De la Virgen del Perpetuo Socorro, patrona de los médicos españoles
por En cuerpo y alma
Cuando el pasado sábado 29 de junio publiqué el artículo que dediqué a la Virgen del Perpetuo Socorro (pinche aquí si desea conocerlo), un amable comentarista que firmaba como Carlos M. Aparicio Azcárraga, dejaba este comentario:
“Más patronazgos de la Virgen del Perpetuo Socorro. Los médicos y enfermeros militares españoles del Cuerpo de Sanidad Militar la veneran y celebran con solemnidad y devoción. Seguro que agradecerán una visita a su celebración en la parroquia castrense más cercana sabiendo que es usted un “tocayo”. Gracias por sus comentarios”.
Y no faltaba razón al sagaz comentarista, pues efectivamente, la Virgen del Perpetuo Socorro es patrona de los médicos del Cuerpo de Sanidad Militar, sino también de todos los médicos de España. Un patronazgo que además, y a diferencia de otros, es muy fácil de identificar en el tiempo y en la historia, pues su solemne proclamación la realizó de manera muy precisa y concreta el Papa Juan XXIII con fecha 14 de febrero de 1962 mediante esta carta apostólica:
“Para perpetua memoria. Han sido tan grandes los progresos de la medicina en nuestro tiempo, que lo que antes quedaba dentro del dominio y del esfuerzo de un solo individuo hoy ha adquirido dimensiones múltiples y varias. No hay que dudar que esta próspera realidad se debe a los hombres de todas las naciones, que, con unidad de esfuerzos, han encontrado nuevas y más eficaces técnicas para conservar la salud o restablecerla. El ejercicio de la medicina es noble y egregio en sumo grado, tocando también algo a lo religioso: pues quienes curan los cuerpos, han de mirar por la salud y la vida de todos los hombres, y cuando se esfuerzan en sanar una enfermedad, suavizan los dolores y sufrimientos del alma. Por ello los médicos desempeñarán su oficio más eficazmente cuanto más esclarecidas sean sus dotes y virtudes; además de la prudencia médica, precisan delicadeza en el trato y una entrega constante, o mejor dicho, para usar términos cristianos, precisan mucha caridad. “Sobre todo -aconsejándolos con palabras del Apóstol- tened caridad, que es vínculo de perfección" (Col 3, 14). Es evidente que estos hombres, beneméritos de la sociedad humana, necesitan protección celestial para cumplir con las graves tareas de su oficio. Es necesario que sean guiados por una fuerza celestial, dado que no siempre está en las manos del médico el sanar a los enfermos, para que donde no llegue la ciencia actúen la fe y las oraciones. Por esto juzgamos saludable la determinación, de los médicos españoles, de elegir espontáneamente y llenos de piedad a la Virgen del Perpetuo Socorro como Patrona.
Y dado que los Colegios Médicos de toda España, por medio de nuestro querido hijo el insigne doctor Antonio de Soroa Pineda, Nos han pedido que ratifiquemos esta elección, habiendo transmitido estas preces con amplio beneplácito de nuestro querido hijo Enrique Pla y Deniel, cardenal presbítero de la S. R. I. y arzobispo de Toledo, accedemos cordialmente a sus ruegos. Por lo cual, habiendo consultado a la Sagrada Congregación de Ritos y teniendo en cuenta todos los pormenores, con la certeza de nuestra madura deliberación, haciendo uso de la plenitud de nuestra potestad apostólica, en virtud de esta carta y a perpetuidad, confirmarnos, o nuevamente declaramos, hacemos y constituimos como principal Patrona, ante Dios, de todos los médicos de España, a la bienaventurada Virgen María bajo la advocación del Perpetuo Socorro, con todos los honores y privilegios litúrgicos anejos, propios de los Patronos principales de las asociaciones. Anulando cualquier cosa que hubiera en contra. Publicamos y decidimos esto decretando que esta carta firmada tenga validez y eficacia "in perpetuum"; que goce y obtenga los efectos plenos e íntegros; que sean aplicados a los interesados ahora y en la posteridad; que así sea mantenido y definido, y que quede invalidado y sin eficacia todo cuanto cualquier otra autoridad a sabiendas o por ignorancia decretara en contra de esto.
Dado en Roma junto a San Pedro, bajo el anillo del Pescador, el día 14 del mes de febrero del año de 1962, cuarto de nuestro Pontificado”.
Amleto G. Cicognani,
Secretario de Estado”
Y bien amigos, poco más por hoy: que hagan Vds. mucho bien y que no reciban menos, como siempre.
©L.A.
Si desea suscribirse a esta columna y recibirla en su correo cada día,
o bien ponerse en contacto con su autor, puede hacerlo en encuerpoyalma@movistar.es
Otros artículos del autor relacionados con el tema
(haga click en el título si desea leerlos)
De la Virgen del Perpetuo Socorro que celebramos antier (disculpen el palabro, me gusta)
De la Virgen de Loreto, patrona de la aviación, que celebramos el día 10
Del dogma de la Asunción: fundamentación escriturística
El judío Leonard Cohen le canta a la Virgen de la Soledad
De la Virgen de Guadalupe, patrona de la Hispanidad, en el día de su festividad
Comentarios