Mártires de El Pueyo, rogad por nosotros (1)
El P. Juan Manuel del Corazón de Jesús Rossi, IVE, del Monasterio de Nuestra Señora de El Pueyo de Barbastro me envía esta carta circular fechada el pasado 12 de agosto, en la memoria del beato Florentino Asensio Barroso, obispo de Barbastro y mártir.
Estimados familiares, amigos y devotos de los mártires de El Pueyo:
Durante todos estos días de finales de julio y comienzos de agosto estamos reviviendo aquí en el Monasterio, de un modo muy especial, cada uno de los pasos que constituyen el heroico periplo de nuestros mártires hacia el «testimonio entero» de sus vidas por amor de Jesucristo. Desde el 21 de julio, fecha en que, a la vista de toda la comunidad, fue tomado prisionero el más anciano de sus sacerdotes, don Mariano Sierra Almázor, y trasladado a Barbastro, sin destino cierto; hasta la conmemoración del martirio del grupo principal el próximo 28 de agosto; pasando por la usurpación del Monasterio y encarcelamiento de los monjes de los días 22 y 23 de julio, las últimas celebraciones eucarísticas el día 25 de ese mismo mes, la primicia de su holocausto martirial en la ejecución del hermano Vicente Burrel al día siguiente, y los posteriores martirios del hermano Lorenzo Santolaria en su pueblo de Torres de Alcanadre el 5 de agosto y del propio p. Sierra el día 9... cada fecha de esta época estival nos traslada en espíritu a 80 años atrás, y nos estremece con el coraje y el deseo del Reinado de Cristo y del triunfo de su Iglesia que animó en esas jornadas a nuestros venerados predecesores.
En esta pequeña misiva quiero hacerles comunicación de los actos que tendremos como culmen de nuestra memoria, en homenaje a los beatos mártires benedictinos, esperando que puedan unirse en ellos a nosotros, bien con su presencia, bien con su oración, que es ciertamente un modo de presencia mucho más cercano.
Antes debo informarles a todos que hemos debido suspender temporalmente la realización del Museo de los mártires. Era éste un deseo que queríamos concretar como muestra de nuestro afecto a ellos y de la importancia que damos a su testimonio como fuerza evangelizadora para Barbastro y para toda la Iglesia. Lamentablemente habremos de posponerlo, con la confianza cierta de que los mártires tendrán ese espacio que merecen. Pido a todos que se unan en nuestro ruego para que pronto sean ellos mismos quienes nos ayuden a dar soluciones adecuadas a las dificultades que se nos presentan a este respecto. Y aprovecho a agradecerles a quienes ya nos ayudan espiritual y materialmente.
Sí tendremos, como cada año, la celebración litúrgica, asignada al día 30 de agosto. Desde el día 21 comenzaremos la Novena de preparación, a la que se pueden unir cada día con el rezo de la oración que copio al fin de esta carta, y con el rezo de las Letanías de los mártires.
Para facilitar vuestra participación, hemos decidido este año trasladar la celebración eucarística al sábado 3 de septiembre, a las 11.30 hs. (el día 30 de agosto también tendremos la Misa propia de los mártires, con toda la comunidad monástica, a las 9.00 hs.). Esperamos que muchos puedan acompañarnos, y también en el posterior almuerzo que tendremos en la Hospedería del Monasterio, al cual serán todos invitados. En la Misa del día 3 uno de nuestros monjes recibirá su hábito monástico, lo cual constituye ciertamente un nuevo motivo de alegría.
En la medida de sus posibilidades, pedimos que nos informen quienes planeen asistir, para poder organizar todo del mejor modo posible.
Y que cuenten con nosotros ante cualquier dificultad. Buenamente haremos lo que esté de nuestra parte para ayudarlos a solucionarla.
Por último, y aun a riesgo de parecer insistente, pido a todos se unan en oraciones a nosotros por los frutos que esperamos puedan seguirse de esta celebración, y en agradecimiento a Dios por el don incomparable de estos testigos suyos, tan cercanos a nosotros y a Él, que nos preceden en la gloria y allí nos aguardan, intercediendo día y noche por nuestra salvación.
Con mi bendición.
En la medida de sus posibilidades, pedimos que nos informen quienes planeen asistir, para poder organizar todo del mejor modo posible.
Y que cuenten con nosotros ante cualquier dificultad. Buenamente haremos lo que esté de nuestra parte para ayudarlos a solucionarla.
Por último, y aun a riesgo de parecer insistente, pido a todos se unan en oraciones a nosotros por los frutos que esperamos puedan seguirse de esta celebración, y en agradecimiento a Dios por el don incomparable de estos testigos suyos, tan cercanos a nosotros y a Él, que nos preceden en la gloria y allí nos aguardan, intercediendo día y noche por nuestra salvación.
Con mi bendición.
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