Hoy el reto del amor es que leas un Evangelio de estos días de Navidad y que escuches en él a Jesús
por El Reto Del Amor
Año del Señor 2017
Lerma, 19 de diciembre
Hola, buenos días, hoy Matilde nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
EN LA ORACIÓN
Todas las tardes, después de cantar las Vísperas, la Comunidad goza de una hora de oración personal todas juntas en la capilla. Es un momento privilegiado al día, que nos permite disfrutar de un gran silencio... para así poder escuchar al Señor.
El silencio exterior nos lo da la Comunidad, pero el interior hemos de buscarlo cada una en su corazón, acallando y dejando aparcadas inquietudes, preocupaciones, recuerdos e imaginaciones. Pero todo hemos de hacerlo con gran suavidad, porque se consigue más con la dulzura, hasta para consigo mismo, que con los puños y los esfuerzos desacompasados.
Nuestro interior se parece mucho a un niño caprichoso, que va de acá para allá, sin querer “hacer asiento” en una sola cosa. Por ello, la dulzura y la paciencia, con perseverancia, es receta infalible…
Cuando todas las fuerzas internas se han acallado y puesto en su sitio, estoy en condiciones de recibir la Palabra de Dios que desea hablarme al corazón. No es lo primero el diálogo con Dios, sino la escucha atenta: “Habla, Señor, que tú siervo escucha…”
Yo leo con atención un Evangelio. Lo leo despacio, dejando que resuene en mi interior, como un eco en las montañas… y entonces, en el tiempo del Señor, comienzan a formarse ideas de esta Palabra, sin que previamente haya precedido reflexión alguna.
Mis ideas no son importantes, lo que importa es lo que me suena en lo más profundo y me sorprende, me dice en un momento dado: ¡qué bello es este Evangelio!
Y una palabra o una frase me trae y me sugiere algo que me obliga a fijarlo y escribir. Y a partir de aquí, es como si una mano poderosa me guiara diciéndome: “Camina por aquí”. Y una palabra surge detrás de otra, y fijo en un papel una corta reflexión… Así han salido, y siguen saliendo, los comentarios del “Rincón para Orar” de nuestra página web.
En este tiempo de Adviento-Navidad, los Evangelios son tan sugerentes, que me hundo en el misterio de la Encarnación, y los rodeo, y doy vueltas concéntricas al anuncio del ángel a María, o a José, o el nacimiento de Jesús, o la adoración de los pastores... como si yo hubiera estado presente en todos estos acontecimientos; y me doy cuenta de que, de tanto “manosearlos”, se me impregna el alma del “buen olor de Cristo”.
No puedo dejar de ver que tengo un “poso evangélico” que me acompaña todo el día. Pondré un ejemplo un poco burdo, pero muy expresivo: es como una vaquera, que, a fuerza de estar con sus vacas, toda su piel se impregna de olor a vacas. Y, por más que se lave, siempre huele a sus vacas. Pues a mí me sucede lo mismo. Pero, como esto es un don de Dios, lo llevo con cuidado, y le pido ser fiel a este regalo…
Hoy el reto del amor es que leas un Evangelio de estos días de Navidad y que escuches en él a Jesús. Siéntate en silencio y lee, dejando que el Señor hable a tu corazón. La Palabra es viva y eficaz... ¡y quedarás empapado de estos misterios!
VIVE DE CRISTO
Pd: Puedes ver el Rincón para orar entrando aquí,
http://dominicaslerma.es/index.php/home-2/rincon-para-orar.html
http://dominicaslerma.es/
¡Feliz día!
©Producciones es El- Vive de Cristo (Dominicas Lerma)
Prohibido cualquier reproducción para uso comercial. Solo se permite un uso para actividades de evangelización siempre que se publiquen sin ningún tipo de modificación
Lerma, 19 de diciembre
Hola, buenos días, hoy Matilde nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
EN LA ORACIÓN
Todas las tardes, después de cantar las Vísperas, la Comunidad goza de una hora de oración personal todas juntas en la capilla. Es un momento privilegiado al día, que nos permite disfrutar de un gran silencio... para así poder escuchar al Señor.
El silencio exterior nos lo da la Comunidad, pero el interior hemos de buscarlo cada una en su corazón, acallando y dejando aparcadas inquietudes, preocupaciones, recuerdos e imaginaciones. Pero todo hemos de hacerlo con gran suavidad, porque se consigue más con la dulzura, hasta para consigo mismo, que con los puños y los esfuerzos desacompasados.
Nuestro interior se parece mucho a un niño caprichoso, que va de acá para allá, sin querer “hacer asiento” en una sola cosa. Por ello, la dulzura y la paciencia, con perseverancia, es receta infalible…
Cuando todas las fuerzas internas se han acallado y puesto en su sitio, estoy en condiciones de recibir la Palabra de Dios que desea hablarme al corazón. No es lo primero el diálogo con Dios, sino la escucha atenta: “Habla, Señor, que tú siervo escucha…”
Yo leo con atención un Evangelio. Lo leo despacio, dejando que resuene en mi interior, como un eco en las montañas… y entonces, en el tiempo del Señor, comienzan a formarse ideas de esta Palabra, sin que previamente haya precedido reflexión alguna.
Mis ideas no son importantes, lo que importa es lo que me suena en lo más profundo y me sorprende, me dice en un momento dado: ¡qué bello es este Evangelio!
Y una palabra o una frase me trae y me sugiere algo que me obliga a fijarlo y escribir. Y a partir de aquí, es como si una mano poderosa me guiara diciéndome: “Camina por aquí”. Y una palabra surge detrás de otra, y fijo en un papel una corta reflexión… Así han salido, y siguen saliendo, los comentarios del “Rincón para Orar” de nuestra página web.
En este tiempo de Adviento-Navidad, los Evangelios son tan sugerentes, que me hundo en el misterio de la Encarnación, y los rodeo, y doy vueltas concéntricas al anuncio del ángel a María, o a José, o el nacimiento de Jesús, o la adoración de los pastores... como si yo hubiera estado presente en todos estos acontecimientos; y me doy cuenta de que, de tanto “manosearlos”, se me impregna el alma del “buen olor de Cristo”.
No puedo dejar de ver que tengo un “poso evangélico” que me acompaña todo el día. Pondré un ejemplo un poco burdo, pero muy expresivo: es como una vaquera, que, a fuerza de estar con sus vacas, toda su piel se impregna de olor a vacas. Y, por más que se lave, siempre huele a sus vacas. Pues a mí me sucede lo mismo. Pero, como esto es un don de Dios, lo llevo con cuidado, y le pido ser fiel a este regalo…
Hoy el reto del amor es que leas un Evangelio de estos días de Navidad y que escuches en él a Jesús. Siéntate en silencio y lee, dejando que el Señor hable a tu corazón. La Palabra es viva y eficaz... ¡y quedarás empapado de estos misterios!
VIVE DE CRISTO
Pd: Puedes ver el Rincón para orar entrando aquí,
http://dominicaslerma.es/index.php/home-2/rincon-para-orar.html
http://dominicaslerma.es/
¡Feliz día!
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