Dedicación de Letrán: Fidelidad al Papa
“Encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo: ‘Quitad esto de aquí; no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre’. Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: ‘El celo de tu casa me devora’.” (Jn 2, 1416) |
|
Este domingo, la Iglesia nos invita a celebrar y reflexionar sobre la “dedicación” -o consagración- de la basílica de Letrán, que es la catedral de Roma, la catedral del Papa. No se trata, pues, de un mero acontecimiento histórico de interés local, sino de la ocasión de recordar que el Papa ejerce el primado universal efectivo sobre toda la Iglesia católica y que, aun siendo obispo de Roma, es también el pastor de todos los católicos del mundo. Esta labor, por supuesto, no sustituye a la que cada obispo tiene que hacer en su diócesis, sino que la complementa y la afianza, garantizando su unidad y su catolicidad y evitando que las Iglesias locales o diocesanas se conviertan en Iglesias independientes, con su dogma, su liturgia y su moral propias. Renovemos, pues, nuestra fe en el primado papal, con todas sus consecuencias. Es decir, aceptemos sus enseñanzas sin discutirlas y defendámoslas ante aquellos que las ignoran e incluso las rechazan. Pero para aceptarlas y defenderlas primero hay que conocerlas. Una buena forma de mostrar nuestro apoyo al Papa es, pues, estar informados de manera habitual de lo que él enseña. Así nuestro apoyo, que nace del amor que está en el corazón, será más eficaz y más útil. |