En la imaginación de todos está la figura de San Esteban, cuya fiesta celebramos después de la Navidad, aquel diácono que fue el primer mártir después de constituida la Iglesia. Vemos las barbas bipunteagudas de los fariseos agitarse mientras arrojan tremendos cantos sobre él (horrible muerte la lapidación) y vemos al joven estudiante de la Ley, Saulo de Tarso, sosteniendo las vestiduras de los indignados lapidadores.
Así lo relata la escritura y así lo muestra la iconografía. Pero no es mera cosa del pasado. Hoy en día, en la bendita tierra Hispanoamericana hay también diáconos perseguidos.
Y pruebas al canto, ya que de piedras hablamos.
Luis Alberto Salvatierra, diócesis de San Bernardo, Chile. Recibió el diaconado el 4 de enero de este año y ahora, a punto de ordenarse, su obispo le comunica por teléfono que ha sido reducido al estado laical... por no adaptarse a la línea tológica de la diócesis. Aclaremos, el prelado es del Opus Dei, de modo que tiene carta de conservador.
¿Es Luis Alberto Salvatierra un militante de la teología de la liberación que tomó por sorpresa al Sr. Obispo? Pues, no, simplemente el joven diácono, de reigurosa sotana y faja, le comunicó a su ordinario que rezaría su primera misa según el Misal Tridentino.
¿Es Luis Alberto Salvatierra un paria pastoral en la diócesis? Tampoco, pues tiene una amplísima actividad y diversos grupos laicales bajo su dirección. Grupos que han manifestado su solidaridad con el diácono...
Damas y caballeros: saquen conclusiones.
Saltemos los picos de los Andes para caer en la Diócesis de San Rafael, Mendoza, Argentina. Allí el obispo, también con cartas de conservador, Mons. Eduardo Ma. Taussig, niega la ordenación a cuatro diáconos del IVE, Instituto del Verbo Encarnado, que sufriera una larga persecución de parte de la Conferencia Episcopal Argentina a la que puso fin el Papa Juan Pablo II dándole plena autorización, lo que produjo una de las más masivas ordenaciones de las que tiene memoria la Argentina, en la Catedral de la Ciudad de La Plata. Es que tantos diáconos estaban trabados en su ordenación durante varios años que una vez liberado el permiso se ordenaron en masa.
Las víctimas en este caso son los diáconos Miguel Grillo, Marcos Coduti, Martín Juillerat y José Vicchi, del IVE, a los cuales, a menos de un mes de su ordenación, y sin reparo en los enormes trastornos que causa, el Sr Obispo les ha comunicado por medio de sus superiores que debían pasar un examen teológico especial que sería supervisado por S.E. en persona. Naturalmente dicho examen debía ser aceptado "ya" y sin programa ni temario. A temario abierto. Pues, o aceptan esto o se pospone la ordenación...
Nuevamente, ¿se trata de militantes de movimientos subversivos? ¿Teólogos de la liberación, cristianos de base, o alguna de las plagas que asuelan la bella tierra hispanoamericana? No, son una congregación muy conservadora, con gran profusión de vocaciones.
Cabría preguntarse y preguntar a la Santa Sede como es posible que en un momento de crisis gravísima de vocaciones, se bloqueen con pretextos o calumnias, las ordenaciones de un clero que largamente es mucho más fiel a la Iglesia que el promedio del que se ordena.
¿Tal vez por eso? No lo sabemos. Solo esperamos, más ciertamente, tenemos la esperanza de que entre ellos, los lapidadores, haya un Saulo de Tarso que caiga del caballo y se rebele contra tanta arbitrariedad.