Futbol, Política y Religión

28 septiembre 2009 00:00

A lo largo y ancho de nuestra geografía uno puede encontrase en muchos bares un cartel que reza así: “Prohibido hablar de Futbol, Política y Religión” y es que los españoles, en nuestro código genético, recibimos como herencia familiar no solo el color del pelo o el tamaño de nuestras orejas, la frente pronunciada o la nariz chata, sino que, además, heredamos la pertenencia al club de futbol, el partido político y la religión que en el caso español se expresa en dualismos irreconciliables: izquierdas o derechas, católico o ateo, Barça o Español, Betis o Sevilla, Real Madrid o Atlético de Madrid…, otras elecciones pintorescas no pasan de la marginalidad

Vemos así que elección tras elección, con independencia de la ejecutoria del partido gobernante de turno solo una pequeña minoría, que a este respecto no parece española, es la que inclina la balanza hacia un lado u otro.

Daría igual si el PP aprobase la obligatoriedad de 18 años de mili (cosa que no creo) o propusiese la expulsión de las órdenes religiosas, mantendría, indefectiblemente, un suelo de voto de muchos millones de españoles. Lo mismo ocurriría (¿ocurrirá? ... De hecho ya ocurrió) con el PSOE, podría proponer la eutanasia obligatoria a los 60 años (¡espérense y verán!) o la mayoría de edad de responsabilidad penal en 57 años y el derecho a abortar a los 7 que seguiría siendo apoyado por millones de españoles en las urnas.

La expresión del hecho religioso no es ajena a esta naturaleza y no es extraño ver enemistades entre los devotos de la Virgen de la Encina con los devotos de Nuestra Señora del Abedul.

Estamos muy necesitados de coherencia y de discernimiento.

Discernimiento para comprender que lo primero es lo primero y el resto viene después, comprender que como cristianos somos un pueblo de hermanos que peregrina en medio de la sociedad, que lo más importante es Cristo Nuestro Señor, el amor a la Iglesia y la salvación de las almas y luego, muy por detrás, a que partido votó mi tatarabuelo.

Coherencia para ser fieles a lo que creemos y queremos, y que si cierto partido al que votan mis padres, tíos, abuelos, primos (y hasta la novia) ataca a la vida y las bases del cristianismo que funda nuestra civilización inmediatamente dejará de contar con mi apoyo.

Tendremos una buena oportunidad de demostrarlo el 17-O, aunque lo mejor sería de mostrarlo en las próximas elecciones (¿Qué peso tiene el pueblo católico en la sociedad española?)… y mejor aun en el día a día de nuestra vida cotidiana.

En definitiva, pido por este pueblo español, para que se vea libre de la sinrazón tribal que nos atenaza.

¿Imposible?, Si …. pero para los hombres, no para Dios.

Germán Menéndez