Sábado, 21 de diciembre de 2024

Religión en Libertad

Blog

La conciencia y Lady Macbeth

por Vive mejor

La esposa de Macbeth anima a su marido para que mate al rey Duncan mientras está durmiendo para poder entonces apoderarse de la corona y llegar a ser rey. Después del asesinato, Macbeth mirándose las manos ensangrentadas, dice:
— ¡Qué triste es ver esto!
Lady Macbeth le aconseja:
— No te fijes tanto en eso... De estas cosas no hay que preocuparse; si no, nos volveremos locos.
Macbeth, dice a su esposa:
— Me parece que he oído una voz que gritaba: ¡Macbeth ha asesinado al sueño...! ¡Macbeth no dormirá más...!»
 
La señora Macbeth le dice a su esposo:
— Ve a buscar agua y lávate de las manos este sucio testigo.»
Macbeth responde:
—Me da miedo pensar en lo que he hecho...
Ella dice:
— Dame los puñales... Teñiré con sangre la cara de los criados, pues debe parecer culpa suya...
Al regresar, ella dice a su esposo.
— Mira, también mis manos son ya de tu color... Un poco de agua nos limpiará de esta acción. ¿Y ves, pues, qué fácil.

¡Vana pretensión! Quienes ha obrado el mal, la injusticia; quienes han vertido sangre inocente han hecho llorar... creen que, evitando pensar en su culpabilidad, despreocupándose del daño hecho, de la acción perpetrada y con sólo limpiar externamente la sangre de sus manos ya han quedado limpios, ya han purificado su conciencia... y que podrán dormir tranquilos y en paz.
 
En el drama de Shakespeare y en la realidad ocurre que: mientras duerme la esposa de Macbeth, su conciencia está despierta. De día y de noche repite sin cesar:
«¿Nunca estarán limpias estas manos mías? Siento en ellas el olor de sangre tibia... Todos los perfumes de Arabia no las perfumarán.»
 
Finalmente, Lady Macbeth desarrolla en sí una compulsión neurótica que la induce a lavarse las manos muy a menudo y durante un cuarto de hora seguido... en vez de lavar, de purificar su interior, su conciencia que no deja de gritar, de acusar...
 
El norteamericano Mons. Fulton Sheen ha dicho que:
«Si Lady Macbeth viviera hoy en día, diría que todo lo que habría de hacer sería “ser psicoanalizada”, a fin de liberarse de ese “falso sentimiento de culpabilidad”. Pero a la conciencia no se la puede engañar, ni silenciar, ni acallar tan fácilmente.»          
 
Sí, en una mala conciencia no es posible la alegría.




Alimbau, J.M. (2001).  Palabras para la alegría. Barcelona: Ediciones STJ.
 
Comentarios
5€ Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
10€ Gracias a tu donativo habrá personas que podrán conocer a Dios
50€ Con tu ayuda podremos llevar esperanza a las periferias digitales
Otra cantidad Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
Si prefieres, contacta con nosotros en el 680 30 39 15 de lunes a viernes de 9:00h a 15:30h
Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter

¡No te pierdas las mejores historias de hoy!

Suscríbete GRATIS a nuestra newsletter diaria

REL te recomienda