Los mártires de la revista "Ave María" (1)
Lo prometido es deuda. Aunque hayan pasado muchos meses. El 7 de agosto publiqué un artículo titulado Ave María, revista de mártires. Allí se podía leer que «la revista Ave María fue fundada en Manresa en 1924 por mosén Manuel Marsenyach y mosén Pedro Llehí, junto con el seglar José Plaxats. Su objetivo era hacer amar por todas partes a la Virgen María, como Inmaculada, Madre y Medianera de todas las gracias. Sellaron con su sangre, los dos sacerdotes, este testamento imborrable de la revista».
«Ave María llegó a tener una notable difusión en toda Cataluña (cerca de 13.000 ejemplares mensuales). Se editó desde 1924 hasta julio de 1936. El estallido de la guerra y la revolución consiguiente marcaron el final de esta publicación que se editaba en Manresa».
Ya saben lo que sigue a nuestro devoto y popular, ¡Ave María... Purísima, sin pecado concebida! Me ha parecido bien esperar hasta los últimos días de la novena de la Inmaculada para colgar estas reseñas.
Mosén Pedro Llehí Ramoneda
Hijo de padres de condición humilde, y temerosos de Dios, nació el Dr. Llehí en Manresa (Barcelona) el año de 1884. Su amor a Jesús y a la Virgen, le llevó a inscribirse en las legiones marianas, ingresando en la Congregación de San Estanislao y pasando a los 15 años, a la de San Luis.
Sin duda que, agradecido al Señor, por haberle dotado de un talento extraordinario, a Él quiso consagrarse, siendo su aspiración ya de muy pequeñín, servirle con toda su alma desde el sacerdocio, carrera que cursó de una manera brillantísima en el seminario de Vich.
Celebró su Primera Misa en la iglesia de San Bartolomé de Manresa. Ya en el ejercicio de la carrera sacerdotal, se distinguió sobremanera por su humildad y santidad en contraste con sus altas dotes de predicador elocuentísimo y de gran fondo filosófico, viéndose en él formarse un segundo Balmes. Doctor en Sagrada Teología, ejercía de profesor en el colegio de Segunda Enseñanza que se encontraba en el antiguo convento de PP. Jesuitas de San Ignacio.
Beneficiado de la Comunidad de Santa María de la Seo, y capellán del Asilo de las Hermanitas de los Pobres desde junio de 1930, encontraba aún tiempo para emplear en dos de las mayores empresas, como eran la obra de ejercicios parroquiales, desempeñando en ella el cargo de director y siendo alma y nervio motor de la gran campaña de ejercicios, y otra, la redacción de la nunca bastante ponderada revista “Ave María”, de la cual, con el Dr. Marsenyach, era de los fundadores. Revista que por su fondo social, moral y apologético, por la claridad de conceptos, siendo esmerada y discreta su presentación, era llamada a obrar, y obraba, gran reforma de costumbres.
Devotísimo de la Virgen Madre, la saludaba cada día, con fervor filial, con el rezo del santo Rosario, e iba a visitarla en el vecino santuario de la Salud.
Su descanso era el trabajo continuado en sus innumerables predicaciones, y la asistencia a los actos extraordinarios de las Congregaciones Marianas, así como en las del Apostolado de la Oración, en la que había ostentado primeros cargos de la ilustre junta.
Bajo estas líneas, en el centro junto al padre capuchino Benet de Santa Coloma, en una tanda de Ejercicios a hombres durante la Semana Santa de 1934.
5 de agosto de 1936
«Ave María llegó a tener una notable difusión en toda Cataluña (cerca de 13.000 ejemplares mensuales). Se editó desde 1924 hasta julio de 1936. El estallido de la guerra y la revolución consiguiente marcaron el final de esta publicación que se editaba en Manresa».
Ya saben lo que sigue a nuestro devoto y popular, ¡Ave María... Purísima, sin pecado concebida! Me ha parecido bien esperar hasta los últimos días de la novena de la Inmaculada para colgar estas reseñas.
Mosén Pedro Llehí Ramoneda
Hijo de padres de condición humilde, y temerosos de Dios, nació el Dr. Llehí en Manresa (Barcelona) el año de 1884. Su amor a Jesús y a la Virgen, le llevó a inscribirse en las legiones marianas, ingresando en la Congregación de San Estanislao y pasando a los 15 años, a la de San Luis.
Sin duda que, agradecido al Señor, por haberle dotado de un talento extraordinario, a Él quiso consagrarse, siendo su aspiración ya de muy pequeñín, servirle con toda su alma desde el sacerdocio, carrera que cursó de una manera brillantísima en el seminario de Vich.
Celebró su Primera Misa en la iglesia de San Bartolomé de Manresa. Ya en el ejercicio de la carrera sacerdotal, se distinguió sobremanera por su humildad y santidad en contraste con sus altas dotes de predicador elocuentísimo y de gran fondo filosófico, viéndose en él formarse un segundo Balmes. Doctor en Sagrada Teología, ejercía de profesor en el colegio de Segunda Enseñanza que se encontraba en el antiguo convento de PP. Jesuitas de San Ignacio.
Beneficiado de la Comunidad de Santa María de la Seo, y capellán del Asilo de las Hermanitas de los Pobres desde junio de 1930, encontraba aún tiempo para emplear en dos de las mayores empresas, como eran la obra de ejercicios parroquiales, desempeñando en ella el cargo de director y siendo alma y nervio motor de la gran campaña de ejercicios, y otra, la redacción de la nunca bastante ponderada revista “Ave María”, de la cual, con el Dr. Marsenyach, era de los fundadores. Revista que por su fondo social, moral y apologético, por la claridad de conceptos, siendo esmerada y discreta su presentación, era llamada a obrar, y obraba, gran reforma de costumbres.
Devotísimo de la Virgen Madre, la saludaba cada día, con fervor filial, con el rezo del santo Rosario, e iba a visitarla en el vecino santuario de la Salud.
Su descanso era el trabajo continuado en sus innumerables predicaciones, y la asistencia a los actos extraordinarios de las Congregaciones Marianas, así como en las del Apostolado de la Oración, en la que había ostentado primeros cargos de la ilustre junta.
Bajo estas líneas, en el centro junto al padre capuchino Benet de Santa Coloma, en una tanda de Ejercicios a hombres durante la Semana Santa de 1934.
5 de agosto de 1936
Ese día fue detenido el Dr. Llehí por los secuaces de Satán en la calle de San Bartolomé junto con mosén Juan Autonell Roca (beneficiado de la Seu, capellàn de la Guia y de la prisión de Manresa. De 74 años, era natural de Sentfores. Sufrió el martirio en el cementerio de Manresa dos meses después, el 1 de octubre), y llevado ante el comité revolucionario, permaneciendo detenidos desde las 6 hasta las 11 de la noche.
Puesto en libertad el Dr. Llehí se le manda regresar a su casa, con la falsa promesa de que nada le había de pasar. Aunque pasarían varias semanas aún, como se diera cuenta que al crecerle la barba su rostro le hacía desconocido, dijo resuelto a sus familiares:
-Voy a afeitarme. No quiero engañar a Dios.
Y luego, por última vez, en la noche del 8 de agosto de 1936, es arrancado de su hogar por los esbirros de la horda revolucionaria, despidiéndose con gran serenidad de espíritu y hasta con la alegría en el rostro, diciendo:
-Estoy preparado como nunca lo había estado.
Y repitió una frase muy suya:
-“¡Señor!, disponed como mejor pueda serviros”.
Aquella misma noche, trasladado a San Fructuoso de Bages (Barcelona), muere vilmente asesinado, a los 52 años de edad, aquel gran confesor de Cristo que fue el Dr. Llehí. Lo mataron en un muro junto a la actual gasolinera justo antes del cruce de las carreteras de Vic y Berga. Después de muerto, le cortaron la lengua (símbolo de su don de palabra) e hicieron burla en el Paseo de Manresa.
Para quién esté interesado:
http://www.memoria.cat/corvinos/la-instruccio-de-la-causa-testimonis-avals-informes-processament-i-conclusions-del-fiscal
Y este fue el artículo del 7 de agosto de 2014
http://www.religionenlibertad.com/ave-maria-revista-de-martires-37075.htm
Puesto en libertad el Dr. Llehí se le manda regresar a su casa, con la falsa promesa de que nada le había de pasar. Aunque pasarían varias semanas aún, como se diera cuenta que al crecerle la barba su rostro le hacía desconocido, dijo resuelto a sus familiares:
-Voy a afeitarme. No quiero engañar a Dios.
Y luego, por última vez, en la noche del 8 de agosto de 1936, es arrancado de su hogar por los esbirros de la horda revolucionaria, despidiéndose con gran serenidad de espíritu y hasta con la alegría en el rostro, diciendo:
-Estoy preparado como nunca lo había estado.
Y repitió una frase muy suya:
-“¡Señor!, disponed como mejor pueda serviros”.
Aquella misma noche, trasladado a San Fructuoso de Bages (Barcelona), muere vilmente asesinado, a los 52 años de edad, aquel gran confesor de Cristo que fue el Dr. Llehí. Lo mataron en un muro junto a la actual gasolinera justo antes del cruce de las carreteras de Vic y Berga. Después de muerto, le cortaron la lengua (símbolo de su don de palabra) e hicieron burla en el Paseo de Manresa.
Para quién esté interesado:
http://www.memoria.cat/corvinos/la-instruccio-de-la-causa-testimonis-avals-informes-processament-i-conclusions-del-fiscal
Y este fue el artículo del 7 de agosto de 2014
http://www.religionenlibertad.com/ave-maria-revista-de-martires-37075.htm
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