Hoy el reto del amor es que entres por la puerta de la persona que tienes al lado.
por El Reto Del Amor
Año del Señor 2017
Lerma, 11 de mayo
Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
ATRAVESANDO EL CIELO
La sala del Novi es realmente muy grande. Allí estábamos Israel y yo trabajando en una mesa, sentadas una enfrente de la otra. Se había desatado una impresionante tormenta. Los truenos retumbaban por todo el monasterio cada poco tiempo.
De pronto, las dos gritamos a la vez:
-¡¡Wow, menudo rayo!!
Israel vio el resplandor a través de la ventana que había a mi espalda. Yo vi la luz que iluminaba el pasillo a través de la puerta, que quedaba detrás de Israel.
-Pues sí que ha debido de ser enorme... -comentamos- para que lo hayamos visto las dos...
Dándole vueltas, me daba cuenta de que nosotros somos como ese rayo. En los momentos de oración, Cristo mismo nos carga con la electricidad de su amor... ¡para que podamos atravesar todo el cielo!
Sin embargo, no vale ser un rayo cualquiera. Cristo nos invita a ser como el enorme rayo de la tormenta. No por lo grande que fue... sino porque lo vimos todos. ¿Quién no ha oído la expresión "tienes que entrar por su puerta"? La luz del rayo entró por mi puerta... ¡y por la ventana de Israel!
Efectivamente, cada persona es diferente, con gustos y aficiones distintas, a veces incluso contrarias: ¡cada uno miramos en una dirección! Bien lo sabía Jesús: a los pescadores los buscó en su barca; a Mateo, en su mesa de impuestos, y a los fariseos, amigos de banquetes, les acompañó en la mesa... ¡Y así sigue actuando hoy! Se hace uno con todos, para que cada uno nos sintamos amados en nuestra realidad.
Hoy el reto del amor es que entres por la puerta de la persona que tienes al lado. Te invito a que, en tu oración, le preguntes a Cristo quién necesita sentir su amor. ¡Y a ello! Pero hoy no uses las palabras, sino tu tiempo. Piensa en algo que le guste, ¡y compártelo! Puedes ver con él el partido de fútbol, o acompañar a tu esposa a ver escaparates, o dedicar un rato a jugar con tus hijos... ¡entra por su puerta llevando la luz del Señor! ¡Preparemos juntos una auténtica "tormenta"! ¡Feliz día!
VIVE DE CRISTO
http://dominicaslerma.es/
¡Feliz día!
©Producciones es El- Vive de Cristo (Dominicas Lerma)
Prohibido cualquier reproducción para uso comercial. Solo se permite un uso para actividades de evangelización siempre que se publiquen sin ningún tipo de modificación.
Lerma, 11 de mayo
Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
ATRAVESANDO EL CIELO
La sala del Novi es realmente muy grande. Allí estábamos Israel y yo trabajando en una mesa, sentadas una enfrente de la otra. Se había desatado una impresionante tormenta. Los truenos retumbaban por todo el monasterio cada poco tiempo.
De pronto, las dos gritamos a la vez:
-¡¡Wow, menudo rayo!!
Israel vio el resplandor a través de la ventana que había a mi espalda. Yo vi la luz que iluminaba el pasillo a través de la puerta, que quedaba detrás de Israel.
-Pues sí que ha debido de ser enorme... -comentamos- para que lo hayamos visto las dos...
Dándole vueltas, me daba cuenta de que nosotros somos como ese rayo. En los momentos de oración, Cristo mismo nos carga con la electricidad de su amor... ¡para que podamos atravesar todo el cielo!
Sin embargo, no vale ser un rayo cualquiera. Cristo nos invita a ser como el enorme rayo de la tormenta. No por lo grande que fue... sino porque lo vimos todos. ¿Quién no ha oído la expresión "tienes que entrar por su puerta"? La luz del rayo entró por mi puerta... ¡y por la ventana de Israel!
Efectivamente, cada persona es diferente, con gustos y aficiones distintas, a veces incluso contrarias: ¡cada uno miramos en una dirección! Bien lo sabía Jesús: a los pescadores los buscó en su barca; a Mateo, en su mesa de impuestos, y a los fariseos, amigos de banquetes, les acompañó en la mesa... ¡Y así sigue actuando hoy! Se hace uno con todos, para que cada uno nos sintamos amados en nuestra realidad.
Hoy el reto del amor es que entres por la puerta de la persona que tienes al lado. Te invito a que, en tu oración, le preguntes a Cristo quién necesita sentir su amor. ¡Y a ello! Pero hoy no uses las palabras, sino tu tiempo. Piensa en algo que le guste, ¡y compártelo! Puedes ver con él el partido de fútbol, o acompañar a tu esposa a ver escaparates, o dedicar un rato a jugar con tus hijos... ¡entra por su puerta llevando la luz del Señor! ¡Preparemos juntos una auténtica "tormenta"! ¡Feliz día!
VIVE DE CRISTO
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¡Feliz día!
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