Cardenal fascista
Al cardenal Cañizares le han llamado fascista al salir de misa en Gandía. Hasta ahora, al salir de misa, la gente echaba arroz a los novios en vez de insultar al cura, pero los tiempos cambian y en la actualidad el arzobispo de Valencia es víctima de una persecución política urdida por la izquierda radical, que utiliza el adjetivo calificativo absoluto para llamarle de una tacada machista y xenófobo. Hay que aclarar que para la izquierda radical fascista es todo aquel que combata el dogma de la corrección política, según el cual si no eres de Marx eres de Franco.
La campaña contra Cañizares se deriva de unas declaraciones del arzobispo sobre la ideología de género, concepto que la panda de analfabetos que le critica confunde con la igualdad entre hombres y mujeres. También le reprochan su sensata advertencia para evitar que entre los refugiados islámicos de buena voluntad se cuele algún Saladino. Y, por criticar el poder homosexual, le han pedido poco menos que la perpetua, cuando lo lógico es que le tenga más apego a Santa Rosa de Lima que a Paco Clavel.
El arzobispado acaba de hacer público un comunicado en el que propone a la jauría que no malinterprete las palabras del prelado, a la vez que enumera las atenciones del cardenal con los pobres, las mujeres maltratadas y los inmigrantes. De lo que se deduce que Cañizares es un fascista atípico, que prefiere el Sagrado Corazón de Jesús a la esvástica y la oración al denuesto. Que la Biblia sea su libro de cabecera es otro aspecto que el laicismo levantino, Diocleciano de pega, tendría que tener en cuenta antes de pedir su cabeza. La frase amaos los unos a los otros no está recogida, que yo sepa, en ningún programa de Compromís.
La campaña contra Cañizares se deriva de unas declaraciones del arzobispo sobre la ideología de género, concepto que la panda de analfabetos que le critica confunde con la igualdad entre hombres y mujeres. También le reprochan su sensata advertencia para evitar que entre los refugiados islámicos de buena voluntad se cuele algún Saladino. Y, por criticar el poder homosexual, le han pedido poco menos que la perpetua, cuando lo lógico es que le tenga más apego a Santa Rosa de Lima que a Paco Clavel.
El arzobispado acaba de hacer público un comunicado en el que propone a la jauría que no malinterprete las palabras del prelado, a la vez que enumera las atenciones del cardenal con los pobres, las mujeres maltratadas y los inmigrantes. De lo que se deduce que Cañizares es un fascista atípico, que prefiere el Sagrado Corazón de Jesús a la esvástica y la oración al denuesto. Que la Biblia sea su libro de cabecera es otro aspecto que el laicismo levantino, Diocleciano de pega, tendría que tener en cuenta antes de pedir su cabeza. La frase amaos los unos a los otros no está recogida, que yo sepa, en ningún programa de Compromís.
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