Matrimonio en crisis
Una no pequeña parte de jóvenes actuales, ayunos de principios y convicciones religiosas y morales, tienen su código de comportamiento respecto al matrimonio, al que se atienen, cuando la convivencia en pareja no funciona a su gusto. He aquí, en síntesis, lo que piensan sobre el matrimonio tradicional: “No entienden un compromiso de por vida”. A las primeras dificultades, la salida es “cada uno por su lado”. Huyen del matrimonio-¡nada de papeles¡- como gatos escaldados, del agua fría. Para no pocos “el matrimonio es la tumba del amor”. Confunden amor con deseo y satisfacción sexual. No quieren compromisos de ningún tipo. La cuestión económica es fundamental. No se arriesgan a larga convivencia, si no hay separación de bienes, “por si las moscas”. Valoran como bien grande, el hijo y la fidelidad al otro. La única norma admitida por todos es èsta: “Es bueno lo que me va bien y malo lo que me contraría o hace infeliz”.
A los mayores podrá gustar o no esta ideología o praxis juvenil actual, pero para una gran parte de la juventud no existe otra. Ahora, una sola pregunta a los padres o abuelos de hoy: “¿Hay o no futuro para el matrimonio así entendido y vivido?”.
A los mayores podrá gustar o no esta ideología o praxis juvenil actual, pero para una gran parte de la juventud no existe otra. Ahora, una sola pregunta a los padres o abuelos de hoy: “¿Hay o no futuro para el matrimonio así entendido y vivido?”.
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