¿España es confesional, aconfesional o laica?
por Un obispo opina
Han empezado a funcionar los elegidos para Ayuntamientos y Comunidades Autónomas, y se ha armado un taco de mil demonios. No sé cómo va a acabar esto, pero si sigue así, me da la impresión de un desbarajuste futuro que no te digo.
No voy a meterme en cuestiones políticas, porque no es lo mío. Lo mío es la Iglesia, y se han visto unas actitudes positivas hacia la Iglesia por parte de algunas entidades que uno no acaba de comprender. Me estoy refiriendo a quienes prescinden de la Iglesia y van diciendo que España es aconfesional, mientras que otros dicen que es laica. La verdad es que me da la impresión de que no acaban de diferenciar lo que es una sociedad confesional, aconfesional o laica. ¿Vale que veamos la diferencia?
Más que definiciones, un ejemplo que comprenderán muy bien los mayores. Durante la segunda república y la guerra se perseguía a los católicos, se destruyeron iglesias, mataron a muchos sacerdotes, religiosas y seglares católicos… España era una sociedad laica. En otras palabras, fuera toda religión. Persecución a todo lo que oliese a religión.
Después de la guerra, durante el tiempo de Franco, hubo una relación Estado – Iglesia muy estrecha, de tal manera que el catolicismo era la religión oficial del Estado, de modo que éste era católico y prácticamente no se admitían oficialmente otras religiones. Eso era una sociedad confesional.
Y ahora, después de la Constitución actual, nuestra sociedad admite legalmente cualquier confesión religiosa, siempre que no atente contra el bien común; por tanto, nuestro Estado no es ni perseguidor de la Iglesia, es decir no es laico, ni tiene una religión concreta, es decir, no es confesional, sino que es una sociedad aconfesional. Lo cual significa que respeta la libertad de todos para practicar la propia religión. Esto no excluye que pueda ayudar a cualquier religión siempre que vea que esas ayudas estén en función del bien común.
De todos modos me da la impresión de que algunos de los miembros políticos recientemente elegidos, quieren una separación tal entre Iglesia y Estado que llaman la atención de gente sensata. Separación Iglesia – Estado, me parece muy bien; pero separación no equivale a tensión. Iglesia y Estado, cada uno a lo suyo, pero ¿por qué han de estar enfrentados? ¿por qué no pueden ser católicos miembros de las autoridades? ¿por qué no pueden colaborar en asuntos del bien común? ¿Por qué las autoridades no pueden asistir a algunos actos religiosos de cualquier confesión, si asisten a actos deportivos o culturales de cualquier tipo? ¿Es que lo católico apesta?
Un ejemplo y acabo. Hay una procesión en cualquier pueblo. ¿Por qué las autoridades no pueden asistir aunque no sean creyentes? Otra cosa es que las autoridades quieran organizar la procesión. Por muy autoridades que sean, no es de su incumbencia. Podrán no autorizar la salida a la calle, siempre por motivos racionales. Pero la organización del acto, fuera y dentro del templo es ya cosa de la Iglesia. Creo que es necesaria una buena dosis de sentido común y saber estar cada uno en su puesto.
José Gea
No voy a meterme en cuestiones políticas, porque no es lo mío. Lo mío es la Iglesia, y se han visto unas actitudes positivas hacia la Iglesia por parte de algunas entidades que uno no acaba de comprender. Me estoy refiriendo a quienes prescinden de la Iglesia y van diciendo que España es aconfesional, mientras que otros dicen que es laica. La verdad es que me da la impresión de que no acaban de diferenciar lo que es una sociedad confesional, aconfesional o laica. ¿Vale que veamos la diferencia?
Más que definiciones, un ejemplo que comprenderán muy bien los mayores. Durante la segunda república y la guerra se perseguía a los católicos, se destruyeron iglesias, mataron a muchos sacerdotes, religiosas y seglares católicos… España era una sociedad laica. En otras palabras, fuera toda religión. Persecución a todo lo que oliese a religión.
Después de la guerra, durante el tiempo de Franco, hubo una relación Estado – Iglesia muy estrecha, de tal manera que el catolicismo era la religión oficial del Estado, de modo que éste era católico y prácticamente no se admitían oficialmente otras religiones. Eso era una sociedad confesional.
Y ahora, después de la Constitución actual, nuestra sociedad admite legalmente cualquier confesión religiosa, siempre que no atente contra el bien común; por tanto, nuestro Estado no es ni perseguidor de la Iglesia, es decir no es laico, ni tiene una religión concreta, es decir, no es confesional, sino que es una sociedad aconfesional. Lo cual significa que respeta la libertad de todos para practicar la propia religión. Esto no excluye que pueda ayudar a cualquier religión siempre que vea que esas ayudas estén en función del bien común.
De todos modos me da la impresión de que algunos de los miembros políticos recientemente elegidos, quieren una separación tal entre Iglesia y Estado que llaman la atención de gente sensata. Separación Iglesia – Estado, me parece muy bien; pero separación no equivale a tensión. Iglesia y Estado, cada uno a lo suyo, pero ¿por qué han de estar enfrentados? ¿por qué no pueden ser católicos miembros de las autoridades? ¿por qué no pueden colaborar en asuntos del bien común? ¿Por qué las autoridades no pueden asistir a algunos actos religiosos de cualquier confesión, si asisten a actos deportivos o culturales de cualquier tipo? ¿Es que lo católico apesta?
Un ejemplo y acabo. Hay una procesión en cualquier pueblo. ¿Por qué las autoridades no pueden asistir aunque no sean creyentes? Otra cosa es que las autoridades quieran organizar la procesión. Por muy autoridades que sean, no es de su incumbencia. Podrán no autorizar la salida a la calle, siempre por motivos racionales. Pero la organización del acto, fuera y dentro del templo es ya cosa de la Iglesia. Creo que es necesaria una buena dosis de sentido común y saber estar cada uno en su puesto.
José Gea
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