Nos piden hacer atentados en Francia, explica Lea de 15 años

07 octubre 2014 00:00

Detenida justo cuando se disponía a huir a Siria y cuando sus reclutadores yihadistas la instaban a cometer una masacre en Francia, Lea, una mujer de 15 años, es la primera en revelar su historia.

El cabello largo que rodea una cara pálida y grandes ojos marrones que parecen buscar constantemente un punto del cual aferrarse. Ella es una niña, suave, frágil. Una adolescente de 15 años mimada, buena estudiante, que se crió en una hermosa provincia natal, en una familia francesa unida, de buen pasar econÓmico y atea.

En contraste con todos los clichés sobre el yihadista aprendiz. Sin embargo, hace dos meses, a través de internet, Lea fue arrastrada al abismo del Islam radical.

Interceptada cuando intentaba huir a Siria, es colocada bajo medida educativa por un juez de menores. Durante varios meses, se dividirá, prometiendo un retorno a la "normalidad" a los padres, educadores, psicólogo pero al mismo tiempo, dejando convencerse por su red de preparar un ataque terrorista antisemita en suelo francés.

En septiembre fue arrestada por agentes de la Dirección General de Seguridad Interior (DGSI), que la vigilaba. Hasta entonces, guardaba silencio.

Al final, Lea contó todo hace algunos días durante una intervención del CPDSI, Centro de Prevención contra las derivas sectarias relacionadas con el Islam creado por la antropóloga Dounia Bouzar. Por razones obvias de seguridad, su nombre real ha sido modificado. El destino de Lea pertenece en adelante a la justicia.

Un día en que no me sentía muy bien, dejé en mi página de Facebook un mensaje diciendo que me gustaría hacerme perdonar todas mis tonterías. Allí, la gente me agregó a sus amigos y luego vinieron a hablar conmigo. Ellos vinieron solos, muy rápido. Como escribí que quería ser enfermera, me dijeron que podía venir a ayudar en Siria por razones humanitarias, y que no había nada mejor en el mundo que ser perdonado en el Sham [Levante, donde está Siria]. Me enviaron videos de los niños gaseados por Bashar [al-Assad], sobre las mentiras de las políticas, sobre la islamofobia ... [...] Me dijeron que no tenía que obedecer a mis padres, porque que ellos no obedecen a Alá y que se debe obedecer únicamente las leyes de Alá, porque si no, se es un incrédulo, un ignorante, un infiel ... [...].

"Poco a poco, empecé a no hablar con nadie, ni en la escuela ni en casa, me quedaba en mi habitación, persianas cerradas. Y me conectaba. Eran por lo menos cincuenta, primero hombres, después mujeres, de Francia, de Bélgica, de Siria ... [ ...] ", cuenta.

Reclutadores y marido virtual

"Rodeada" por las redes fundamentalistas, Lea se sumerge en un torbellino de videos y mensajes que la convencen de la inminencia del fin del mundo y que ella está "elegida" para cumplir una misión.

Por lo tanto, es urgente ir a Siria, que le es presentada como el único camino hacia la salvación. [...] Es muy fácil encontrar reclutadores. Se los llama o se les da un número de teléfono por internet. Me dijeron que primero tenía que ir a Turquía, que me tenía que casar allí, y quedar embarazada así se me podía llevar a Siria con el niño "[...] Rápidamente, se le asigna a Lea un "marido" y se le fija un encuentro con reclutadores. Todo está previsto.

Ella finge ir a la escuela como de costumbre, excepto que en el bolso ella desliza un pasaporte en lugar de su libro de texto. Pero a último momento, sus planes sse frustran, sus padres descubren el contenido de su computadora ... Un juez de menores la pone bajo medida educativa, y se le prohíbe salir del país.

Salida a Siria frustrada

[...] Mis padres me preguntaron si yo había cambiado, si había renunciado a mis ideas, yo les decía que sí, pero en realidad todo se estaba poniendo peor. En el internet, me decían: "Diles que todo está bien, que dejaste todo eso, que no quieres más partir y que eran todas estupideces. Eventualmente dejarán el tema y estarás tranquila."

Un día me dijeron: "Se terminó, con la carga que tienes, nunca podrás venir, así que ahora tenemos que pasar a la acción en Francia". Empezaron a mostrarme videos de niños muertos en Palestina, y a hablar de la necesidad de actuar en contra de los judíos. Cuando se está atascado en la frontera, nos obligan a cometer ataques suicidas o "a la Merah" [el nombre de Mohamed Merah , el asesino de Toulouse, Ed ]. Fue una mujer la que me habló primero. Yo había encontrado el lugar, la forma de adquirir armas. [...] La presión de los reclutadores es permanente. Los contactos por teléfono e internet se intensifican. Por acoso, quieren asegurarse que Lea irá hasta el extremo final. La DGSI, que escucha sus conversaciones, juzga que la amenaza es grave y decide intervenir.

Remordimientos

En las reuniones del Centro de Prevención contra las derivas sectarias relacionadas con el Islam (CPDSI), Lea toma completamente conciencia de su adoctrinamiento escuchando los relatos de las familias que hablan de sus hijos que han partido a hacer la Yihad. El aterrizaje es como una caída libre. Hoy en día mantiene la angustia que sus reclutadores vengan a buscarla a su casa.

"Ahora, es difícil ... estoy luchando para aceptar que me dejé engañar [...] Me culpo mucho por eso, también por haber podido arrastrar a otras chicas sin querer, incluso más pequeñas que yo ... Quería tanto partir, envidiábamos a todas aquellas que lo lograban. Ahora algunas van a morir allí, en Siria o Irak, y tal vez por mi culpa ... ", concluye.

Traducción: Yehudit Oficyner para Radio Jai.

Por Marie Lemonnier

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