Vivir con confianza en Dios
No es posible…, amar a Dios y vivir sin tener confianza en Él. Nos creemos que amamos a Dios porque llevamos a nuestros ojos una vida de piedad, vamos a misa casi todos los días, o quizás todos los días, comulgamos devotamente y cuando damos gracias a Dios después de la comunión, le exponemos toda una retahíla de necesidades propias, ¡cómo si Dios no supiese cuales son nuestras necesidades!
En términos generales nos comportamos con una falta de confianza en el Señor, leemos la prensa y nos asustamos de lo que puede ocurrir, viene a la memoria sobre todo en aquellos que aunque fuesen niños vivieron la guerra, y si no también se la han contado sus mayores. Fue esta una guerra que el papa Pio XII, que no solo vivió nuestra guerra sino también la totalidad de la II guerra mundial. Y Pio XII califico nuestra guerra de Cruzada nacional, frente a la barbarie ateísta, pero a ver, quién es el que se atreve a decir claramente: que los vencidos quieren ahora ser vencidos otra vez. Pero lo que ocurra solo Dios los sabe, porque Él, todo lo tiene dispuesto para el bien de los que le aman,
Siempre he sido quizás muy curioso, pero al ser hijo único y privado del contacto con hermanos y primos por razón de los desplazamientos de los tres años de guerra, para jugar no tenía con quien, y tenía mucho tiempo para pensar y buscar el porqué de todo lo que ocurría a mí alrededor. Me llamaba la atención de los mayores, la plena confianza que tenían en el triunfo y mi madre y mis tías y todas las mujeres de la familia, rezaban continuamente no por el triunfo que todos lo daban por descontado, sino por vida de los varones de la familia que estaban en el frente.
En aquella época los requetés navarros que eran más profundos en su fe y confianza en Dios, que los falangistas, llevaban cosido en sus camisas de color caqui un “detente”, que era un óvalo bordeado por un filo rojo: en el interior había una pequeña imagen del sagrado corazón de Jesús y simplemente la palabra detente refiriéndose a las posibles balas que pudiere recibir el portador. No existe una estadística del efecto de los “detentes”, pero debía de ser muy alto el resultado, porque su uso se extendió entre todas las fuerzas nacionales cuando saltaban de las trincheras a pecho descubierto. Lo que a mí ya me llamaba la atención, era la confianza en Dios que tenían aquellos hombres.
La fe absoluta de carbonero, en Dios, es la que genera la confianza en Dios. Sin fe es imposible tener confianza en Dios ni en nadie y cuanto mayor sea nuestra fe, mayor será siempre nuestra confianza en él Señor. La base en la que se apoya la confianza es la fe. La falta de confianza en Dios es siempre un inequívoco signo de la debilidad de nuestra fe. Hay veces en las que se quiebra nuestra confianza en Dios porque no alcanzamos lo que le pedimos y esto tiene su explicación,.. Si Dios nos deniega algo es siempre por nuestro bien aunque en ese momento no lo veamos así.
El amor de Dios a los hombres es tan tremendo que: “16 Porque tanto amó Dios al mundo, que le dio su unigénito Hijo, para todo el que crea en El no perezca, sino que tenga la vida eterna; 17 pues Dios no ha enviado a Hijo al mundo para que juzgue al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El”. (Jn 3,1617). Benedicto XVI, cuando era cardenal Ratzinger escribía diciendo: “Todos nosotros existimos porque Dios nos ama. Su amor es el fundamento de nuestra eternidad. Aquel a quien Dios ama no perece jamás”. Para El canónico polaco Tadeusz Dajczer: “Cristo nada necesita para sí. Si quiere algo de ti, siempre se trata de tu bien. Él quiere amarte y quiere que aceptes su deseo, es decir, su amor”.
Nuestra confianza en el Señor ha de ser inalterable, aunque se nos deniegue lo que en ese momento en que pedimos, pensamos que es justo y necesario, porque lo más seguro es que pasado un cierto tiempo comprendamos que lo que pedíamos, nos podía perjudicar espiritualmente. Nosotros podemos pedir bienes materiales para nuestro cuerpo o el de los demás y bienes espirituales para nuestra alma o la de los demás. Lo más seguro es que si las peticiones se refieren al orden del espíritu, tarde o temprano y más bien temprano ellas nos será concedidas, pero si se trata de bienes materiales, la cosa cambia, pues en la mayoría de los casos el Señor sabe que se le está pidiendo algo, que al final puede dañar el alma del peticionario.
El problema que tenemos nosotros para no poder confiar en Dios, es que nos defraudamos cuando pedimos y no recibimos y es precisamente en esos momentos en que no sentimos defraudados cuando más debilitada está nuestra fe en él, porque la falta de confianza debilita la fe.
Es importante a estos efectos, salmo 124, que nos dice:
“Los que confían en el Señor son como el monte Sión,
que permanece inconmovible para siempre.
2 Jerusalén está rodeada de montañas:
así rodea el Señor a su pueblo, desde ahora y para siempre.
3 No permanecerá el cetro de los malvados
sobre la herencia de los justos;
no sea que también los justos inclinen sus manos a la maldad.
4 Colma de bienes, Señor, a los buenos y a los rectos de corazón.
5 ¡Que el Señor haga ir con los malvados
a los que se desvían por camino tortuosos!
¡Paz a Israel!”
La confianza en el Señor, nos fortalece, nos hace inconmovibles para siempre, de la misma forma que sale también inconmovible nuestra fe, en el amor a quien deseamos entregarnos eternamente.
Mi más cordial saludo lector y el deseo de que Dios te bendiga.
Otras glosas o libros del autor relacionados con este tema.
- Libro. ENTREGARSE A DIOS.- www.readontime.com/isbn=8460975940
- Libro. DEL SUFRIMIENTO A LA FELICIDAD.- www.readontime.com/isbn=8460999858
- Libro. CONVERSACIONES CON MI ÁNGEL.- www.readontime.com/isbn=9788461179190
- Libro. SANTIDAD EN EL PONTIFICADO.- www.readontime.com/isbn=9788461266357
- 170v.- Cortar la cuerda 07-0510
- 186m.- Echar raíces 08-0610
- 282v.- Confiar… ¿en quién? 171210
- 522m.- Falta de confianza 10-0312
- 719x.- Confiar en Dios 08-0513
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- 456x.- Confianza en el Señor 301111
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- 653x.- Que difícil y que fácil 281212
- 597v.- Quebrar nuestra confianza en Dios 07-0912
La fecha que figura a continuación de cada glosa, es la de su publicación en la revista ReL, en la cual se puede leer la glosa de que se trate.
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