Hoy el reto del amor es poner la mano sobre la puerta de tu casa
por El Reto Del Amor
Año del Señor 2017
9 de septiembre
Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
NÓMADA
La campana tocaba a Vísperas. Una vez más, iba tarde.
A galope tendido entré en mi celda, dispuesta a cambiarme, pero...
-¡Ay! ¡Que no tengo ropa!
Habíamos estado trasladando el armario a la celda de Comunidad, por lo que había tenido que sacar todo. Salí corriendo a la sala, donde había dejado el hábito.
A toda velocidad entré en mi celda y...
-¡¡Ay!! ¡¡Que no tengo perchas, ni cama, ni nada!! ¿Dónde dejo todo?
Cargada aún con la ropa, volví a la sala, donde me agencié una silla y la metí en la celda.
Unos segundos después, crucé corriendo la galería hacia el baño... con la ropa todavía en brazos.
-Pero, Sión, ¿dónde vas y aún sin vestir? ¡Que no llegas a Vísperas!
-¡¡¡Aaaaaaaayyyyyy!!! ¡¡¡Que no tengo puertaaaaaa!!!
Claro, la habíamos tenido que quitar porque, si no, no había forma de sacar el armario...
Nunca me había fijado en lo imprescindible de ese detalle: había arreglado todo lo demás, ¡pero, sin puerta, no servía de nada!
Ya más tranquila, en la oración, el Señor me sacó una gran sonrisa al recordarme aquella frase: «Yo soy la puerta». ¡Y es verdad, Él es lo realmente imprescindible!
Una puerta es señal de hogar: podemos tener muebles muy diferentes, pero todas las casas cuentan con su puerta. La puerta de tu hogar da confianza, pues sabes que se abrirá ante ti; y da seguridad, porque no dejará pasar a los extraños. Tu puerta te acoge, te protege. ¡Pues eso es todo lo que quiere ser Cristo para ti! Él es la puerta... ¡en Su corazón encontrarás tu hogar!
Y, si piensas que no es así para ti, recuerda aquellas palabras de Jesús: «Al que venga a mí, no lo echaré afuera» (Jn 6, 37), o «Al que llama se le abre» (Mt 7, 8)... ¡Créeme, Cristo es realmente "tu" puerta!
Hoy el reto del amor es poner la mano sobre la puerta de tu casa. Al salir o al llegar de trabajar, al ir a abrir la puerta, tócala. Date aunque sea unos segundos para recordarte que Jesús es la Puerta, ¡una puerta siempre abierta para ti! ¡Que hoy la puerta de tu hogar sea una invitación para orar! ¡Feliz día!
VIVE DE CRISTO
http://dominicaslerma.es/
¡Feliz día!
©Producciones es El- Vive de Cristo (Dominicas Lerma)
Prohibido cualquier reproducción para uso comercial. Solo se permite un uso para actividades de evangelización siempre que se publiquen sin ningún tipo de modificación.
9 de septiembre
Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
NÓMADA
La campana tocaba a Vísperas. Una vez más, iba tarde.
A galope tendido entré en mi celda, dispuesta a cambiarme, pero...
-¡Ay! ¡Que no tengo ropa!
Habíamos estado trasladando el armario a la celda de Comunidad, por lo que había tenido que sacar todo. Salí corriendo a la sala, donde había dejado el hábito.
A toda velocidad entré en mi celda y...
-¡¡Ay!! ¡¡Que no tengo perchas, ni cama, ni nada!! ¿Dónde dejo todo?
Cargada aún con la ropa, volví a la sala, donde me agencié una silla y la metí en la celda.
Unos segundos después, crucé corriendo la galería hacia el baño... con la ropa todavía en brazos.
-Pero, Sión, ¿dónde vas y aún sin vestir? ¡Que no llegas a Vísperas!
-¡¡¡Aaaaaaaayyyyyy!!! ¡¡¡Que no tengo puertaaaaaa!!!
Claro, la habíamos tenido que quitar porque, si no, no había forma de sacar el armario...
Nunca me había fijado en lo imprescindible de ese detalle: había arreglado todo lo demás, ¡pero, sin puerta, no servía de nada!
Ya más tranquila, en la oración, el Señor me sacó una gran sonrisa al recordarme aquella frase: «Yo soy la puerta». ¡Y es verdad, Él es lo realmente imprescindible!
Una puerta es señal de hogar: podemos tener muebles muy diferentes, pero todas las casas cuentan con su puerta. La puerta de tu hogar da confianza, pues sabes que se abrirá ante ti; y da seguridad, porque no dejará pasar a los extraños. Tu puerta te acoge, te protege. ¡Pues eso es todo lo que quiere ser Cristo para ti! Él es la puerta... ¡en Su corazón encontrarás tu hogar!
Y, si piensas que no es así para ti, recuerda aquellas palabras de Jesús: «Al que venga a mí, no lo echaré afuera» (Jn 6, 37), o «Al que llama se le abre» (Mt 7, 8)... ¡Créeme, Cristo es realmente "tu" puerta!
Hoy el reto del amor es poner la mano sobre la puerta de tu casa. Al salir o al llegar de trabajar, al ir a abrir la puerta, tócala. Date aunque sea unos segundos para recordarte que Jesús es la Puerta, ¡una puerta siempre abierta para ti! ¡Que hoy la puerta de tu hogar sea una invitación para orar! ¡Feliz día!
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