¿Cancelar la Navidad? Un absurdo por varias razones.

La palabra Navidad, clave en la historia del mundo y de forma particular en occidente, quiere ser cancelada en algunos sectores públicos y privados, bajo el pretexto de evitar ofender a los que no son cristianos. Ante esto, cabe hacerse tres preguntas para comprender el sinsentido de pedir algo así:

¿Se puede cancelar la cultura?

¿No sería mejor respetar el nombre de las diferentes fiestas de cada religión en aras de una mejor convivencia?

¿Y si, al cancelarla, los cristianos nos sentimos marginados?

A la primera pregunta, hay que responder que la Navidad es una época del año que se encuentra arraigada en la vida de millones de personas. Tengo amigos ateos que la celebran sin ningún problema porque reconocen su valor. No se puede eliminar la cultura y menos aún por decreto. A la segunda cuestión, cabe señalar que la convivencia no se logra eliminando la diversidad, sino justamente aceptándola para poder dialogar. En este caso, el aporte del cristianismo. He tratado a personas de diferentes religiones y ninguna me ha dado la más mínima objeción hacia la memoria del nacimiento de Jesús. A la tercera duda, podemos afirmar que, en efecto, cancelar la palabra Navidad es pasar por alto las convicciones religiosas de un gran número de personas en el mundo. Sin duda, discrimina el hecho de quitarla porque equivale, como dijo el cardenal Pietro Parolin, a negar la realidad.

¿Qué nos toca a los cristianos? Mantener vigente nuestra celebración (respetando, desde luego, las medidas sanitarias respectivas) de la Navidad dando a conocer su verdadero significado. Hacerlo sin complejos porque justamente recordamos una solemnidad que habla de esperanza, de nuevos comienzos. Dos puntos que son necesarios; especialmente, en tiempos de pandemia. El nacimiento de Jesús dio un giro a la historia y eso es imposible de cancelar. Digamos, con ánimo, llegada la fecha, ¡feliz Navidad!

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Les propongo dos libros electrónicos que he escrito y que pueden ser de su interés:

Título del libro: Proceso de Dios:

"El proceso de Dios", es un pequeño libro que reflexiona sobre puntos importantes de la fe desde una perspectiva teológica y filosófica. Es concreto y, al mismo tiempo, profundo, capaz de responder las preguntas propias de aquellos que se cuestionan en su relación con Dios.

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Título del libro: Líneas escolares:

¿Cómo abordar la emergencia educativa? ¿Cuál es el futuro de los colegios católicos? ¿Qué cambios tienen que darse? Éstas y otras preguntas son las que se abordan en el libro. Lo interesante es que el autor trabaja como maestro y, por lo tanto, los puntos que ha escrito parten de su experiencia en la realidad, en la "cancha de juego". Una interesante reflexión de todos los que de una u otra manera saben lo complejo que es educar en pleno siglo XXI y, al mismo tiempo, lo necesario que resulta seguirlo haciendo.

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Nota:

Al comprar alguno de los dos libros contribuyes al apostolado que llevo a cabo en favor de la fe y la cultura. ¡Gracias!