Los tres cerditos y la casa sobre roca

A casi todos nos habrán contado de niños el cuento de los tres cerditos. En él tres cerditos hermanos deciden construirse cada uno una casa para protegerse del lobo que los acecha; dos de ellos las hicieron uno de paja y el otro de madera para así terminar pronto y tener más tiempo para jugar y descansar, mientras que el tercero trabajó muy duro construyendo una casa de piedra. Y mientras los dos listillos se reían del hermano sensato llegó el lobo que soplando y soplando derribó las casas de paja y madera y casi se comió a los dos cerditos. Menos mal que pudieron refugiarse en la casa del hermano trabajador, y allí estuvieron a salvo hasta que el lobo, desesperado de tanto soplar sin conseguir derribar la casa, se marchó.

La moraleja está clara.

Pues esto que se lo enseñamos a nuestros hijos, y que seguro que lo aplicamos al trabajo, al deporte, a los hobbies... es muy parecido al mensaje de este otro texto:

«Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca.

Todo el que oiga estas palabras mías y no las ponga en práctica, será como el hombre insensato que edificó su casa sobre arena: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, irrumpieron contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina.» (San Mateo 7, 24-27)

Dice C.S. Lewis que cuando uno es cristiano porque sí, por costumbre o, teniendo cierta convicción, se ha instruido poco, llegará un momento en que tendrá una mala noticia, o un problema, o se encontrará rodeado de gente no cristiana, o bien deseará otra mujer, o decir una mentira, o tendrá la oportunidad de ganar dinero de forma poco ortodoxa... En esos momentos le gustaría que el cristianismo no fuera verdad. Y es entonces cuando muchos "pierden la fe".

No son razones de alta teología las que tumban tantas "fes", sino cosas como las que he contado. Y esto es así porque esas "fes" fueron construidas con paja o madera, como las cabañas de los cerditos vagos e irresponsables.

Sólo las construidas con roca resisten las lluvias, los torrentes, los vientos, y evitan nuestra ruina. No lo decimos nosotros, lo dice el Evangelio.

Los Tres Mosqueteros