Conversiones de islámicos al cristianismo
Conversiones de islámicos al cristianismo
Mientras en occidente, especialmente en Europa, pero también en EE.UU., la religión musulmana está creciendo, y no solo por los inmigrantes. Pero a diferencia de los países islámicos, los musulmanes tienen libertad de evangelizar y no está penado el cambio de religión.
Traemos dos informes. Unos sobre Afganistán y otro sobre Irán.
LAS CONVERSIONES EN AFGANISTÁN
La noticia parece tener algo de increíble, considerando la situación de Afganistán —una fábrica de radicalismo islámico de violencia extrema, a la par de algunas religiones del limítrofe Pakistán—, pero ha sido, no obstante, confirmada discretamente por varias fuentes diplomáticas y religiosas. Una creciente cantidad de ciudadanos afganos, incluidos algunos hombres de la política, estarían transitando un camino de conversión al cristianismo, según lo informado por estadounidenses de proveniencia evangélica.
Y, de hecho, el aumento se estaría produciendo, precisamente, en las “iglesias domésticas”, es decir, las pequeñas comunidades protestantes a nivel familiar, o apenas un poco más amplias ( si bien es necesario recordar que el «formato» familiar en Oriente es diferente del occidental, y que una familia puede llegar a estar constituida por varias decenas de miembros). Y no solo eso: son precisamente la flexibilidad y la poca o inexistente estructura jerárquica de las iglesias domésticas las características que las convierten en un instrumento particularmente eficaz para la penetración del mensaje evangélico. No es casual que en China, por ejemplo —y no solamente allí— sean precisamente las iglesias domésticas el modelo religioso particularmente aborrecido por el régimen, porque no son controlables, y su expansión se percibe como un peligro.
La noticia sobre Afganistán halla confirmación también en otras fuentes cristianas especializadas en noticias de Irán. Mohabat News citó a “autoridades afganas informadas de los hechos” que afirman que el cristianismo “se ha ganado un lugar especial entre los jóvenes y en algunos estratos de la sociedad”. Las iglesias domésticas “están creciendo en un modo tremendo”, habrían declarado los funcionarios interpelados.
Voice of the Martyrs Canada (VOMC), un grupo que se ocupa del sostén y del apoyo a los cristianos que viven en zonas del mundo en las que la libertad religiosa no está garantizada y la persecución es tema cotidiano, recibió la misma información “de un sitio web chiita independiente”, que citaba a un funcionario afgano: “Existe evidencia de una amplia propaganda cristiana en Afganistán”. El funcionario (anónimo) afirma tener pruebas de “más de diez iglesias domésticas que operan en forma secreta en casas privadas”. Según la VOMC, al parecer también algunos miembros del Parlamento se están convirtiendo al cristianismo. “Un servicio periodístico en Farsi hizo una nota sobre estas conversiones. Es la primera vez que aquellos que se definen como representantes del pueblo afgano no solo se han convertido en “apóstatas” sino que se han unido a los ministros cristianos para evangelizar”. Evidentemente, en forma oculta y clandestina. La apostasía, es decir, el abandono del islam, en Afganistán puede ser castigada con la pena capital. Y, si bien no hay noticias de ejecuciones, se habla de convertidos encarcelados.
Lo que no es evidentemente posible para las Iglesias tradicionales puede ser algo realizable para los “comandos” de la fe cristiana: las iglesias domésticas. “Somos una pequeña semilla en un país hostil a cualquier tipo de religión diferente del Islam. Pero somos, de todos modos, una realidad querida por Dios y al servicio de Dios. Nuestra misión en Afganistán es, sobre todo, el testimonio personal de nuestra fe y de la Resurrección de Jesús”, declaró en Pascua a AsiaNews el padre Giuseppe Moretti, párroco de la única iglesia en Afganistán, la capilla dentro de la embajada italiana en Kabul. El religioso barnabita dice: “Como iglesia catacumbal, vivimos la Cuaresma y la Pascua en modo discreto, pero con gran fe y confianza en nuestra tarea aquí en Afganistán. No obstante, nuestra comunidad se ve afectada por el clima de tensión y violencia que está viviendo el país”. La concurrencia a la misa dominical ha disminuido significativamente. “Desde hace algunos meses —continuó—, participan solo 15 personas, comparadas con las más de 50 del año pasado. El peligro de atentados, los puntos de control (check point) y las medidas de seguridad impuestas al personal diplomático frenan la participación de los fieles”.
La parroquia de Kabul está compuesta por pocas decenas de personas, sobre todo personal de las embajadas extranjeras. Incluyendo al padre Moretti, los religiosos que operan en Afganistán son 15. La presencia más radicada en el país es la de las Pequeñas Hermanas de Jesús que, respetadas incluso por los talibanes, son una orden religiosa (ahora cuenta con cuatro monjas) que opera desde hace 50 años en Kabul. La caída del régimen talibán en el 2001 permitió la entrada de las hermanas de la Madre Teresa, que desde el 2006 trabajan con los enfermos y los pobres. Otra realidad estimada y reconocida por la población es la de la Asociación Pro Niños de Kabul, que ayuda a huérfanos y discapacitados.