade nacida en Cuntis (Galicia), esposa de Juan Antonio Valverde y madre de dos hijos, Sebastián y Leonor, que después de algunos años de estar casada, por mutuo acuerdo, dicho matrimonio se separa y ambos, marido y mujer, entran a formar parte de la Orden del Carmelo Descalzo. Puede resultar en un primer momento llamativo, pero si conocemos bien a Madre María Antonia nos damos cuenta de la profunda vida que se puede llevar como madre de familia y más tarde como religiosa en un monasterio de clausura. Pero nos remontamos al siglo XVIII (1700-1760). No es el único caso, los padres de la Venerable Madre Sor María de Jesús de Ágreda hicieron algo parecido un siglo antes.
No es el momento de narrar ahora la vida de esta insigne carmelita descalza, si alguno está interesado le invito a leer Una mística gallega en el s. XVIII. La Venerable Madre María Antonia de Jesús o La monjita del Penedo. Y si sabe esperar, dentro de unos meses, podrá leer la propia Autobiografía que se encuentra aún inédita. Sí que se ha publicado parte de su obra principal: Edificio espiritual.
Lo importante y el motivo por el que presento a esta mística gallega, es porque en noviembre fue declarada Venerable, es decir, se han aprobado de forma oficial por la Santa Sede que Madre María Antonia ha vivido de manera heroica las virtudes. Ahora esperamos el milagro que la eleve a los altares como Beata.
Para celebrar este paso importante en la causa de beatificación, el pasado día 2 de febrero, día de la Vida Consagrada, tuvo lugar en el monasterio fundado por ella en Santiago de Compostela una celebración para dar a conocer a todos de manera pública su Venerabilidad. Vino de Roma el Postulador General del Carmelo Descalzo, P. Romano Gambalunga, con el decreto oficial de la aprobación de las virtudes y título de Venerable de Madre María Antonia de Jesús. Con la iglesia llena de fieles venidos del pueblo natal, Cuntis, y de otros lugares, descendientes, gaiteros, religiosos de diversas órdenes, sacerdotes y el arzobispo de Santiago, D. Julián Barrio, nos metimos de lleno en la celebración. Comenzó el P. Romano con una iluminadora conferencia sobre el hecho de declarar Venerable a Madre María Antonia y los pasos a seguir a partir de ahora. Siguieron las vísperas solemnes y a continuación la misa presidida, al igual que las vísperas, por D. Julián en la que fue leído por el Postulador General el decreto de Venerabilidad de Madre María Antonia.
Una gran fiesta para dar gracias a Dios por fijarse en una sencilla mujer analfabeta, en los primeros años de su vida, que crea una familia de sangre para luego ingresar en una familia religiosa y dejarnos unos escritos llenos de la presencia de Dios. Y todo ello vivido a la luz del Espíritu Santo que le transforma, le cambia la vida y le ayuda a cumplir la voluntad del Padre siguiendo a Jesucristo como esposa fiel en el mundo y después en el claustro carmelitano.
Una figura a conocer sin duda y a la que podemos y debemos acogernos para suplicar su intercesión. Ella sabía bien lo que era el matrimonio y sería bueno encomendarle los problemas que puedan surgir en las familias para que ella, con amor de esposa, acuda en su ayuda y socorra aquellas súplicas para acercarnos a la solución verdadera, eficaz y renovadora: Jesucristo.
Madre María Antonia de Jesús nos puede ayudar a vivir de otra manera el matrimonio o la vida religiosa. Si dejamos que Dios actúe en nuestras vidas como hizo ella, todo cambia, no somos nosotros, sino que es Dios quien presenta el plan y nosotros nos disponemos a cumplirlo. Y si cumplimos la voluntad de Dios nos acercamos a nuestra vocación, la santidad de vida. Madre María Antonia de Jesús es un faro singular en nuestro camino que la Iglesia acaba de presentar como modelo de vida ejemplar y heroica. ¿Y nuestra vida cómo es?: ¿Buscamos la santidad en el matrimonio, la vida religiosa o sacerdotal? Espero que sí.
Lo vivido en Santiago de Compostela el pasado día 2 demuestra que una vida virtuosa como la de María Antonia de Jesús es capaz de arrastrar y contagiar a mucha gente para vivir y celebrar que la santidad es una camino y que todos estamos llamados a ello. ¿Empezamos a caminar? Madre María Antonia nos invita a ello al final de su Edificio espiritual; se dirige a sus hijas, las monjas del monasterio compostelano, para elevar la oración por aquellos que se pierden en los caminos de la vida reconociendo a la vez la virtud de otros muchos: “Y, así, aunque hay almas santas y puras en el siglo que sirven a Dios muy de veras, y se hacen dignas de sus divinos favores, con todo, Hijas, también hay muchas que no se acuerdan mucho de Dios, por estar preocupado su pensamiento de las cosas que sólo sirven para el alma de sus negocios […] mas poco cuidan del negocio de sus almas. Por tanto es preciso que roguemos a Dios por dichas almas, para que no se pierda la preciosa Sangre de su amado Hijo por ellas”.