Mil Cursillos de Cristiandad en Murcia
Mil Cursillos de Cristiandad en Murcia
He sido durante muchos años Director espiritual de Cursillos de Cristiandad en la Diócesis de Cartagena. Soy testigo del bien que los Cursillos han hecho, y siguen haciendo en la Iglesia. Hace poco leí que en Madrid han celebrado el Cursillo número 1000. Me alegro. Pero es que en Murcia el 16 de Noviembre también se ha celebrado el Cursillo número 1000.
Muchísimos hombres y mujeres han encontrado a Cristo, y han renovado su FE a lo largo de estos años. Es un motivo para dar muchas gracias a Dios. Ofrezco la crónica de esta celebración elaborada por el Secretariado de Cursillos en nuestra Diócesis de Cartagena:
A continuación una breve crónica de los actos del cursillo número 1000 de la Diócesis de Cartagena, para que pueda publicarla en Religión en Libertad.
El Movimiento de Cursillos de Cristiandad en la Diócesis de Cartagena (Murcia) celebró ayer día 16 de noviembre, la Clausura del Cursillo número 1000. Este cursillo fue, como todos los cursillos, un milagro de la Gracia de Dios. Dieciséis hombres se encontraron con la mirada de Jesús y salieron del cursillos llenos de paz.
Como acción de gracias por estos 1000 cursillos, a las 5 de la tarde comenzó la procesión del “Cristo de la Mirada”, obra del escultor murciano Juan González Moreno, desde la Casa de Ejercicios de Guadalupe donde se realizan los cursillos, hasta el templo del Monasterio de los Jerónimos. Más de 200 cursillistas acompañaron a la imagen de Cristo unidos en la oración. Tanto en la procesión como en todos los actos, se tuvo muy presente la memoria del Obispo emérito de la Diócesis D. Javier Azagra, fallecido unas horas antes de estos actos y que ha sido gran apoyo para nuestro movimiento durante toda su vida.
En el monasterio de los Jerónimos finalizó la procesión y Cristo de la Mirada fue recibido con una gran ovación por más de 500 personas que se reunieron para conmemorar estos 1000 cursillos en torno al Señor. Seguidamente tuvo lugar la proyección de un pequeño reportaje audiovisual sobre la historia de estos 1000 Cursillos de Cristiandad, donde también hubo breves testimonios de muchas personas que han formado parte de esta historia. Como broche final de este reportaje las palabras del obispo de la diócesis D. José Manuel Lorca y un homenaje al obispo emérito D. Javier Azagra. Tras la proyección se celebró la Eucaristía en la que se recordó a los cursillistas difuntos y especialmente a D. Javier Azagra. Presidió la celebración el consiliario del Movimiento de Cursillos D. Miguel Ángel Gil y concelebraron numerosos sacerdotes, entre los que cabe destacar la presencia del Viceconsiliario nacional del Movimiento de Cursillos, D. Efrén Mira.
La clausura del cursillo número 1000 iba a ser presidida por el obispo de la diócesis D. José Manuel, que no pudo asistir por encontrarse en la capilla ardiente de D. Javier Azagra. La clausura tuvo la intervención del Coordinador del cursillo D. Francisco Sánchez y del presidente diocesano D. Miguel López Abad que también era miembro del equipo que impartía este cursillo. Ambos dieron gracias a Dios por todos los dones recibidos en estos 1000 cursillos y por las oraciones realizadas para el éxito del cursillo 1000. Los 16 hombres que realizaron este cursillo dieron un testimonio sencillo y valiente de su encuentro con el Señor y fue muy gozoso. En esta clausura también intervinieron sacerdotes, seglares y jóvenes de toda la diócesis y contó con la participación de presidentes y consiliarios del Movimiento de Cursillos de las diócesis vecinas de Almería, Alicante y Albacete.
La clausura finalizó poco después de las 10 de la noche, con el canto del “De Colores”, toda la asamblea dio gracias a Dios y a la Virgen María y pidió con esperanza la fuerza necesaria para que los Cursillos de Cristiandad sigan siendo una herramienta eficaz para la evangelización de esta Diócesis de Cartagena.
Damos gracias a Dios y nos unimos a la alegría de tantísimo que han pasado por Cursillos, y por lo que trabajan sin descanso para que este Movimiento siga siendo una gozosa realidad en nuestra Diócesis y en toda la Iglesia.
¡DE COLORES...!