Hoy el reto del amor es mirar más allá de la corteza
por El Reto Del Amor
Año del Señor 2022
17 de mayo
Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
PRONÓSTICO A DISTANCIA
Hace un par de días, unos amigos, que habían estado podando los árboles de su jardín, nos trajeron la leña para alimentar nuestra gloria. Evidentemente, se trata de un regalo “de futuro”, ¡hay que esperar al invierno que viene, para que esté bien seca!
Entre las ramas, había de todos los tamaños y estilos. Mientras las mirábamos, sor Carmen, señalando una particularmente gruesa, me comentó:
-¡Qué sano está ese árbol!
-¿Y cómo lo sabes, si no lo has visto? -pregunté divertida.
-Solo hay que ver el centro de la rama, ¿no ves qué color tan claro tiene? ¡Eso es que está fenomenal!
Lo cierto es que no tenía ni idea de ese detalle. Yo me estaba fijando más en la corteza de la rama, que era oscura, rugosa… Rápidamente me había imaginado un árbol despeluchado, ¡¡pero resulta que el verdadero diagnóstico se ve por dentro!!
Y si es fácil equivocarse al juzgar a un árbol, ¡cuánto más al juzgar a una persona! Podemos quedarnos en “la corteza rugosa y oscura”… cuando la verdadera riqueza está en el corazón. ¡Y eso es lo que mira Jesús!
De este modo, donde el fariseo murmura contra la mujer llamándola “pecadora”, Él la defiende y la perdona porque “ha amado mucho” (cfr. Lc 7, 37). Y, donde otros ven un traidor colaboracionista con los romanos, Jesús ve a Leví, y, mirándole con cariño, le invita a seguirle…
Cristo no se queda en la corteza: Él mira más allá, conoce nuestro corazón. Y, ¿sabes qué? En la Biblia, “conocer” es sinónimo de… “amar”. ¿Se te ocurre algo más impactante que esto? Jesús conoce todo lo que hay en tu interior, incluso esa madera menos clara… lo conoce todo y, conociéndote a fondo… te ama.
No es posible decepcionar a quien te ama así. Quien conoce todo lo tuyo y, con todo, apuesta por ti… no se echará atrás en su elección. O, en otras palabras: porque Jesús te conoce a fondo… puedes descansar en su amor.
Hoy el reto del amor es mirar más allá de la corteza. En primer lugar… ¡de la tuya, querido árbol! Te invito a que hoy, ante cualquier fallo, no te juzgues, sino que aproveches ese momento para mirar a Cristo y decir: “Y, con esto, ¡me amas!”. Disfruta de su amor incondicional y, si encuentras alguna rama un tanto retorcida hoy, ¡mírala con los ojos de Cristo! Pues no sabes el color de la madera de su interior… ¡Feliz día!
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
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