Judíos en los libros de Tolkien
Confieso mi admiración por Tolkien y su obra y algo he leído acerca de las interpretaciones que existen sobre ella. Curiosamente no había caído en la relación entre los enanos de la Tierra Media y el pueblo judío, algo que un reciente artículo de David Goldman me ha revelado.
De hecho, es el propio Tolkien quien, en la última entrevista que concedió, afirma lo siguiente:
“Los Enanos, por supuesto, son de un modo bastante obvio... ¿no diría usted que le recuerdan a los Judíos? Sus palabras son obviamente semíticas, construidas para que fueran semíticas”.
En El Hobbit la descripción que se hace de los enanos encaja con ciertos tópicos sobre los judíos: “los enanos no son héroes, sino gente calculadora, con una idea precisa del valor del dinero; algunos son ladinos y falsos; y bastante malos tipos; y otros en cambio son bastante decentes, como Thorin y compañía, si no se les pide demasiado .”
Y en El Señor de los Anillos, que se acaba de escribir tras la Segunda Guerra Mundial, ofrece una imagen mejor de los enanos, capaces de una gran alianza con los hombres y los elfos contra las fuerzas del mal lideradas por Sauron. Tolkien era filosemita y algunos, como el rabino Meir Soloveichik ha señalado en Commentary, sostienen que en el anhelo de los enanos por regresar a la Montaña Solitaria se trasluce su simpatía hacía el sionismo.
En cualquier caso, volviendo al Hobbit, los enanos viven exiliados de su tierra por culpa de un dragón que les ha arrebatado su tesoro más valioso y sagrado. Tras vagar durante mucho tiempo en el extranjero, hablando otras lenguas pero sin perder su lengua original, se convierten en herreros, orfebres y en todo aquello que tenga algo que ver con piedras preciosas. Otro de sus rasgos es su testadurez (¿les suena aquello del pueblo de dura cerviz?)
Otra sugerente coincidencia: el Monte Moria es el monte que aparece en el Génesis y al que subió Abraham para sacrificar a su hijo Isaac. En la tradición judía se identifica este monte con el monte del Templo. Y en el universo de Tolkien, Moria eran las más grandes minas construidas por los enanos.
Goldman sugiere que, además, El Hobbit es la antítesis del Anillo de los Nibelungos de Wagner, pero por ahora no me voy a meter en ese berenjenal.