Lunes, 23 de diciembre de 2024

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Elogio del Papa Pío XI al Cardenal Segura

por Victor in vínculis

El 26 de diciembre de 1931 dos periódicos católicos dan cuenta de la audiencia que con motivo de la Navidad tuvo el Papa Pío XI con los cardenales de la Curia, entre los que ya se cuenta el Cardenal Segura.

El Castellano, en la segunda página, titula: Importante alocución del Pontífice a los Cardenales. Por su parte, El Siglo Futuro, lo lleva a la portada afirmando: El Papa de la bienvenida al Cardenal Segura, y habla a los Cardenales de la situación de España.
 
Ciudad del Vaticano, 24 de diciembre de 1931

El día 24, a las doce de la mañana, recibió el Papa al Sacro Colegio de Cardenales, para la felicitación de Navidad. Asistieron veinticuatro purpurados, entre ellos los Cardenales Segura y Bourne.

El Decano del Sacro Colegio, monseñor Granito di Belmonte, leyó el mensaje de felicitación.

Acto seguido habló el Papa, que empezó su discurso hablando de varios temas. Pío XI aludió “a las mayores tribulaciones que han caído sobre la Iglesia. Sufre ésta grandemente en Rusia y sus sufrimientos están adornados por el heroísmo de confesores y mártires de la religión católica. Sufre también en Méjico si bien no en todas las partes de ese vastísimo país de la misma manera, pero la prueba sigue y la fe por su parte perdura sostenida eficazmente por la Virgen de Guadalupe”.

Entonces ante el Colegio Cardenalicio se dirige al Cardenal español. Tomamos el discurso completo que El Siglo Futuro titula Un elevadísimo elogio al Cardenal Segura y que publica el 4 de enero de 1932.
 
Elogio al Cardenal Segura

            «Tenemos entre nosotros -dijo Su Santidad- un testigo ocular de los primeros embates de la terrible tempestad, el querido hijo Cardenal Segura. El Padre Santo se complace en ofrecerlo, no a la atención, sino a la admiración de los presentes; él fue el primero que vio desencadenarse la tempestad, y como vio toda la gravedad de ella, todas sus amenazas y todos sus peligros, renovó el gesto de San Gregorio Nacianceno: si por mí se ha desencadenado esta borrasca, arrojadme al mar. Aquí no había lugar a aquel sí, a aquella hipótesis. Sabe el Papa, saben todos y todos han podido fácilmente comprobarlo que no para sustraerse a motivos reales tuvo el Cardenal Segura el gran gesto generoso de desprendidamente poner en manos del Sumo Pontífice la renuncia a la Sede de Toledo. No era para eximirse de motivos reales, sino que era tan sólo, únicamente, para quitar aun el más pequeño y asimismo el más infundado y peor urdido pretexto. Su Santidad se complace en darle, en presencia del Sacro Colegio, la bienvenida, en la Casa del Padre común, en el centro de la fe y de la Iglesia Católica».
 


La noticia en El Siglo Futuro sigue afirmando que: “La prensa italiana no católica, aun con un lenguaje impropio, pero eficaz, ha llamado la atención sobre este elogio del Papa, y aun alguno se ha desdicho de ciertos juicios demasiado ligeros lanzados contra el Primado de España, cuando éste se vio obligado a dejar el país, aun no habiendo recibido todavía una orden formal escrita de expulsión. Ahora todos ven en las palabras del Papa la más amplia reivindicación y aprobación de lo hecho por el santo Cardenal; lo cual debe ser muy confortador para aquellos católicos que, aun antes del advenimiento de la República, habían presentido lo que ella habría de producir a España, ni se dejaron jamás engañar por los hombres que semejante régimen habían personificado y personifican.

El Cardenal Segura es hoy una de las figuras centrales del Sacro Colegio.

Hemos tenido la suerte de verlo unos momentos antes de entrar en la Sala del Consistorio. Estaba rodeado de numerosos Eminentísimos Cardenales que lo felicitaban calurosamente, a los que el Cardenal español respondía conmovido con una voz velada de tristeza, sonriendo, a pesar de estar triste.

Y, después del discurso conversó el Papa más detenidamente que con los demás Cardenales, con el Cardenal Segura, hablándole con cordial efusión paterna.

Fue su apoteosis: los enemigos de la Iglesia no podrán ya jactarse de haber obtenido -como desvergonzada e incorrecta cuanto erróneamente se ha dicho- la renuncia de un Primado a su Sede Episcopal.

El Cardenal Segura ya no es Arzobispo de Toledo, pero en Roma, en el centro de la cristiandad, para el Papa como para los católicos de todo el mundo, y en especial para los católicos españoles es el más verdadero, el más digno, el mayor representante de España”.
 
Ocupa las habitaciones del cardenal Francesco Ragonesi

            El Castellano, del 26 de diciembre de 1931, al final de la alocución del Papa Pío XI, ofrece esta otra información respecto a la futura residencia del Cardenal Segura.

Su Santidad ha dispuesto que los departamentos que ocupaba el cardenal Ragonesi en el Palacio del Santo Oficio sean arreglados, a expensas de la tesorería del Palacio Apostólico, para habitación del Cardenal Segura”.

El cardenal Francesco Ragonesi (18501931) había fallecido el 13 de septiembre siendo Prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica. No me resisto a ofreceros esta fotografía, cuando ostentó el cargo de Nuncio de Su Santidad en España de 1913 a 1921. El cardenal Ragonesi, en el centro, junto a Antoni Gaudí (el de la barba blanca) en una visita a las obras de la Sagrada Familia. En aquella ocasión monseñor Ragonesi calificó a Gaudí como “el Dante de la arquitectura”.

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