Centenarios de santidad
por Sólo Dios basta
El Carmelo Descalzo se viste de fiesta este año 2022 para recordar con júbilo la canonización de la Madre Teresa de Jesús. Se cumplen 400 años de la gran ceremonia que tiene lugar el 12 de marzo de 1622 en la basílica de San Pedro de Roma. No sólo llega a los altares la santa castellana, sino que son 5 los santos canonizados ese mismo día: Santa Teresa de Jesús, San Isidro labrador, San Ignacio de Loyola, San Francisco Javier y San Felipe Neri. Es el Papa Gregorio XV quien preside tan emblemático evento. Antes, el 24 de abril de 1614, el Papa Paulo V celebra la beatificación. Todo es fruto de los procesos de beatificación y canonización que recogen testimonios preciosos y llenos de vida de santidad de la gran mística doctora. Bien merece la pena leerlos este año para conocer mejor en intimidad a esta gran maestra de oración.
Todo es gozo en Roma mientras se escucha a un cardenal leer la semblanza de la nueva santa antes de proclamarla como tal: “Teresa, coronada de virginales azucenas y quebrantando en su propio cuerpo las armas de los apetitos, con mortificaciones voluntarias, triunfó perpetuamente en la Iglesia militante de las valentías de los demonios. Tuvo familiares coloquios con la Sabiduría eterna, y descubrió los secretos divinos. Hubiera logrado la palma del mártir, si el soberano Esposo, enamorado del sacrificio de su virginal pecho, no la hubiera reservado para que, sin derramar su roja sangre, restituyese sus antiguos verdores al Carmelo”.
Desde entonces esta monja nacida en Ávila en 1515 es santa en el pleno sentido de la palabra. Los conventos fundados por ella guardarán a partir de ese momento con mucho más cuidado y devoción todo lo que la Madre había dejado en la casa, sobre todo la celda donde vivía. Preciosas capillas con reliquias diversas son esas celdas en nuestros días. La tradición oral de las monjas de todo lo que la Santa Madre Teresa de Jesús hizo en esa casa nos alegra el corazón cuando oimos a las mayores de la comunidad cómo han acogido lo que escuchaban de las mayores cuando ellas eran novicias y así hasta llegar al momento de la fundación. Son historias íntimas, llenas de vida, alegría y mucha fe. La herencia se transmite de generación en generación y la memoria de una santa se perpetúa para gloria de Dios.
Para eso son los santos, para que aprendamos a dar gloria a Dios. Cada uno, desde su vocación y su tiempo, ha de dar gloria a Dios con su vida. Es lo que hace Santa Teresa en pleno siglo XVI a lo largo de media España en cada lugar donde funda un monasterio: Castilla, La Mancha y Andalucía tienen la dicha de contar con algún monasterio donde esta santa española deja su memoria viva en sus hijas. Todo es gracia para que nos acerquemos a la gracia. Y para que a su vez demos gracias a Dios.
Pero no termina todo en este aniversario, la historia sigue, los años pasan y las fundaciones se multiplican. Aparecen nuevos palomarcitos por la geografía española. Esos lugares donde la Madre Teresa no ha podido llegar pronto se ven visitados por los hijos de la Santa de Castilla. Los carmelitas descalzos se difunden por todos lugares y pronto pasan a Portugal y Francia. Pero vamos a quedarnos en España. Y nos vamos a una región muy querida por custodiar los restos del Apóstol Santiago, Galicia. En esta tierra con encanto especial también se funda un monasterio carmelitano. La providencia divina lo lleva adelante gracias a una mujer escogida para esta dichosa ventura. Una mujer casada es llamada a fundar un monasterio de carmelitas descalzas en Santiago. Puede parecer algo extraño, pero si además ese proyecto de Dios es que esa fundación sea hecha por ella misma como monja todavía descoloca más. Así es la historia del Carmelo Descalzo, desconcertante, apasionante, interrogante.
El monasterio de carmelitas descalzas de Santiago de Compostela es fundado por la Madre María Antonia de Jesús en 1748. Ahora vamos hacia atrás en la historia. Nace en Cuntis en 1700. En 1733 entra carmelita descalza en el monasterio de Corpus Christi de Alcalá de Henares y en 1748 sale desde aquí para comenzar la fundación de Santiago. Muere el 10 de marzo de 1760. Toda una vida entregada a Dios y abierta a la voluntad de Dios. Ella siente esa llamada a ser religiosa, pero está casada. Todo lo pone en su marido que accede a que la obra de Dios vaya adelante al dar también el paso a la vida religiosa. Los dos entran en el Carmelo Descalzo. Y los hijos en la Orden de Santo Domingo. Todo esto nace del matrimonio que tiene lugar el 19 de marzo de 1722. De aquí nacen muchas gracias. Lo importante es ver que también el matrimonio es fuente de santidad y que Dios puede hacer hasta lo imposible con tal de que sus planes se cumplan.
Primero casada y luego religiosa, pero en ambos casos abierta a lo que Dios quiere. Es la vida de la Madre María Antonia de Jesús. Es otro modelo de santidad. Su proceso de canonización se encuentra abierto. En el año 2018 es declarada Venerable. Ahora sólo queda esperar un milagro para que sea beatificada. Por tanto tenemos este año 2022 otro centenario carmelitano: 300 años del matrimonio de la fundadora del primer Carmelo en tierras de Galicia.
Damos un salto grande, pasamos el siglo XIX, y llegamos a 1922. Seguimos en España, en el Carmelo Descalzo y en ambiente de santidad. Ahora ponemos la mirada en los hijos de Santa Teresa. Uno de ellos, el Beato Eufrasio del Niño Jesús, recibe la ordenación sacerdotal el 23 de septiembre. Este fraile nacido cerca de las montañas de Covadonga es ordenado sacerdote en el palacio episcopal de Santander. Comienza una vida de apostolado intenso en servicio de la Orden. Antes tiene que acabar los estudios de teología. Es nombrado profesor en varios conventos, pasa por Polonia, vuelve a España y su último destino es Oviedo.
Vuelve a su tierra, al lugar donde ve la luz por primera vez y donde Dios tenía preparado el momento y lugar para llamarlo junto a Él a vivir la eternidad. Nombrado prior de Oviedo le sorprende allí el golpe de estado de 1934 en Asturias y el 12 de octubre muere fusilado mientras perdona a sus verdugos y clama con fuerza ¡Viva Cristo Rey! Su cuerpo no se conserva. La piedra sobre la que cae su cabeza recoge algo de sangre que nos queda como venerada reliquia.
¡Un mártir de Cristo que entrega su vida! ¡Otro modelo de santidad! ¡Gran intercesor en el cielo! El P. Eufrasio se deja encandilar por el modo de vida que ha puesto en marcha Santa Teresa de Jesús. Con el paso de los años ese fuego del Carmelo Descalzo llega también a Asturias y da como fruto la vocación de este carmelita descalzo mártir. Recordamos y damos gracias a Dios por estos 100 años de su ordenación sacerdotal que tantos bienes derramó sobre las almas que a él se confiaban. Es otro modo de ser santo, viviendo el sacerdocio de modo radical, sin reveses ni engaños, sino buscando siempre la verdad, aunque la verdad muchas veces complique la existencia, conduzca a momentos de destierro e incomprensión y pueda hasta llegar en algunos casos al límite de derramar la sangre como Cristo en la Cruz. Esa es la vida de un carmelita descalzo mártir cuyo centenario de ordenación sacerdotal recordamos este año 2022.
Según discurren los siglos la escuela de santidad que inicia Santa Teresa de Jesús crece, se diversifica y se afianza hasta dar muy diversos y muy granados frutos. ¿Qué tiene que ver la vocación de una monja del siglo XVI que se siente llamada a fundar una orden religiosa nueva con lo que vive por dentro una mujer casada del siglo XVIII que descubre que Dios le pide fundar un convento o con lo que un joven fraile del siglo XX es capaz de hacer con tal de ser fiel a la ordenación sacerdotal recibida? Son historias, siglos y vocaciones diversas, pero tienen un punto de unión: ¡El Carmelo Descalzo! ¡La santidad! ¡La vida en plenitud! Y los tres se unen en este año 2022. Recordemos, celebremos y difundamos estos tres centenarios de santidad.