La O.N.U. de mi pueblo nos hace pensar (7) Asegurando el futuro
por Un obispo opina
La O.N.U. de mi pueblo nos hace pensar (7)
Asegurando el futuro
Llega el momento en que, repartidas las competencias, van a decidir sobre las retribuciones de los distintos cargos políticos. Realmente son muy pobres las impresiones que nos causan los políticos a la hora del reparto. Verdaderamente, una vergüenza. ¿Renuncian a los sueldos cuantiosos que reciben por su trabajo? Que nadie lo piense; en absoluto. Y cuando esto está a punto de acabar, viene el día de la reunión de la O.N.U. de mi pueblo y van apareciendo los senadores, ocupando las sillas de la terraza y empiezan las opiniones acompañadas por el olor y sabor de una tacita de café aunque sólo para los que tienen un buen estómago; los que no, se conforman con una botellita de agua mineral. Y empieza la exposición de opiniones.
A mí me parece, dice Juan, que los sueldos que se han asignado son un tanto elevaditos. Debieran pensar que otros trabajadores de tanta o más categoría, cobran mucho menos que ellos. ¿En qué otro sector social se asignan a sí mismos sus propios sueldos? De ahí que venga aquello de que, por ser amigos o parientes de algunos cargos tengan puestos para los que no están capacitados.
Estoy contigo, Juan, dice José. He oído decir que ha habido o hay, no sé, algún ministro que no tenía ni el bachillerato y que de algún ministerio salían cartas con faltas de ortografía, cuando en primaria hay niños que no cometen ni una. ¿Por qué han de ocupar cargos de responsabilidad quienes no están preparados quedando al margen quienes no tienen un padrino, pero que tienen una preparación muy superior a quienes los ocupan?
Bartomeu añade: Es cierto eso que decís, pero yo veo un fallo más importante en todo ese asunto de las nóminas, aunque tengo la impresión de que hay un desconcierto mayor a la hora de asignar una cantidad mucho mayor en los sueldos de los políticos que en los normales de los trabajadores. ¿Por qué? Y ¿por qué las mujeres han de tener un sueldo más bajo que los hombres? Sea el Estado en dar el primer paso en corregir esa injusticia que no tiene por qué seguir existiendo en nuestro ordenamiento jurídico.
Yo no sé si estaré acertado o no, añade Antonio, pero me parece que algo de lo que se me ocurre decir, podría hacerse. Dinos, dinos, Antonio, porque hace poco tiempo que te has jubilado y debes saber mucho es esto, le dicen los compañeros.
A lo mejor, os reís, pero a lo mejor acierto. Pienso que desde el rey hasta el último coserje, deben tener un sueldo asignado por ley; nada de que nadie, por muy importante que sea su cargo, se asignase un sueldo. Nada de que se lo asignasen ni el presidente del gobierno, ni los ministros, ni los presidentes de las comunidades autónomas, ni los alcaldes, ni los concejales, ni los trabajadores no cualificados. Personalmente, me hace mucha gracia leer a veces en el periódico: el alcalde de… se ha subido el sueldo a X Euros. ¡A qué santo!
Bien, Antonio, estamos de acuerdo contigo; y es que hay muchos aprovechaos y quisieran que el mundo fuera un huevo para tomárselo todo de una vez y que los demás vayan ingeniándoselas para ir comprando gallinas.
José Gea
Asegurando el futuro
Llega el momento en que, repartidas las competencias, van a decidir sobre las retribuciones de los distintos cargos políticos. Realmente son muy pobres las impresiones que nos causan los políticos a la hora del reparto. Verdaderamente, una vergüenza. ¿Renuncian a los sueldos cuantiosos que reciben por su trabajo? Que nadie lo piense; en absoluto. Y cuando esto está a punto de acabar, viene el día de la reunión de la O.N.U. de mi pueblo y van apareciendo los senadores, ocupando las sillas de la terraza y empiezan las opiniones acompañadas por el olor y sabor de una tacita de café aunque sólo para los que tienen un buen estómago; los que no, se conforman con una botellita de agua mineral. Y empieza la exposición de opiniones.
A mí me parece, dice Juan, que los sueldos que se han asignado son un tanto elevaditos. Debieran pensar que otros trabajadores de tanta o más categoría, cobran mucho menos que ellos. ¿En qué otro sector social se asignan a sí mismos sus propios sueldos? De ahí que venga aquello de que, por ser amigos o parientes de algunos cargos tengan puestos para los que no están capacitados.
Estoy contigo, Juan, dice José. He oído decir que ha habido o hay, no sé, algún ministro que no tenía ni el bachillerato y que de algún ministerio salían cartas con faltas de ortografía, cuando en primaria hay niños que no cometen ni una. ¿Por qué han de ocupar cargos de responsabilidad quienes no están preparados quedando al margen quienes no tienen un padrino, pero que tienen una preparación muy superior a quienes los ocupan?
Bartomeu añade: Es cierto eso que decís, pero yo veo un fallo más importante en todo ese asunto de las nóminas, aunque tengo la impresión de que hay un desconcierto mayor a la hora de asignar una cantidad mucho mayor en los sueldos de los políticos que en los normales de los trabajadores. ¿Por qué? Y ¿por qué las mujeres han de tener un sueldo más bajo que los hombres? Sea el Estado en dar el primer paso en corregir esa injusticia que no tiene por qué seguir existiendo en nuestro ordenamiento jurídico.
Yo no sé si estaré acertado o no, añade Antonio, pero me parece que algo de lo que se me ocurre decir, podría hacerse. Dinos, dinos, Antonio, porque hace poco tiempo que te has jubilado y debes saber mucho es esto, le dicen los compañeros.
A lo mejor, os reís, pero a lo mejor acierto. Pienso que desde el rey hasta el último coserje, deben tener un sueldo asignado por ley; nada de que nadie, por muy importante que sea su cargo, se asignase un sueldo. Nada de que se lo asignasen ni el presidente del gobierno, ni los ministros, ni los presidentes de las comunidades autónomas, ni los alcaldes, ni los concejales, ni los trabajadores no cualificados. Personalmente, me hace mucha gracia leer a veces en el periódico: el alcalde de… se ha subido el sueldo a X Euros. ¡A qué santo!
Bien, Antonio, estamos de acuerdo contigo; y es que hay muchos aprovechaos y quisieran que el mundo fuera un huevo para tomárselo todo de una vez y que los demás vayan ingeniándoselas para ir comprando gallinas.
José Gea
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