Las fiestas de la Virgen del Sagrario sin el Cardenal Segura
Agosto de 1931. La incertidumbre por lo que iba a suceder con el Arzobispo Primado de Toledo, el Cardenal Pedro Segura, continuo durante los días del popular octavario de la Virgen del Sagrario, patrona de la ciudad imperial. La fiesta solemne es el día 15 de agosto (todavía no había sido proclamado por Pío XII el dogma de la Asunción).
En la programación de las fiestas dice que para el 16 de agosto “a las siete y media, misa de comunión general, aplicada por las intenciones señor Cardenal Primado. Distribuirá la comunión el señor obispo auxiliar”.
El último día del octavario fue el 22 de agosto, presidió el beato José Polo Benito. En El Castellano del lunes 24 de agosto de 1931 podemos leer:
“Ya a la hora de comenzar los cultos el aspecto del crucero y de sus alrededores, ocupados apiñadamente por la multitud, era importante. En el coro se acomodaban numerosos sacerdotes, casi todos los de la capital, y muchos seglares. En el antepresbiterio, rodeando la carroza de la Virgen, se agrupaban otros tantos hombres, e insuficiente aquel espacio, no pocos hubieron de situarse en la gradería que asciende hasta el altar mayor. Pero todavía durante el rezo del Santo Rosario fueron llegando gentes que, imposibilitadas de aproximarse al crucero, iban poblando las naves laterales en todo el amplísimo recinto.
Había alrededor del coro y del presbiterio, en torno a la masa silenciosa congregada en el centro, ese rumor que levantan las grandes multitudes y que en la Catedral, con toda su enorme resonancia, apaga la trompetería del órgano y la voz aguda de los seises.
El Señor Deán, para hacerse oír en la lectura de la carta conmovedora de Su Eminencia, y luego en la plática vibrante que la siguió, tuvo que hacer un esfuerzo extraordinario de voz y un alarde de clara y reposada dicción.
En cerca de diez mil personas calculaban algunos la concurrencia. No sería, en efecto, mucho menor, y era de notar el orden y la compostura de todos. Mediada la fiesta, el calor en el grandioso templo, siempre confortable en verano, era en verdad agobiante. Entre la muchedumbre femenina, centenares de abanicos batían afanosos el aire enrarecido.
UNA CARTA DEL SEÑOR CARDENAL
Terminado el Santo Rosario, el ilustrísimo Señor Deán, don José Polo Benito, leyó desde la cátedra sagrada una sentidísima carta del eminentísimo señor Cardenal, dirigida a los devotos de la Virgen del Sagrario.
Dice en ella que, del modo como se lo han permitido sus medios de comunicación, ha seguido desde el destierro por la prensa y por otros informes particulares, el curso magnifico del octavario en honor de la Santa Patrona de Toledo, y que ha acompañado a los fieles en sus cultos, no sólo en espíritu, sino también elevando sus oraciones a la Virgen del Sagrario y celebrando en su obsequio el santo sacrificio.
Se muestra complacido de la manifestación esplendida de devoción a la Virgen, realizada por el pueblo toledano, y exhorta a los fieles a que perseveren en su fe y en su fervoroso entusiasmo por Nuestra Señora, que corresponderá con creces a los obsequios de sus hijos los toledanos.
[El periodista Santiago Camarasa y el beato José Polo Benito, entre otros, en el Museo del Greco de Toledo ,en los años 20].
PLÁTICA DEL SEÑOR DEÁN
Seguidamente el señor deán pronunció esta vibrante y sentida plática:
“¡Qué bien suena la voz del desterrado en esta hora de tribulación! No tiene dejos de amargura de aquella carta de hace ocho días con los acentos de pena por la ausencia obligada, sino que está empapada de una entonación jubilosa porque las noticias que hasta él llegan confirman la bendita realidad de que vosotros habéis sido testigos y protagonistas.
Bellas y emocionantes son sus palabras, pero más lo serían si tuviera, como yo tengo, la dicha de ver aquí a la ciudad entera, de ver a millares de toledanos cuajando la ancha nave del crucero de esta templo incomparable haciendo guardia de honor a la Virgen como los soldados de España que sable en mano guardan y defienden la bandera.
En esta hora final del octavario podemos preguntar:
-¿Qué es lo que yo hecho en estos días por mi Madre?
-¿Qué ha hecho Toledo por su Reina?
Desde el saludar del día centenares de toledanos acudía al tabernáculo; a la hora del esplendente cénit las parroquias de la ciudad venían como familias congregadas a la voz amorosa del Pastor, trayendo suspiros y esperanzas y dejando lágrimas y consuelos; en las horas de la tarde, tediosas y largas, mientras el coro desgrana la salmodia, cerca, muy cerca de la Virgen, una legión de almas amantes de su Virgen la acompañan y la dicen palabras que mi torpe lengua no acierta a repetir […].
¡Horas felices, horas benditas las de este octavario que termina!
Pero permitidme que os diga con la franqueza castellana y sacerdotal que requiere la gravedad de la hora, que con haber hecho mucho no lo habéis hecho todo.
No es el culto externo, no es la ceremonia el ideal de la devoción. La religión el ideal de la devoción. La religión accidentalmente es una liturgia, pero esencialmente es una vida; una vida que tiene que trascender al orden individual, al orden familiar y al orden social; una actividad que tiene que desarrollarse y desenvolverse en la intimidad del pensamiento y en las actividades de la vida y que tiene que moverse entre los choques de la calle.
No basta, toledanos, llenar el templo, como vosotros lo llenáis ahora y defender a la Virgen al abrigo de estas naves, mientras en la calle se combaten las doctrinas de su Hijo.
Faltan hombres, decía en la noche de ayer el orador sagrado. Faltan hombres, es verdad; pero faltan hombres porque falta vida interior, porque falta vida de espíritu, porque falta entereza de carácter forjada en la línea espiritual de los principios de la religión cristiana.
Hay que defender la religión con la pluma, con la acción, con la palabra o con la sangre, [EL BEATO JOSÉ POLO BENITO RECIBIÓ LA PALMA DEL MARTIRIO EN LA CIUDAD DE TOLEDO EL 23 DE AGOSTO DE 1936] cuando como ahora está amenazada, cuando como en estos instantes se quiere instaurar el ateísmo del Estado, que es la negación del espíritu; el laicismo en la enseñanza, que es la escuela materialista; el divorcio en el matrimonio, que es la disolución de la familia; la democracia sin Dios, que es la demagogia sin freno.
Hay que defenderla, pero siempre por los medios legales, porque el catolicismo es legalidad y es ciudadanía. Y hay que decir una vez más que con un régimen de libre elección puede ser y se debe acatar con toda lealtad, pero pueden y deben ser combatidos aquellos principios opuestos a la doctrina de Cristo. Porque escrito está como verdad revelada que hay que obedecer primero a Dios que a los hombres.
¿Qué ha hecho Toledo por su Reina y Patrona? Sois vosotros los que contestáis a esta pregunta. Los ex alcaldes que en esta noche han reiterado con su presencia la permanencia de la tradición ciudadana como el hilo de oro que une el ayer con el hoy; y es el pueblo que vienes a refrendar aquí su amor a la Virgen del Sagrario, a la Virgen del pueblo, como se la vitoreaba el sábado pasado.
He aquí el espíritu de devoción toledana que recoge esa Asociación de la Esclavitud de Nuestra Señora del Sagrario. Y yo os pido que no haya una sola familia en la que no haya un esclavo de la Virgen que venga todos los días a postrarse delante de Ella.
Y para terminar quiero reiterar antes estos millares de toledanos, ante la ciudad entera la fórmula de consagración a la Virgen del Sagrario. Ella ha de ser juramento de fidelidad y el mentís contra la impostura.
VIVAS ENTUSIASTAS AL CARDENAL
En la crónica de la jornada puede leerse al final:
“Hubo también vivas entusiastas al eminentísimo Cardenal Segura, recuerdo de los católicos toledanos al prelado ausente, que tanto se hubiese complacido en asistir a esta gran manifestación de fervor mariano.
UN TELEGRAMA DEL PRIMADO A LOS EX ALCALDES
En contestación al telegrama que los ex alcaldes toledanos le dirigieron el día 15, el Eminentísimo Señor Cardenal les ha enviado el siguiente:
“Fernando Aguirre:- Toledo.
Sentidísimamente agradecido cariñoso recuerdo ex alcaldes toledanos concejales y ex concejales que se honraron honrando Patrona inolvidable fiesta envíoles efusiva bendición extensiva a fieles a quienes estoy especialmente unido impetrando protección Santísima Virgen Sagrario sobre tan queridas ciudad y archidiócesis.- Cardenal Primado”.
[El Cardenal Pedro Segura en la inauguración de la hostería y residencia de artistas, conocida popularmente como Casa del Maestro, en Toledo].
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