Otra película martirial, esta vez de 1793
Con solo 17 años, ha realizado un film sobre un mártir de la Revolución
Apasionada por un héroe local, una joven del Auvergne, ha movilizado a toda su parroquia para dedicarle un biopic.
¿Qué puede sacudir al pequeño pueblo de Pleaux en Cantal? Desde diciembre la calma de esta villa de 1.500 personas se ha perturbado por: "¡Motor!", "¡Estamos grabando!", "¡Corten!". Y por una buena razón: requerida por el sacerdote de su parroquia, Notre Dame d´Enchanet sur Maronne, el padre Dominique Roze, Marie-Sophie Guéring, de 17 años, se ha embarcado en el ambicioso proyecto de recuperar a un mártir de la Revolución, verdadero héroe local: el padre Filiol.
“Desde que voy a la iglesia, he oído hablar muy a menudo de él. Siempre se le ha presentado como una especie de santo”, manifiesta la cineasta en ciernes. “Lo que suscita la admiración del padre Filiol es su vocación al martirio, dispuesto a dar su vida para realizar su ministerio hasta el final”.
Ordenado sacerdote en 1789, el religioso rechaza prestar juramento a la joven República. Amenazado por la justicia revolucionaria, huye en un primer momento a España, pero en el camino decide volver y regresar a su parroquia cueste lo que cueste.
Bajo estas líneas, François Filiol interpretado por Clément Queiros
“Qué vil y despreciable me parece la tierra cuando miro hacia el cielo”.
Intrigada por este valiente religioso, la joven lo conoce en profundidad, después de haber leído un libro dedicado por Catherine Jarrige, terciaria dominica más conocida por el nombre de Catinon Menette (1754-1836), beatificada en 1996 por san Juan Pablo II.
Aunque el padre Filiol vive en la clandestinidad más absoluta, ella lo rescata aún a riesgo de su vida. Por una indicación o un comentario imprudente, los gendarmes terminan por coger al sacerdote.
“Durante su arresto, los campesinos intentan por todos los medios liberarle, enfrentándose a los gendarmes. Pero el valiente padre les detiene, dirigiéndoles estas palabras: “Dios está enojado con nuestra querida Francia y hace falta la sangre de mártires para aplacar su justa cólera”, cuenta Marie-Sophie.
Negándose obstinadamente a jurar, François Filiol es guillotinado; solo tenía 29 años. La “justa cólera” parece, en efecto, apaciguada. El padre es el último religioso de la región en ser asesinado por la represión revolucionaria.
Catherine Jarrige, quien le acompaña hasta el pie del cadalso, es detenida a su vez, pero contra todo pronóstico el tribunal decide soltarla. “Qué vil y despreciable me parece la tierra cuando miro hacia el cielo”, dice en sus últimos instantes el padre cuyo sacrificio no habrá sido en vano.
Sacerdote y feligreses de Notre-Dame d´Enchanet sur Maronne, jóvenes y menos jóvenes, todos han respondido a la llamada. “Las gentes de la región están muy unidas a su historia y particularmente a este padre”, confía Marie-Sophie, que ha movilizado a su alrededor a unas sesenta personas de su parroquia y más allá. “Muchos ya habían colaborado en una primera película sobre la historia de un famoso lugar de peregrinación de la región con el mismo nombre de la parroquia. La idea de hacer otra película sobre el padre Filiol, les ha entusiasmado a todos”, cuenta la joven realizadora.
Marie-Sophie está dedicada totalmente a la escritura del guión, bajo la atenta mirada del padre Dominique Roze y de un historiador especialista del país, “para verificar que no haya anacronismos”, precisa la adolescente.
Esta espera terminar el rodaje este verano, difundirlo al máximo en la región y por qué no, participar en el festival internacional de películas católicas, Mirabile Dictu, organizado en el Vaticano. "¡Pero cada cosa a su tiempo!", considera la joven.
ARTHUR HERLIN
(Traducido por Mª Victoria Melchor Illán)
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