Viernes, 22 de noviembre de 2024

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25.03 - Dos mártires de Toledo

por Victor in vínculis

Escribe Miguel Ángel Dionisio Vivas en su obra El clero toledano en la primavera trágica de 1936 (Toledo 2014) que, en esa fecha “a pesar de las amputaciones territoriales sufridas por la archidiócesis toledana en el siglo XIX, Toledo continuaba siendo una de las más extensas de España, abarcando la mayor parte de la provincia de Toledo, así como amplias zonas de Guadalajara, Albacete, Cáceres, Badajoz, Jaén, Granada y un pequeño enclave en Ávila.
 

El núcleo principal lo constituía Toledo… pero en las provincias de Jaén y Granada, partidos judiciales de Cazorla y Huéscar, abarcaba una extensión de 1.334 y 1.121 kilómetros cuadrados respectivamente.

…En total, [la Archidiócesis de Toledo ocupaba] 26.802 kilómetros cuadrados, siendo la segunda de España en extensión (Anuario Diocesano MCMXXX, pp. 77-78). La población, según los datos recogidos en 1930, era de 654.765 habitantes. El número de parroquias era de 364, siendo por tanto el promedio de habitantes por parroquia de 1.798. Sin embargo, la realidad era muy distinta, y así, mientras en Guadalajara el promedio de la población por parroquia era de 807, en Jaén era de 3.749. Comparando estas dos provincias, se descubre además cómo la distribución de la población era muy diversa, estando la de Guadalajara agrupada en núcleos pequeños y poco distantes, mientras que en Jaén se concentraba en masas considerables y muy distanciadas entre sí. En Granada el promedio de habitante por parroquia era de 3.189; en Cáceres 1.485; en Badajoz 1.575; en Albacete 2.418 y en Toledo 2.226.

El territorio diocesano se encontraba dividido, tras la reorganización realizada por el cardenal Segura en 1929, en diecisiete arciprestazgos: Alcaraz, que abarcaba 22 parroquias; Brihuega, 25; Cazorla, 11; Elche de la Sierra, 8; Guadalajara, 37; Guadalupe, 12; Huéscar, 7; La Mancha, 16; Ocaña, 14; Pastrana, 26; Puebla de Alcocer, 19; Puente del Arzobispo, 21; La Sagra, 25; Talavera de la Reina, 25; Tamajón, 26; Toledo, 38; Torrijos-Escalona, 33.
 
Siervo de Dios Francisco Martínez Garrido

Nació en Siles (Jaén), el 28 de noviembre de 1876. Hijo del sacristán de su pueblo, recibió el Santo Bautismo a los dos días de su nacimiento. Abandonó su tierra jienense para marchar al Seminario de san Idelfonso de Toledo, donde tras finalizar los estudios, obtuvo el Doctorado en Teología. Recibió el presbiterado el once de junio de 1892.

Tras ser capellán de la Fábrica de Armas toledana, fue nombrado párroco del arriaciense pueblo de Ciruelas (Guadalajara) en 1893. Fue superior del Seminario de Toledo desde 1896 a 1902. Ese año tomó posesión de la parroquia de Puebla de Alcocer, en la provincia de Badajoz. El 1 de noviembre de 1907 el Cardenal-Primado, beato Ciriaco Mª Sancha y Hervás, lo nombró arcipreste y párroco de santa María de Huéscar (Granada).

 

Era sacerdote fervoroso y fiel cumplidor de su deber, de carácter enérgico, íntegro y formal, dotes que le granjearon gran prestigio a lo largo de sus prolongados años en su parroquia.

Se cuenta que, con motivo de la visita a Huéscar del político parlamentario socialista, Indalecio Prieto, en un acto de este parlamentario en el Ayuntamiento de Huéscar, tuvo una intervención ante este destacado político español, algún político local haciendo alusiones ofensivas a la Iglesia. El Siervo de Dios no se contuvo y allí mismo, en público, recriminó enérgicamente al que intervino de ese modo. El Sr. Indalecio Prieto tuvo que intervenir dando la razón al Siervo de Dios y, dice el testigo, que de aquel incidente surgió no sólo una comprensión sino también amistad entre el Siervo de Dios y el Sr. Indalecio Prieto.

“El pueblo, dicen los testigos, alabó el comportamiento del párroco, aumentando su prestigio”.

Cuando estalló el conflicto bélico nada más entrar los milicianos en Huéscar, iniciaron la persecución religiosa y lo detuvieron junto con su coadjutor. Con sesenta y dos años, lo separaron de su coadjutor y destrozaron su salud hasta que murió preso. Pasó por las cárceles de Baza, Guadix, Alhama de Almería, varias de la ciudad de Almería y por último Vélez Rubio. Sufrió agotadoras torturas, privaciones, humillaciones y padecimientos, que agotaron su vida y coronaron su martirio, que aceptó con ejemplar entereza, que incluso asombró a sus enemigos. Murió el 14 de enero de 1938.
 
Siervo de Dios don Aquilino Rivera Tamargo

Natural de Peal de Becerro (Jaén), nació el 4 de enero de 1907.  De familia de hondas raíces cristianas, le educaron en la fe que se vivía en la familia y flotaba en el ambiente y, para fortalecerle en ella, le llevaron a recibir el sacramento de la Confirmación en su misma Parroquia natal con sus cinco años cumplidos.

Trasladada la familia a Pozo Alcón (Jaén), ingresó en 1919 en el Seminario de San Idelfonso de Toledo. Allí estudió con brillantez y admiración de sus superiores, compaginando el seminario con el servicio militar que cumplió en Radio Telegrafía y Automovilismo de Madrid. El 15 de abril de 1933, sábado santo, fue ordenado presbítero en la ciudad de Toledo.
 

Al mes de su ordenación fue nombrado coadjutor de la parroquia de Santa María de Huéscar y coadjutor de San Clemente de Guardal. El 4 de agosto de 1936, al no poder resistir Huéscar el bombardeo republicano, entraron los milicianos y comenzó la persecución religiosa. Ese mismo día, a sus veintinueve años, fue detenido junto con el párroco y encarcelado en Baza.

El 20 de agosto en la cárcel de Guadix fue colocado entre los que habían de ser asesinados aquella noche, y con gran entereza sacerdotal les alentó y confesó, cayendo luego en un estado de postración y abatimiento, debido al esfuerzo nervioso desarrollado. De aquí fue conducido a la prisión de Almería, el 24 de agosto. Su muerte fue en la noche del 22 de noviembre de 1936, en las tapias del cementerio de Almería. Sus restos se encuentran en el mausoleo de los mártires del cementerio de Almería.

Don José Juan Alarcón en Guadix

Nos informa la página web del Obispado de Guadix que "con una conferencia del promotor de la causa para los santos en la  diócesis de Almería, José Juan Alarcón, celebrada el lunes 20 de marzo,  ha terminado el ciclo de conferencias preparatorias de la próxima beatificación de 13 nuevos mártires de la diócesis de Guadix. La beatificación será el sábado 25 de marzo, en Aguadulce (Almería), donde se van a beatificar 115 nuevos mártires de Almería, entre los que están esos 13 que son o están vinculados con la diócesis accitana (entre ellos los dos de Huéscar).

Durante el mes de marzo ha habido tres conferencias en Guadix, en las que se ha hablado del martirio y los mártires en la diócesis accitana. La conferencia de don Juan José, con el tema “proceso de beatificación de los 115 mártires de Almería. Recorrido y motivación”, presentó las claves de un proceso que ha sido largo y difícil, pero que, al fin, se ve compensado con la subida a los altares de estos 115 testigos de Cristo. En la conferencia, además, se ofrecieron testimonios de los nuevos beatos.

El ciclo de conferencias comenzó el lunes 6 de marzo, con el tema “Cristo, el primer mártir. El martirio como configuración con Cristo en el Nuevo Testamento”. El ponente fue el sacerdote Pedro Aranda, delegado de anuncio y formación en la fe.

El lunes, 13 de marzo, se celebró la segunda conferencia, a cargo del sacerdote accitano Manuel Amezcua, que es director del Archivo diocesano. Trató el tema de los “mártires en la historia de la diócesis de Guadix”.
 


El Obispo de Guadix, Mons. Ginés García (en la foto, junto al Delegado de las Causas de los Santos de Almería), ha escrito una carta pastoral a los diocesanos invitando “a todos a vivir con fe y agradecimiento este acontecimiento en vuestras parroquias”. “No sería justo ni bueno –dice el prelado en su carta-  que desaprovecháramos esta oportunidad para llevar a la conciencia del Pueblo Santo de Dios el testimonio de los que siguieron a Cristo hasta el derramamiento de la propia sangre, y como signo de reconciliación entre los hombres. Nuestros mártires no murieron por una causa política ni por una ideología, sino por su fe”.

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