Colar el mosquito y tragarse el camello: sobre el video del Papa
Análisis previo
Antes de comentar ciertos detalles que han sido causa de discusión y hasta de confusión entre los católicos, quisiera dar mi apreciación personal sobre ciertas actitudes que por demás, me parecen fuera de lugar.
A escasos minutos de haberme enterado de la existencia del video, ya tenía un montón de comentarios en mis redes sociales, con una turba incendiaria de católicos indignados con respecto al Papa, quien habría supuestamente atentado contra la doctrina de la Iglesia, y no faltó el atrevido, soberbio y desubicado, que osó en tildar al Papa de “hereje”, un adjetivo reservado para gente insensata que a lo largo de la historia ha causado males tremendos a la Iglesia, negando verdades de fe, promoviendo el error y la mentira o calumniando a Nuestro Señor o a Su Santísima Madre. ¡Así es! Hay quienes consideran que el Papa Francisco puede entrar en este calificativo. Dios los ampare.
Por lo demás, es interesante como existe ya una fila definida de gente, consagrada a hacer de policías de la doctrina cual miembros del Tribunal del Santo Oficio. Y es que el asunto aquí no se trata de no defender la doctrina, sino de lo absurdo que suena “defender la doctrina” ante el Vicario de Cristo, el Patriarca Universal, el Siervo de los siervos de Dios… en fin, aquí lo que sobra no es “valentía” sino testarudez y soberbia. Lejos de profundizar el mensaje y la intención del Santo Padre, muchos enfocan todas sus energías en buscar el error o la ambigüedad en lo que dice o hace, examinan con lupa cada gesto, a ver si contradice algún punto o algún resquicio del Catecismo, y en esto, pierden de vista el fondo del gesto, el mensaje, y a fin de cuentas, lo que el Espíritu Santo – haciendo uso del Vicario de Cristo en su frágil persona – quiere transmitir a la Iglesia y al mundo.
“¡Guías ciegos, que coláis el mosquito y os tragáis el camello!”[2]
Así se dirigía Jesús a los fariseos, que pagaban el diezmo hasta de las hierbas aromáticas pero eran incapaces de practicar la misericordia. De más está explicar, cómo se relaciona esto con respecto a aquellos que quieren buscarle la quinta pata a lo que dice el Papa.
“(…) Todos somos hijos de Dios”
Esta ha sido la frase que más polémica ha causado, ciertamente porque la afirmación que ha hecho el Papa en el video puede interpretarse de muchas maneras, y por supuesto, para quienes les conviene que la vida sea sin exigencias y la religión se ajuste a sus caprichos, ésta frase podría venirles como anillo al dedo, para decir que “sin importar la religión” somos hijos de Dios, cayendo en una especie de sincretismo religioso. Sin embargo, la frase propiamente debe ser entendida en su contexto.
- - ¿De qué se trata el video?
- - ¡De las intención del Papa para este mes de enero!
- - ¿Y cuál es esa intención?
- - El diálogo entre las distintas religiones y el trabajo por la paz y la justicia.
¡Bien! Entonces, si el video está dirigido a la intención de un diálogo interreligioso, es más que obvio que no es adecuado ni atinado utilizar palabras estrictamente doctrinales que a su vez sean automáticamente excluyentes al diálogo que se busca. Es decir, ¿de qué serviría el video, buscando el diálogo entre religiones, si hace explícitas las diferencias?
Es verdad, desde el punto de vista doctrinal NO TODOS SOMOS HIJOS DE DIOS, pues somos hijos de Dios sólo y únicamente aquellos que hemos sido bautizados, que a través del Sacramento de la iniciación cristiana, pasamos a formar parte de la promesa de Cristo, de la Nueva Alianza.
“(…) es decir: no son hijos de Dios los hijos según la carne, sino que los hijos de la promesa se cuentan como descendencia”[3]
Sin embargo, es posible hacer uso del término “todos somos hijos de Dios” desde un punto de vista genérico, por cuanto todos hemos salido de la mano de Dios, y no por esto el Papa se ha querido bancar el Sacramento del Bautismo ni mucho menos. Sólo basta tener dos dedos de frente para comprender la intención del Papa, pero aun así, hay gente sembrando discordia y división, fomentando comentarios negativos hacia el Santo Padre y echando a perder por completo el mensaje de fondo que ha querido transmitir el Papa, y por el cual nos ha pedido hacer oración.
La imagen del Niño Jesús
Al final del video, se muestra al Niño Jesús equiparado – por así decirlo – a objetos simbólicos de las otras religiones, ciertamente tratando de evidenciar lo que se busca con el diálogo, no una mezcla de creencias, sino un verdadero compartir que nos acerque de a poco. Como en algún momento lo indiqué en una pregunta de la red social Ask, aquí no se trata de mezclar la doctrina de la Iglesia con otras religiones, pues eso no es ecumenismo, sino que se busca a través del diálogo, el acercamiento de las otras religiones hacia la verdad de la Iglesia de Cristo, el Único Dios verdadero. Pero, ¿cómo habrá de hacerse este diálogo, si no se comienza por los puntos en común? ¿Qué diálogo podrá darse si – como a muchos inquisidores les gustaría – el Papa empieza a despotricar contra las otras religiones, o hace explícitos los puntos que nos separan – que ya los conocemos de memoria –, y luego plantea que busquemos la unión?
Seguramente en los próximos días, o eso espero, el Vaticano hará algún pronunciamiento al respecto, pero indistintamente de lo que se diga (o si por último no hay pronunciamiento alguno), no comprendo por qué habría de suscitarse tanta confusión. Es interesante, pues quienes generan mayor polémica y división, son justamente los que figuran como letrados, pues por lo demás – y lo he comprobado en varias conversaciones – las almas sencillas y de corazón humilde, no se han hecho problema en absoluto, y han comprendido sin obstáculos lo que ha querido decir el Papa. Ni han pensado que el Papa ha negado el valor del Bautismo, ni que esté promoviendo algún tipo de sincretismo y mucho menos se atreverían a pensar que está “traicionando” la doctrina de la Iglesia. Sencillamente ven al Vicario de Cristo, buscando desesperadamente la paz, en medio de una sociedad que cada vez se torna más caótica por las situaciones de guerra e injusticia.
Conclusión
Se de muchos – y me incluyo – que gustamos de las disertaciones teológicas mientras nos tomamos un café, y probablemente en ese contexto conversemos sobre lo que dijo el Papa y sobre tal o cual gesto o forma… discutiremos de “lo que yo hubiese querido que diga el Papa” o de “cómo me hubiese gustado que lo diga”, pero al final del día, iremos a misa, pediremos al Señor que se acuerde de Su Iglesia extendida por toda la tierra; y con el Papa Francisco, con nuestro Obispo Luis Gerardo (obispo de mi ciudad) y todos los pastores que cuidan de Su pueblo, nos lleve a la perfección por la caridad, y al finalizar nuestros rosarios, rezaremos un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria por las intenciones del Papa… ¿por qué? ¡Porque es el Papa!
Verdaderamente espero que este Año de la Misericordia nos ayude a experimentar el perdón de Dios, pero sobre todo, que fruto de ese perdón, pueda nacer la verdadera caridad que nos permite ver el mundo con los ojos de Cristo. De esa manera, dejaremos de perder el tiempo en discusiones inútiles y empezaremos a trabajar seriamente por el Reino de Dios y su justicia perfecta.
¡Dios los bendiga!