El mártir de Boadilla del Monte
SIERVO DE DIOS JUAN DE DIOS BLASCO MERINO
Seminarista del Seminario Conciliar de Toledo
Había nacido en La Torre de Esteban Hambrán (Toledo) el 2 de julio de 1915. Su padre, Juan de Dios, natural de Villamantilla (Madrid) era el herrero del pueblo. El niño fue bautizado el 13 de julio, en la parroquia de Santa María Magdalena de La Torre. Tenía un hermano llamado Francisco.
Juan de Dios marchó a Toledo, al Seminario Conciliar, para hacer sus estudios de filosofía y teología. Cuando sufra el martirio, con 21 años recién cumplidos, faltarán tan solo dos años para cantar misa.
Al estallar la Guerra Civil en el mes de julio, los seminaristas estaban de vacaciones en sus casas. Una testigo recuerda cómo Juliana Merino, madre del joven estudiante manifestaba el gozo de que su hijo regresase a casa.
Heredada de los venerables sacerdotes que hicieron y custodiaron toda la documentación sobre el tema, se conserva una lista de los alumnos del Seminario Mayor de Toledo del curso 19351936. Allí se da cuenta de lo sucedido, escueta, pero claramente con cada uno de los seminaristas: nombre, de tal pueblo, (presbítero, diácono, subdiácono o en el curso en el que se encuentre…) muerto en la guerra, asesinado, en el seminario, en su pueblo, se retira, en el frente, nada se sabe, enfermo tuberculoso en Valdemoro… El número 40 de la lista lo ocupa nuestro protagonista con un escueto: “asesinado”.
Los milicianos mataron primero a su padre el 29 de julio, con 64 años. Luego pasaron a detener “al seminarista”. Lo condujeron al Ayuntamiento para que trabajase de escribiente. Uno del Comité le trasladaba todos los días de su casa al Ayuntamiento y del Ayuntamiento a casa.
El 21 de agosto se le encarceló y a la mañana siguiente con otros cuatro jóvenes (dos de ellos eran miembros de Acción Católica del pueblo: Juan Manuel López Aguado y Felipe Aguado Serrano), fueron sacados del pueblo y se los llevaron a Boadilla del Monte (Madrid). Les pusieron en la misma carretera, Juan de Dios tomó el rosario entre sus manos, y al grito de ¡Viva Cristo Rey! cayeron rubricando con su sangre su firme decisión. Sus cadáveres fueron arrojados a un pozo. Era el 22 de agosto.
Se dice que Juan de Dios apareció maniatado con su propio rosario, como si lo hubiesen esposado. En la esquela por el funeral que se celebró por el alma de su padre y por la suya, se dice de él que “era un alma sencilla y buena… su recuerdo será bendición para su familia”.
Parece que el Ayuntamiento de Boadillla del Monte ha recuperado el memorial que se levantó en el lugar del martirio y piensa conservarlo… de momento.
La historia no podrán cambiarla. Era un seminarista de Toledo...