De los once meses de cárcel que le van a caer al papá que le dio una torta a su hijo
por En cuerpo y alma
La que le da un padre a su hijo, naturalmente, que si fuera la que le da una mujer a un hombre, hasta nos haría pasar un ratito divertido, como tuvimos ocasión de ver en su día con un caso real no idéntico pero sí muy parecido (pinche aquí si desea conocerlo).
En Europa Press leo que “la Fiscalía del Principado de Asturias solicita una pena de once meses de prisión para un padre por darle un bofetón a su hijo menor de edad”. Según se relata, los hechos habían ocurrido el 31 de agosto de 2013, cuando un niño, menor de edad, y según cabe presumir del texto de la noticia, hijo de padres separados o divorciados, pasaba con su padre el mes de vacaciones. Once meses de prisión que para que se hagan Vds. una idea… ¡¡¡son tres meses más que lo que a De Juana Chaos(1) le costó cada uno de sus veinticinco asesinatos!!! Eso sí, bastante menos que los siete años y medio que pedía aquel fiscal para la joven Laia por tocar el piano (pinche aquí si desea conocerlo todo sobre el estrambótico caso), razón por la que a lo mejor, el buen señor tenga incluso que felicitarse.
La fiscalía considera los hechos constitutivos de un delito de malos tratos en el ámbito familiar recogido en el artículo 153.2 del Código Penal, y amén de los once meses de prisión, solicita para el acusado la prohibición de aproximarse a menos de doscientos metros a la persona y domicilio de su hijo, comunicarse con él por cualquier medio durante dos años, una indemnización de 460 euros más intereses legales, y el pago de costas procesales (¡que no se queden juez y fiscal sin cobrar, por Dios!).
Yo comprendo que pegar a un hijo no sea la mejor manera de educarlo ni, desde luego, la única. Si lo hace un padre debe ser algo excepcional, mesurado, y urgido por las excepcionales circunstancias del caso. Ahora bien, ¿de verdad se cree alguien que con actuaciones como la que comentamos aquí se está trabajando por restablecer la justicia y por los derechos del niño al que parece intentar protegerse? ¿De verdad se cree alguien que se hace algún bien al niño a cuyo padre se mete en la cárcel y al que se le priva de verlo en dos años? ¿En qué clase de mundo vivimos en que los padres ven cuestionado el deber -ojo que no diga el derecho, digo el deber- que siempre tuvieron y deben seguir teniendo de reprender y corregir a sus hijos, sino que si lo hacen, no sólo son castigados ellos, sino también los hijos, a los que se priva de su imprescindible contacto y compañía?
En fin, amigos, esto es lo que hay. Vivimos un mundo raro, en el que pasan cosas raras cuyas consecuencias pagaremos, y caras. A veces parece que de verdad, “el diablo se viste de Prada” (Lauren Weisberger) y que, efectivamente “anda suelto”, (Erica Jong). Pero en fin, como digo, es lo que hay… que hagan Vds. mucho bien y que no reciban menos. Mañana más. Como siempre.
(1) De Juana Chaos. Asesinatos: 25. Años de prisión cumplidos: 17.
Años cumplidos por cada asesinato: 17/ 25 = 0,68 años.
Traducido a meses: 0,68 x 12 = 8,16 meses c.q.d. (como queríamos demostrar).
©L.A.
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