Ser pocos no justifica improvisar
Ser pocos no justifica improvisar
por Duc in altum!
Hay ciertas tareas en la Iglesia que requieren de un perfil específico. Por ejemplo, al dirigir una institución educativa o un seminario. También, en el caso de los catequistas. De ahí la necesidad de formar, aunque seamos pocos. La falta de personal no debe ser un argumento para improvisar. Todas las obras significativas que ha tenido la Iglesia empezaron en pequeño. Lo que permitió que se desarrollaran fue la coherencia de esos pocos y, por supuesto, su preparación. No eran personas extraordinarias, sino que en lo ordinario estuvieron dispuestas a recibir la formación adecuada. Empezando por los discípulos que se dejaron instruir y acompañar por Jesús. El propio Cristo evitó todo tipo de improvisación al momento de sentar las bases de la Iglesia primitiva.
Muchas veces, se elige catequista a una persona que tiene mucho tiempo libre y buena voluntad pero escasa preparación. ¿El resultado? Disparates de todo tipo que, además, alejan a las personas que salen negativamente impresionadas del curso. El argumento de que “nadie más quería” resulta insuficiente e incluso mediocre. Necesitamos despertar. Si “a” y “b” tienen interés en participar, “a” y “b” deben prepararse. Así, además de la buena actitud, tendrán los elementos teológicos y filosóficos para enseñar y animar a los que participan en los espacios de formación. De otro modo, estaremos contribuyendo a un ambiente cada vez más secularizado y, por ende, desconectado de Dios. También, en el caso de los medios de comunicación católicos, no se puede designar a cualquiera. Además de la fe, deberá tener un buen nivel de oratoria. De otro modo, ¿qué sentido tiene? Habrá el que piense que esta visión es demasiado administrativa o corporativa; sin embargo, aunque lo más relevante es y será siempre el mensaje, no podemos excluir la importancia del mensajero, ya que el mismo Jesús quiso sumarnos en la tarea de la evangelización.
El que seamos pocos no quita que ese número reducido nos preparemos para evitar lanzar frases que denoten falta de cultura y/o sentido común. Hay muchas opciones académicas y cursos de actualización. Improvisar es algo que no encaja con la fe y con las exigencias del mundo actual. Tener buena voluntad para cantar el domingo en el coro no es suficiente cuando falta la preparación musical adecuada. Esto tampoco es una cuestión exclusiva de tener o no recursos. Hay comunidades vulnerables que cuidan mucho dichos aspectos, porque aunque el dinero es un punto, lo principal es la actitud, el “amor a la camiseta”. De ahí parte todo lo demás.