Peregrinación a los mártires (16)
Hoy llegamos en nuestra peregrinación a Pozoblanco (Córdoba), al colegio de los Padres Salesianos. Aunque para muchos españoles es sobre todo la localidad en cuya plaza de toros, un 26 de septiembre de 1984, Francisco Rivera Paquirri fue cogido mortalmente por el toro Avispado, aquí nos encontramos con el impresionante testimonio martirial de dos seglares:
la beata Teresa Cejudo Redondo, aquí podéis leer su vida:
http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=17740
y el beato Bartolomé Blanco Márquez:
http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=17995
Podemos venerar sus restos en la Capilla de los Mártires de la iglesia de los Salesianos .
Tras su beatificación en 2007, los restos de los Beatos fueron trasladados a la iglesia de los salesianos. La foto -sobre estas líneas- no deja ver el sepulcro de la Beata. "En el centro hay una lápida conmemorativa del beato Antonio Mª Rodríguez, que era el párroco de Santa Catalina y Arcipreste. Sus restos mortales están en una fosa común del cementerio de Pozoblanco" (Francisco Granados en Un corazón de fuego. Vida y escritos del Beato Bartolomé Blanco Márquez, pág. 435. Madrid 2009)
Emociona que el clero cordobés tenga en lo más alto a sus mártires. La beata en la Hermandad de la Soledad, el 3 de noviembre de 2013, días antes de su fiesta litúrgica… ¡Menudo altar precioso que se le preparó!
Y el 15 de marzo de este año, la Delegación de Juventud de la Diócesis de Córdoba preparaba la III Marcha Misionera Diocesana, con el lema: Compartiendo la Alegría. La marcha salió de la iglesia de la Asunción de Dos Torres, para dar comienzo a un itinerario misionero a través del valle de los Pedroches.
La marcha -se podía leer en la información- constituye un camino espiritual para reflexionar, rezar, convivir, compartir la fe y vivir la misión. Los jóvenes de Córdoba quieren vivir esta marcha en compañía del Beato Bartolomé Blanco que nació en Pozoblanco en 1914 y fue martirizado en 1936. Durante nueves kilómetros viviremos juntos ese caminar que nos lleva a compartir como todo misionero la gran alegría que es Jesús y su Evangelio”.
Como repetimos tantos veces, los mártires no son solo para ser beatificados. Tras la beatificación hacemos constantemente memoria litúrgica de ellos, nos encomendamos a ellos, deseamos imitar su vida de entrega generosa y completa. Como ellos: ¡como los mártires!
Una vez más, gracias diócesis de Córdoba, por dar ejemplo.
la beata Teresa Cejudo Redondo, aquí podéis leer su vida:
http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=17740
y el beato Bartolomé Blanco Márquez:
http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=17995
Podemos venerar sus restos en la Capilla de los Mártires de la iglesia de los Salesianos .
Tras su beatificación en 2007, los restos de los Beatos fueron trasladados a la iglesia de los salesianos. La foto -sobre estas líneas- no deja ver el sepulcro de la Beata. "En el centro hay una lápida conmemorativa del beato Antonio Mª Rodríguez, que era el párroco de Santa Catalina y Arcipreste. Sus restos mortales están en una fosa común del cementerio de Pozoblanco" (Francisco Granados en Un corazón de fuego. Vida y escritos del Beato Bartolomé Blanco Márquez, pág. 435. Madrid 2009)
Emociona que el clero cordobés tenga en lo más alto a sus mártires. La beata en la Hermandad de la Soledad, el 3 de noviembre de 2013, días antes de su fiesta litúrgica… ¡Menudo altar precioso que se le preparó!
Y el 15 de marzo de este año, la Delegación de Juventud de la Diócesis de Córdoba preparaba la III Marcha Misionera Diocesana, con el lema: Compartiendo la Alegría. La marcha salió de la iglesia de la Asunción de Dos Torres, para dar comienzo a un itinerario misionero a través del valle de los Pedroches.
La marcha -se podía leer en la información- constituye un camino espiritual para reflexionar, rezar, convivir, compartir la fe y vivir la misión. Los jóvenes de Córdoba quieren vivir esta marcha en compañía del Beato Bartolomé Blanco que nació en Pozoblanco en 1914 y fue martirizado en 1936. Durante nueves kilómetros viviremos juntos ese caminar que nos lleva a compartir como todo misionero la gran alegría que es Jesús y su Evangelio”.
Como repetimos tantos veces, los mártires no son solo para ser beatificados. Tras la beatificación hacemos constantemente memoria litúrgica de ellos, nos encomendamos a ellos, deseamos imitar su vida de entrega generosa y completa. Como ellos: ¡como los mártires!
Una vez más, gracias diócesis de Córdoba, por dar ejemplo.
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