Una piadosa Homilía para meditar
El 24 de diciembre de 1978, se celebra el funeral del etarra José Miguel Beñaran, alias Argala, al que se le atribuyen el asesinato de Carrero Blanco y de dos policías en Francia después de torturarlos, entre otros muchos delitos. En la parroquia de Arrigorriaga (Vizcaya), el cura pronuncia la homilía: "Nos acompañan miles y miles de esukadunes identificados con la lucha de José Miguel. Este espacio está frío y vacío sólo aparentemente. Está lleno de luchadores por una Euskal Herrria independiente, reunificada, socialista y esukaldún... Yo estoy convencido de que Dios ha recibido perfectamente a José Miguel y le ha aceptado sin ninguna reserva. Para mí es un consuelo saber que José Miguel ha hecho de forma privilegiada historia de Euskadi y ha influido decisivamente en la historia de nuestro pueblo. Él ya es un capítulo de la historia vasca. Su paso por esta vida no ha sido vacío, inútil. Ha dejado en nuestra comunidad nacional una huella importante, por su gran inteligencia, por su enome lucidez mental, por la llamativa limpieza de su vida... Incluso la lucha armada, con sus enormes contradicciones como toda obra humana, no es ajena a Dios y al Evangelio de Jesús. Jesús mismo vivió personalmente esta cuestión. Él perteneció a un pueblo pequeño de una enorme conciencia nacional... Jesús vivió la ocupación de su pueblo por el romano extranjero y fue testigo y actor de los esfuerzos de liberación nacional... Junto al problema nacional Jesús vivió a fondo la cuestión social. Tomó partido por los pobres, los excluidos, los enfermos, los muertos, las viudas, los niños, los pecadores públicos. Es decir, por aquellos que tenían necesidad absoluta de liberación. Qué estupendo que Dios mismo haya asumido en Jesús los mismos problemas nacionales y sociales en que se debate nuestro pueblo. Aparentemente, José Miguel no tenía nada que ver con la religión y la Iglesia, pero sólo aparentemente. Yo estoy convencido de que José Miguel vivió intensamente los valores fundamentales del Evangelio de Jesús... José Miguel se identificó con las ideas y los valores básicos del Evangelio... En estos días José Miguel se ha identificado con la muerte de Jesús, que no fue una muerte religiosa, sino un asesinato político a manos del poder militar de ocupación. A Jesús no le acusaron de blasfemo, de renovador religioso, sino de perturbador político... Dios, a través de su propia carne lo que es la persecución policial, la detención, la tortura y el asesinato... Con la liquidación de José Miguel vivimos hoy un trauma terrible, pero no nos dejemos robar la esperanza y el valor, porque la lucha en que ha caído nuestro gudari Argala tendrá éxito... La recuperación nacional y social de nuestro pueblo será posible porque tenemos hombres como él. Él los habrá hecho posibles. Que el Dios que se comprometió personalmente en la larga historia de recuperación de su propio pueblo nos comprenda, nos estimule a la lucha, nos aliente con la fuerza de sus valores fundamentales, nos acoja y nos perdone como ha acogido y aceptado a nuestro hijo, hermano, compañero y gudari José Miguel". [Cit. por: F. García de Cortázar: "El Nacionalismo Vasco", Madrid, Historia 16, 1999, pp. 199-200] Es decir, que para purificar la memoria, prestar un servicio a la verdad, para construir la justicia, la paz y la reconciliación, contribuir a la dignificación de quienes han sido olvidados o excluidos y a mitigar el dolor de sus familiares y allegados, pedir perdón e invitar a perdonar... no hacía falta remontarse a sucesos ocurridos hace 70 años. Si nos cruzamos con las víctimas en la calle, no vayamos a buscarlas al baúl de los recuerdos, y menos aún de unos recuerdos manipulados.
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