En la reunión con los jóvenes en Nairobi el 27 de noviembre, el Papa Francisco reveló lo que le mantiene en pie en los momentos difíciles: “Les voy a contar una confidencia. Yo en el bolsillo llevo siempre dos cosas: un rosario para rezar y una cosa que parece extraña, que es esto. Y esto es la historia del fracaso de Dios. Es un Vía Crucis, un pequeño Vía Crucis. Es cómo Jesús fue sufriendo desde que lo condenaron a muerte hasta que fue sepultado. Con estas dos cosas, me arreglo como puedo. Pero gracias a estas dos cosas no pierdo la esperanza".
Muchos africanos se han identificado con el Papa. Él no propone una vida fácil sino una vida llena de sentido por el amor que damos y la esperanza que compartimos. Esto es lo que se encuentra en el corazón de África: un optimismo ilimitado a pesar de los desafíos y las dificultades.
Wajonah es un estudiante que llamó a su madre para preguntarle si necesitaba invitaciones para la Misa, ya que él tenía algunas extra. Ella le dijo que no era capaz de andar mucho en la oscuridad y antes del amanecer para llegar al lugar donde se celebraría la misa.
El joven recordó a su madre que en su juventud solían andar unas distancias mucho mayores para asistir a misa los domingos. Al final de la misa con el Papa Francisco en la Universidad de Nairobi, la madre de Wajonah le llamó para darle las gracias por haberla sacado de su comodidad: “Fue maravilloso. Una oportunidad única en la vida. Muchísimas gracias”.
A Kelvin, otro estudiante, le llamó la atención unas palabras del Papa en la reunión con los jóvenes donde mencionó que había que amar a los demás aunque quizás a nosotros no nos hayan amado, y que si encuentras a alguien que está solo, hay que hacerle compañía. Esto le tocó porque él nunca había vivido o experimentado la vida de esta manera.Teresa, cuyo padre abandonó a su familia cuando era pequeña, también se conmovió con estas palabras del Papa. Primero animó a los jóvenes a cuidar de la familia, institución básica de la sociedad. Luego el Papa fue más específico: “Hay un solo remedio para salir de esas experiencias. ¡Hacer aquello que yo no recibí! Si vos no recibiste comprensión, sé comprensivo con los demás; si vos no recibiste amor, ama a los demás; si vos sentiste el dolor de la soledad, acércate a aquellos que están solos”.
Dos voluntarios estaban ayudando a la gente que estaba entrando a la Universidad de Nairobi donde iba a celebrarse la misa. Entonces vino una madre, un niño y una amiga que les acompañaba, que les preguntó si podían salir usando el portón que estaba al lado. Los voluntarios les dijeron que si salían, seguramente los guardias de seguridad nos les dejarían volver a entrar. La madre les dijo que habían empezado su viaje a las 11 de la noche del día anterior y que el niño no había comido nada desde entonces y que tenía hambre. Habían aparcado su coche bastante lejos y habían dejado la comida allí. “Les dimos nuestra comida, se la comieron y se fueron tan felices” dijeron los voluntarios. “Me impresionó que hubiesen salido tan pronto para ir a la misa. Yo pensé que había madrugado mucho y solo llegue a las 4.30 am”, dijo uno de ellos.
A Kevin le llamó la atención la humildad del Papa que también incluye el dejar que otras personas te sirvan. “No significa que yo siempre tenga que servir a los otros. También hay que dar una oportunidad a los demás. El Papa demostró esto cuando dejó que un sacerdote mayor le impusiera las manos y le bendijera”. También le causó muy buena impresión cómo el día del Santo Padre estaba tan bien organizado que pudo tener muchos encuentros en los pocos días que estuvo en Kenia.
Michael, de Uganda, notó el desasimiento humilde del Papa Francisco: “tiene muchas cosas materiales al alcance de la mano pero vive su vida para agradar a Dios. Desde el coche, a su traje y la forma de presentarse…”. Michael también mencionó cómo el Papa en ningún momento habló de humildad, "pero nos ha dado una lección muy elocuente durante su estancia". Eso, y el plan de vida que el Papa sigue, son las dos cosas que Michael quiere llevarse de recuerdo de estos días históricos.
Mary fue una de las voluntarias. Le gustó mucho el trabajar con otros voluntarios de otras universidades y de otros lugares. Estuvo tan entusiasmada como los demás y gritó con ellos hasta que se volvió ronca cuando el Papa entró. Ella también sintió la alegría de los jóvenes en el estadio: “Nunca he sentido tanta energía viendo a miles de personas cantando y animando al unísono. La verdad es que ser testigo de 60.000 personas rezando y gritando a la vez en el estadio es para emocionar a cualquiera. ¡Yo me emocioné!”
Tres amigos empezaron una página no oficial de Facebook para la visita del Papa. Uno de ellos comentó que uno de los lectores había notado que el Papa escuchaba muy atentamente a cualquier persona que le hablase.
Roy, en Kampala, menciona la intensidad de las actividades del Papa. Varias veces ha comentado que no está bien para una persona de esa edad tanto ajetreo en tan pocos días. Piensa que debería haberse tomado algunos días de descanso entre tanta actividad. Al final del viaje Roy hizo el propósito de retomar su formación cristiana regular a pesar de tener un horario de trabajo muy intenso.