Noticias de Miguel Rivilla sobre su persona
por Desde mi ventana
Ante el silencio que he mantenido desde el 22/12 al 4/1/ 20 y la imposibilidad de contestar a cuantos se han interesado por mi persona o extrañado de mi silencio en estos días, paso a informarles por el presente correo.
-Tras un subidón de tensión nerviosa y situación anímica especial, fui ingresado en el Hospital de Alcorcón por 1ª vez en mi larga vida, próximos a cumplir los 85 años.
Tanto el trato del personal sanitario como el de los sacerdotes de Alcorcón, fue de lo más afectuoso, cordial, espiritual y provechoso para mi salud corporal y espiritual.
Todos los días, incluyendo la Noche buena, recibí la visita de los 2 capellanes del Hospital, con la comunión y concelebrando por la tarde con ellos. Me visito el Sr, Obispo don Joquín, el día último del año-¡ un detallazo que no olvidaré¡ -al estar cenando solo esa última noche del año.
Tras muchas pruebas de corazón sobre todo y de cerebro, el día 4 los médicos con un completo informe sobre mi estado general de salud, actualmente satisfactorio, me dieron el ALTA médica.
Hace tiempo que tenía solicitado el ingreso en la Residencia sacerdotal de S. Pedro en S.Bernardo 101, Mutual del clero. Con Isabel, la vecina que desde que murió mi madre me venía cuidando, pese a sus muchos y graves problemas personales y familiares que le agobian, se me ofreció la posibilidad del ingreso en esa residencia.
Tengo asignada ya la habitación en obras, que terminarán sobre el 20 de este mes y allí en compañía del clero de Madrid, estaré hasta que el Señor Jesús disponga de mi destino definitivo. En la medida de mis posibilidades y por este medio que me resulta familiar estaré en contacto con cuantas personas- sacerdotes, religiosos y laicos- me conocen y me han tratado. En mi ingreso-cuyo papeleo estoy concluyendo- os informaré puntualmente. Voy contento y feliz pues mi situación personal lo estaba claramente necesitando.
Un fuerte abrazo a todos, con mi cordial felicitación del nuevo 2016 y hasta que el Señor quiera llamarme a la común casa del cielo, tras mi purificación en el purgatorio donde necesitaré vuestro recuerdo, oraciones y celebración de la santa misa.
En paz espiritual, serena alegría y especial agradecimiento a la divina misericordía del
Señor en el año del Jubileo eclesial, me despido de todos con mi sincero agradecimiento y bendición sacerdotal.
Afmo en Xto.
MIGUEL RIVILLA SAN MARTIN. Presbítero emérito
-Tras un subidón de tensión nerviosa y situación anímica especial, fui ingresado en el Hospital de Alcorcón por 1ª vez en mi larga vida, próximos a cumplir los 85 años.
Tanto el trato del personal sanitario como el de los sacerdotes de Alcorcón, fue de lo más afectuoso, cordial, espiritual y provechoso para mi salud corporal y espiritual.
Todos los días, incluyendo la Noche buena, recibí la visita de los 2 capellanes del Hospital, con la comunión y concelebrando por la tarde con ellos. Me visito el Sr, Obispo don Joquín, el día último del año-¡ un detallazo que no olvidaré¡ -al estar cenando solo esa última noche del año.
Tras muchas pruebas de corazón sobre todo y de cerebro, el día 4 los médicos con un completo informe sobre mi estado general de salud, actualmente satisfactorio, me dieron el ALTA médica.
Hace tiempo que tenía solicitado el ingreso en la Residencia sacerdotal de S. Pedro en S.Bernardo 101, Mutual del clero. Con Isabel, la vecina que desde que murió mi madre me venía cuidando, pese a sus muchos y graves problemas personales y familiares que le agobian, se me ofreció la posibilidad del ingreso en esa residencia.
Tengo asignada ya la habitación en obras, que terminarán sobre el 20 de este mes y allí en compañía del clero de Madrid, estaré hasta que el Señor Jesús disponga de mi destino definitivo. En la medida de mis posibilidades y por este medio que me resulta familiar estaré en contacto con cuantas personas- sacerdotes, religiosos y laicos- me conocen y me han tratado. En mi ingreso-cuyo papeleo estoy concluyendo- os informaré puntualmente. Voy contento y feliz pues mi situación personal lo estaba claramente necesitando.
Un fuerte abrazo a todos, con mi cordial felicitación del nuevo 2016 y hasta que el Señor quiera llamarme a la común casa del cielo, tras mi purificación en el purgatorio donde necesitaré vuestro recuerdo, oraciones y celebración de la santa misa.
En paz espiritual, serena alegría y especial agradecimiento a la divina misericordía del
Señor en el año del Jubileo eclesial, me despido de todos con mi sincero agradecimiento y bendición sacerdotal.
Afmo en Xto.
MIGUEL RIVILLA SAN MARTIN. Presbítero emérito
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