¿Perteneces también tú aaquellos católicos devotos
que pasan todo su tiempo en
la penumbra de la sacristía?
-F.X.NGUYEN VAN THUAN-
Un rey poderoso salió de caza con sus criados y monteros. Junto a un lago y en una encrucijada, se encontraron una pequeña bestezuela que trataba de huir y no lo conseguía pues tenía un lago delante y no se atrevía a meterse en él. El animalito, chillaba y metía la patita en el lago volviéndose atrás.
-¿Qué es esa bestezuela? Preguntó el rey
-Majestad, ese animalito es un «armiño»; sabe nadar perfectamente y tiene el lago delante para poder huir. Pero fíjese su majestad que el lago está muy sucio y el armiño no se meterá jamás en él. Preferirá que lo cojamos y lo matemos, antes que mancharse con las aguas del lago.
El rey se acercó; el armiño chillaba, pero no se movió del sitio. El rey llegó hasta él y lo cogió. Desde entonces su escudo de armas lo formaron su bandera y un armiño con la leyenda: «Antes morir que mancharme».
Cuando me contaron esta historia, casi instintivamente comparé la actitud de armiño con la de algunos católicos. Ser cristiano consecuente siempre ha presentado dificultades, pues el mensaje evangélico choca con los criterios del mundo en el que vivimos. Ser cristianos en una sociedad del bienestar material, ahoga otras dimensiones como la espiritual que, sin embargo, es la que da toda su plenitud a todo bienestar. Pero, claro, para eso hacen falta católicos consecuentes. Y me pregunto:
* Cuando en Navarra se abrió un abortorio, ¿Dónde estaban los católicos? Nadie, casi nadie, se movió.
* Cuando equipos directivos se dedican a boicotear las clases de religión en los centros de estudios, ¿Dónde están los católicos? Nadie, casi nadie, se mueve.
* Cuando políticos nuestros, que se autodefinen católicos, dan un serio varapalo a los pocos medios de difusión que tenemos. ¿Dónde están los católicos? Nadie, o casi nadie, se ha movido.
* Cuando fanáticos politizados se dedican a boicotear las manifestaciones religiosas, ¿Dónde están los católicos que no se les oye?
¿Qué donde están los católicos? Salvo honrosas excepciones, cobijados encogidos, miedosos bajo el paraguas del «pluralismo », de la «madurez», del «no vayan a decir». . .
Sinceramente, ¿no será que nos está faltando un buen baño de armiño?